sábado, 24 de junio de 2023

                                              REPROCHES



Cada noche de confesión, ante la oscuridad y el silencio,
mis errores de juventud, de adulto, de hombre, vienen a mí.
Nada fue por casualidad, sin pensar lo construí,
sin conciencia, sin sentido, con egoísmo,
con soberbia, con crueldad casi estúpida.
Desmonté ilusiones de aquellos que supieron amarme sin condición,
taladré sus sentidos, despojé sus pasiones, desmenucé sus corazones.
Ahora en mi tiempo, en mi razón, en mis recuerdos que ya no están,
solo cobijo fugases parpadeos, de aquello que hicieron mi realidad.
Me miro al espejo, me señalo con aspereza, me insulto entre mutismo,
buscando en aquello que ya nada puedo remediar.
¿Qué necesita mi conciencia?…Que pretende mi culpa…
Si cada instante de mis noches, me abrazo a mi despiadada soledad.
La tormenta de aquel pasado, me apedrea sin piedad,
Y el dolor incontrolable, inunda mis ojos con lágrimas, hasta mi despertar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 

SALIR DE LA SELVA... Y PENSAR



Una tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba  el día, fastidioso de donde me encontraba, escapé del tormento de ese día. Sin prestar atención, la mirada llegó sin una visión fija, solo árboles, un llano con pastos y siembras, me bajé de ese viaje para respirar lo que parecía que faltaba y por supuesto, nada, solo el malestar se distendía en hacer lo que no quería. Busqué un árbol, desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos a mi costado, donde todo se rendía, fijando mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los rayos y el resplandor salpicado del sol, el silencio se tendió a mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía. Los pájaros me contaban de su vuelo y de su andar entre las hojas y el suelo,   llegarían, a su comida del momento. Seguí mirando hacia un lado y al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde de mi vida, y lo escuche. Comencé con mi niñez desde que me acordaba, entremezclada la sentí feliz, algunos inconvenientes y discusiones de mis padres también llegaron a mis oídos, porque el silencio dictaba la que olvidaba y nada dejaba de lado en mi lectura. Seguí adelante, ya tenía libertades de amigos, de juegos, de travesuras y divertimentos. Seguía mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos y casi sin pestañar lo suficiente, en cada instante, veía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas desteñidas y otras, con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un agravio, la adolescencia, empezaba hacer pestañar mis ojos  acercándome a la luz de ese túnel tan imaginario pero real, para llegar  a la débil realidad en donde y como estaba viviendo. No quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando, moviéndome de costado, tomé una pequeña rama y sin darme cuenta comencé a escribir nombres, frases, palabras, realizando un grafiti tan  inmenso para mí alma y tan insignificante para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio para que todo se borre o todo se quede dentro de mí… Pero  la nobleza de la naturaleza, me sacó de la selva, me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días, y de un salto, desperté de un sueño hermoso y de un abrazo despiadado, para darme cuenta que todo lo que había pasado fue un sueño de día, que mi tiempo pasa y no pasa para que pase, nada quiero y quiero todo, me alcanza la madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones con los tiempos que deberé enfrentar, darme cuenta que cada segundo de un suspiro, se aleja mi vida, para que vaya recibiendo la tranquilidad, la torpeza y la incomprensión de la juventud, hasta darme cuenta, que falta poco en esta larga y corta vida que me queda. Por eso, como una vez lo pedí a una persona.-No me dejes solo… Ahora se lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.  

                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor