SILENCIO
¡Silencio!!! Me decían cuando niño, las
travesuras se mostraban inocentemente. Silencio nos los decían en tono enérgico
nuestros maestros, profesores, cuando las picardías salían a la luz. Silencio
se nos decía cuando en algún evento importante comenzaría la solemnidad de
algún acto. Silencio se hacía cuando se estaba ante una desgracia y el respeto
se lo demostraba con él, y tantos más que siempre se correspondía al callar
nuestras voces. Pero está el otro silencio, el que está dentro nuestro, el que
te murmura, te habla, te grita, te humilla, te maltrata, el que cuando estás solo,
comienza a caminar por tu esencia, sin dejar nada al azar, deja que tus
memorias lleguen sin pedir permiso a tus deseos, te paralizan, te hace tener
miedo al recordar experiencias, duele escucharlo, porque sí, al silencio se lo escucha como el más extraordinario de
los ruidos. La vista, se fija en un lugar sin saber que hay por delante, pero
la mente, te va dibujando lo que él dicta. Que increíble sensación de vacío y a la
vez, cuanta carga sin poder sobrellevar esos instantes, donde se junta el
silencio y la soledad, y se ensañan para que sientas la vida tan lejos, te dejan
toda desordenada la existencia y expuesta las reflexiones. Busco compañía de mi
propia persona, sin saber él porque se
alejó junto con mi alma, solo queda la mente que nada puede hacer al sentirse
acorralada de tanta ira al corazón, porque es así, solo el corazón inseguro
late cada vez mas fuerte sin saber hasta dónde puede llegar, poder descansar y
sentir el alivio de un murmullo para darse cuenta que todavía existe, el
silencio entra y sale de tu ser tantas veces se lo propone, sabiendo que todo
continúa en tu propia vida. Juega con las suposiciones, con las culpas, con las
alegrías perdidas, con el dolor de un ser querido que no se encuentra a tu
lado, como el que también te agrede o te señala, todo lo hace correr sin hacer
un solo ruido en ese lugar, porque el silencio hace silencio para no molestar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor