NO ESTÁS
Me senté
en el lugar donde escribo, prendí la luz, miré a mi alrededor, todo era calmo, mi
mesa de trabajo estaba llena de apuntes, libros, mis anteojos a un costado, los
tomé y cuando me los iba a colocar, vi tu foto en el portarretrato que tú me
diste, detuve los pasos a seguir, lo hice mío para pensar cuanto tiempo de mi
vida te habías llevado. Estabas alegre, posabas de una manera muy sensual, realmente
hermosa, tu vestido rojo y el pañuelo que te había obsequiado para tu año más
de vida, estaba decorando todo tu hermosura, plasmé momentos inolvidables que
vivimos juntos, situaciones entre familia, discusiones tensas que nos enseñaron
a crecer y lo maravilloso de sentirte
mujer, me hacías hombre pleno. Tu cuerpo lo desnudé tantas veces como la mente
me lo permitía, tu voz fatigada por el amor, tus labios humedecidos, enrojecían
por los besos llenos de pasión. Estabas ahí, frente a mi mirada penetrante en
esa postal, cada tic tac de ese reloj frente a mí, era la única música que
mataba el silencio de los recuerdos, mis ojos comenzaron a cubrirse de
lágrimas, mis manos muy lentamente trataban de secarlas, pero cada vez más se
llenaban de dolor y tristeza. El llanto ganó mi estado y no pude contener el
grito de… ¡Mi amor porque te fuiste!... Nadie respondió a esta pregunta, solo
la soledad de la verdad estaba a mi lado, donde me contaba que nadie sabía
dónde, solo una respuesta de tu existencia de aquella mañana cuando nada de ti
habías dejado, solo vacía nuestra cama, tus pertenecías no habitaban nuestra
casa, solo y simplemente mis recuerdos de cuanto te amé.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor