Me
dejaste sorprendido al mirar tu cuerpo débil y desnudo.
Tu
piel blanca y suave, se dejaba acariciar sin poner límites de tiempo
Mansamente
movías tus piernas de un lado a otro, avergonzadas por mi mirada.
Tus
caderas jugaban entre mis manos seduciéndola a un poco más.
El
tiempo se había detenido en ese maravilloso recreo de sensaciones.
Mis
labios acompañados por susurros de besos, hacían un coro con tus deseos.
En
un momento que no supe cuando fue, me encontré despojado de ropa igual que tú.
Los
dos abrazados, apretados, mirándonos a los ojos, lleno de avaricia por amar.
Fue
el momento que no imagine, soltaste mi cuerpo muy lentamente,
sin
dejarme de observar, fuiste buscando mi intimidad con tu apasionada y sensual
boca.
El
momento se transformó en una hoguera de brujas hermosas, y desee morir junto a
ellas.
Ya
nada importaba, solo era estar en ese fuego que tus labios me llevaban sin
renunciar
Jadee,
grité, suspiré una y otra vez, hasta sentir tus labios lamer todo lo mío,
Volviste
a mis ojos, volviste a mis brazos, volviste a pedir amarnos una vez más.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor