AMOR PARALELO
Caminaba entre
la gente, sin saber que le pasaba, aturdido seguía sin sentido, todo era loco,
todo era perdido, su dolor desencajado nubló su mirada, ya con lágrimas en sus
ojos, todo era un aluvión de movimientos de imágenes sin forma ni color, y un
golpe en su hombro, frenó y despertó ese torbellino que lo aturdía sin piedad.
Gente apresurada remataban ese malestar, pero el dolor no lo soltaba, quería
justificar lo vivido o lo que la vida le había propuesto. Recorrió su
existencia en sus hijos pequeños y en su mujer, pensó que eran sus únicos
amores, pero la imagen de su nuevo amor, lo dejaba paralizado en los sentidos.
No quería reconocer a su amigo de la infancia como la causa. Una propuesta que
imaginaba, pero nunca quiso escuchar y a la vez, la esperaba cada vez que
estaban juntos. Él era su otro amor, caminatas, charlas, café, recuerdos, los
habían unidos en una nueva realidad. Esa tarde de futbol con los demás, fue la
excusa para encontrarse en la casa de este amigo que vivía solo, tenían el
tiempo para dedicárselos sin límites. Entraron sin decirse nada y casi
autómatas entraron al cuarto. Una cama los esperaba, y todo quedó en un
silencio de suspiros, la mirada profunda
de aquellos ojos verdes y su pelo lacio rubio, lo había hecho sentir
como un jovencito en su primera vez, no sabía que le estaba pasando, sí, lo que
estaba sintiendo. Se quitaron la camisa mutuamente, los dorsos se mostraron
apetitosos para cada uno, estiraron sus brazos, comenzaron las caricias y a la
vez, desvistieron sus partes cruzadas, apretaron los cuerpos, el beso más
apasionado y deseado llegó al fin. Nada se dijeron, solo sus lenguas se
mezclaban con suspiros y lujuria, cada vez más el calor de la piel los envolvía,
se recostaron sin dejar de besarse y sus sexos estuvieron a punto, para que
cada uno los hiciese dueño en sus bocas, y se permitieron la libertad de lo que
no imaginaban durante toda su amistad. Todo valió en esa desesperación y desenfreno
pervertido de ese amor, que solo los dejó recostados y desnudos después de
muchos vaivenes, donde cada uno, eligió la manera que más los hacía gozar. Los
dos, cansados, transpirados y llenos de placer
por lo vivido, los hizo pensar que tendrían que vivir, ese amor en paralelo.