viernes, 17 de marzo de 2023

 

QUIEN ÉS

 


Hola, buenas tardes… ¿cómo estás mi amor?...

 

Ese saludo despertó la vida que tenía,

aquel que cacheteó mi razón y mis sentidos.

No me dejó acercar a sus labios, mucho menos abrazarla.

Un paso atrás fue su movimiento, un tanto molesto e inesperado.

Me sorprendió, me confundió, me asustó… veía su cara muy sería.

Llevó sus manos a su rostro, refregó sus ojos y con decisión, me dijo:

-. No quiero seguir más a tu lado, no te quiero y menos te amo. -

El silencio nos abrazó a los dos, el lugar oscureció, el dolor me apretó.

Quería abrir mi boca, emitir sonido, y solo mis labios entreabiertos,

hicieron una selfie de mi figura en negativo, en esa habitación.

Muy suave su voz, arrepentida dijo… -. Lo lamento,

no quiero lastimarte, pero él, es mi nuevo amor, lo amo y hace mucho tiempo.

Caído y pisoteado mi corazón y mis derechos… tomé aliento,

mi pecho galopando de tormento, mi cerebro

atontado, y manipulado por aquella realidad.

Quise ser guapo y hombre superado de ese momento,

extendí mis brazos, tomé y apreté sus manos nerviosas,

con bronca y confundido rompí en llanto mi congoja,

mis ojos no veían, solo el torbellino por esa confesión.

Las palabras no existían, solo esa maldita canción de lamento

acompañaban la escena vergonzosa.

Me incliné abatido por tanto malestar, ella puso su mano sobre mi cabeza,

acarició mi pelo muy mansamente, dolida pero aliviada intentó levantarme,

mis brazos caídos resbalaron entre los suyos, desplomé todo mi ser y

rendido por el desgarro de mi alma, levanté mis ojos en busca de una respuesta,

humildemente y sin importar como me veía, torturé mi amor preguntándole:

¿QUIEN ES…?

 

                                   Orlando Mario Soverchia- YoAmor

domingo, 12 de marzo de 2023

 


                                     HOY



Hoy, sin que te dieras cuenta, estuve observando lo que estabas haciendo. Te mirabas al espejo, te pintaste los labios con el color que a mí me agrada, te pusiste la ropa que más sensual te queda y a mí me cautiva. Caminabas de un lado a otro haciendo posturas y gestos de los que yo te pido, y me di cuenta que te preparabas para mí. Te esperé, me hice el sorprendido de todo lo que veía, pero cada vez que te veo y sabiendo que te veré de la misma manera que lo hice mil veces, tengo que detenerme un buen rato, observarte asombrado por todo lo bella que eres por dentro, porque eres mi amor, sin ver lo que llevas puesto.

                                     Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

miércoles, 8 de marzo de 2023

 

                                                                          LA MUJER




Hablar de la mujer es ser inconsciente, imprudente, tal vez, “un don nadie”.

Para mí, la mujer es sinónimo de vida; por ella nacemos, nos alimentamos, reímos, lloramos, sentimos calor y sabemos de nuestras necesidades. Por ella pensamos, nos enojamos, advertimos dolor,  nos sentimos hombres como especie, encontramos la razón de un porque, practicamos el machismo estúpido de la inconciencia. Para no sentirnos solos, por ella comenzó la guerra. Nos hace sentir pequeños y nos forja grandes. Porque nos sabemos inferior como linaje humano, competimos, y por consiguiente empleamos la fuerza; pero ella posee la más grande de las fuerzas, porque ostenta la perfección de fabricarnos sin error. Se muestra débil pero se sabe fuerte, se equivoca y nada le importa, la lastiman, sin embargo, sabe curarse y recuperarse, desaparece cuando quiere y se muestra en el momento justo. Tiene los tiempos repartidos para  cada instante de sus días, ama su fruto sin límites, lo atiende y deja su propio cuerpo al deseo, cuando ella lo pretende. Ella nos mira, nos elije, nos sonríe, nos habla y somos suyos. Nos hace sentir que decidimos, que sabemos de la vida y del poder, que somos por quien ellas suspiran… y la simpleza de su todo, nos regala esa creencia para dominar sin dominar. La mujer es la única que llora y ríe a la vez… Por parir a su hijo, por ser feliz, por sentirse enamorada, por estar nerviosa o sentirse amenazada, por pensar en un momento que no quiere encontrar y de alejarse de un amor que ya quiere olvidar. Por eso no alcanzan las razones y los porqués para  escribir sobre ella, tampoco el tiempo que se le debe dedicar, porque la mujer, tiene tanto para dar como tanto que sacar. Ella te hace un dichoso, maravilloso y hermoso macho, se sabe hembra, se encuentra en el medio de este mundo y tiene la dicha de estar triste y alegre, por la simpleza de ser mujer.

 

 

                                          Orlando Mario Soverchia- YoAmor