jueves, 9 de junio de 2022

 

NO TE IMAGINAS



Detuve mi estado emocional y me doy cuenta

que nada ha cambiado y todo sigue igual.

Jugué a la escondidas con el tiempo y mi destino,

sintiendo la niñez de mis sentidos y los sentimientos resentidos.

Apareciste sin querer, surgiste de las profundidades del percibir,

como si nada hubiese pasado, como si nunca me hubieras dejado,

y solo estuvieses en mí.

Dejaste fragmentado y sin arreglo mi corazón,

rompiste el cristal de mi amor, y la pureza de mi creer.

Nunca dije nada, más que aquel último…- Por favor no me dejes. -

Se doblegó el espejismo de tu querer,

al saber que ya no estabas, y mi razón no lo aceptaba.

Oía tus pasos alejarse y nos los quería escuchar,

maltrataban mi respirar y nada lo podía remediar.

Lloré y grité a Dios, pidiéndole que no fuera real,

que solo sea un momento mal ubicado,

o un instante de una noche, de haber soñado.

El día me sopapeó con desparpajo y sin pudor,

Transgrediendo la dignidad de mi cuerpo abatido,

desconsolado y atormentado me sentí solo y con mucho dolor.

Todo te llevaste, mi alegría, mi respirar,

mi devoción y admiración de tu figura con color.

No te imaginas, que sin dejarme nada,

todavía tengo todo, lo que siento por vos.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

 

NO ME DEJASTE


 

Te pensé, te vi, y te pude tener.

Pero no me dejaste que te ame.

Me dejaste que te mire, que te toque,

que te saque la ropa muy despacio y te acaricie toda.

Dejaste que mi cuerpo desnudo esté pegado al tuyo,

que te bese toda la piel, que huela parte por parte tu cuerpo.

Me dejaste porque pediste que esté dentro tuyo,

dejaste que mis labios estén entre tus piernas.

 Me dejaste libertad de hacer lo que sintamos,

me dejaste sentir tus deseos y los míos en un gemido sin igual… Pero sigo pensando que no me dejaste, que te haga el amor.

 

                             Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

NO ESTÁS


 

Me senté en el lugar donde escribo, prendí la luz, miré a mi alrededor, todo era calmo, mi mesa de trabajo estaba llena de apuntes, libros, mis anteojos a un costado, los tomé y cuando me los iba a colocar, vi tu foto en el portarretrato que tú me diste, detuve los pasos a seguir, lo hice mío para pensar cuanto tiempo de mi vida te habías llevado. Estabas alegre, posabas de una manera muy sensual, realmente hermosa, tu vestido rojo y el pañuelo que te había obsequiado para tu año más de vida, estaba decorando toda tu hermosura, plasmé momentos inolvidables que vivimos juntos, situaciones entre familia, discusiones tensas que nos enseñaron a crecer y lo maravilloso de sentirte mujer, me hacías hombre pleno. Tu cuerpo lo desnudé tantas veces como la mente me lo permitía, tu voz fatigada por el amor, tus labios humedecidos, enrojecían por los besos llenos de pasión. Estabas ahí, frente a mi mirada penetrante en esa postal, cada tic tac de ese reloj frente a mí, era la única música que mataba el silencio de los recuerdos, mis ojos comenzaron a cubrirse de lágrimas, mis manos muy lentamente trataban de secarlas, pero cada vez más se llenaban de dolor y tristeza. El llanto ganó mi estado y no pude contener el grito de… ¡Mi amor porque te fuiste!... Nadie respondió a esta pregunta, solo la soledad de la verdad estaba a mi lado, donde me contaba que nadie sabía dónde, solo una respuesta de tu existencia de aquella mañana cuando nada de ti habías dejado, solo vacía nuestra cama, tus pertenecías no habitaban nuestra casa, solo y simplemente mis recuerdos de cuanto te amé.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

 

5.6.2016