lunes, 18 de marzo de 2024

 








Eres piel de mujer, eres imagen desnuda para mis ojos, eres pasión para mi cuerpo, eres deseos para la lujuria de mis sentidos.

Pero también eres el dolor de no poderse cumplir.
Orlando Mario Soverchia - YoAmor D/R
derecos reservados

                                                     LA TARDE DE ESTA TARDE


 

Que la tarde de esta tarde, sea el fin de mis angustias.
Es el fin de un amor, sin saber cuándo y si
lo volveré a tener.
Siempre mi corazón, está con el sentimiento.
de amar.
No lo quiero perder ni lo quiero olvidar,

pero los tiempos y las pausas de palabras bellas,

  se marchitan, cuando cuentan y cantan el dolor del alma,

que arremeten sin piedad.

Orlando Mario Soverchia - YoAmor

 





Ser tuyo es mi deseo, así que me haré viento para que me sientas.

Me haré noche para que me sueñes,

y me haré tu poema para que me leas.

Así, me tendrás y te tendré en todo momento.

Me he dado cuenta que tengo este amor que está en mi corazón,

pero no puede estar en mi vida.

Sabes… tengo ganas de besarte, saborearte,

morderte muy suavecito, porque de tu boca

una mordida tentadora, es perderme localmente

en un beso con el sabor de tus labios.

Y te besé en mis sueños, te abracé en la distancia,

Y te pienso a diario, pero te amo en silencio.



Orlando Mario Soverchia - YoAmor D/R

derechos reservados

 

jueves, 7 de marzo de 2024

 

UN INSTANTE

 


Te tuve entre mis brazos, tu piel erizada,

 provocada por mis caricias.

Me besabas, te besaba, te miré, me sonreí,

te dije muy despacio, no me ames tengo miedo.

Tus ojos brillantes, me miraron muy fijamente,

y sensualmente me dijiste, déjame que solo yo te ame.

Tu respirar en mis oídos me hacía sentir culpable

de lo que tu sentías, y lo que yo no quería,

pero te deseaba en ese instante.

 Mis manos seguían en tu cuerpo,

tus labios acariciaban los míos sin detenerse,

 solo un decir - Por favor no quiero que me ames,

 porque yo no puedo volver amar,

no deseo volver sentir dolor por tanto querer. -

Perverso soy por lo que pido, y cruel con mi amor ansiado,

ya nada tiene sentido cuando mis pensamientos no son a tu ser.

Te quiero a mi lado, pero no en mi vida,

solo necesito estar sin nadie en mi camino,

porque mi único y verdadero amor,

solo durará un instante.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

ALUCINAR



Nunca imaginé que mi pasión por ti llegaría al extremo.

Al extremo donde duele mis manos de apretarlas por no verte,

por no saber dónde estás y tal vez con quien ahora tiene tus besos.

Enojarme con el momento de pensarte o recordarte.

No me permito imaginar que tus labios reposan sobre otra boca.

Tu cintura es abrazada con otros brazos y tu mirada hacia sus ojos.

No quiero sentir tu voz en mis oídos diciéndole te quiero.

Niego toda imagen de amor, en suponer tu cuerpo desnudo,

y ese hombre a tu lado, haciéndote suyo.

Duele mi ser y lastimoso mi corazón, se queja por lo que siente.

Mis lágrimas acompañan este estado sin sentido,

por creer todavía en este sentimiento que siento por ti,

y alucinar que tu amor por mí, lo tienes como el primer día.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                        VIVIENDO LA MUERTE

 

El día se va recostando en una tarde cruel y despiadada, aquel viejo de casi nueve décadas, se encuentra ante la posibilidad de su última jugada con la vida. Su cuerpo, pequeño y enflaquecido por la enfermedad y la vejez, lo exponen sin vergüenza ante la mirada de algunos cercanos a él. Su mirada cada vez más fija, con ojos muy abiertos por no poder identificar la figura de quienes están a su lado, balbucea lo que quiere decir, y grita el dolor de sus huesos.

La muerte está viviendo con él, le pide su alma, pero él desiste todavía; ella lo ataca con soberbia y desparpajo, e ironiza su estadía sin importarle que lo humilla. Lo abraza con delicadeza y muy suavemente le va cambiando el rostro, su nariz se va agrandando, la mandíbula se profundiza con la piel pegada a sus huesos, su boca se va marchitando y la comisura de sus labios, quedan marcadas alrededor de su mueca de sorprendido. No entiende que le está pasando, o sí. Por momentos cierra los ojos y la foto de alguien que descansa, se plasma en una macabra imagen de que ha perdido la partida. Se quiere ir, se quiere alejar de la realidad, no puede o no sabe, pero sí desea, no estar más, viviendo la muerte.

 

                                    Orlando Mario Soverchia- YoAmor              

lunes, 26 de junio de 2023

 

                                                                        TE VI

                                            


Repasando… Te vi, te miré, me detuve a mirar, no te conocía, me gusto observar, te volví a mirar, me interesó saber de vos, te busqué en tantos lugares…y te encontré. Te miré más de cerca, intenté comunicarme, lo logré, te seguí mirando, te dije palabras bonitas para mi gusto, te pregunté si te gustaban, me respondías que sí, más me ilusionaba en hablar, susurrando sentimientos de amor, una y mil veces… ¡AHH!... Te volví a mirar, te volví a buscar, te encontré, volví hablar, ya eras parte de mí y el pensar que tenía que dejar de mirar o de hablar, ya te extrañaba. Escuchaba tus expresiones, sentí que te acercabas en situaciones con palabras con propuestas jugadas. En tantos lugares te imaginaba, sin embargo… te vi, te miré, me detuve, te busqué, te encontré, te pregunté, ¿estás a mi lado? Respondiste… no quiero nada engorroso, te volví a mirar, te volví a preguntar. - ¿tienes miedo?... respondiste. - No lo sé, es complicado, te miré, te busqué, te hablé, te pregunté, y manifestaste… No señor no quiero seguir a su lado. Te miré, te pregunté, ¿porque?, tu silencio me decía que no lo sabías o no querías. Todo se había perdido, de igual manera, te seguí mirando, te seguí buscando, te seguí extrañando. ¿Dónde estás ahora? ¿Por quién piensas?... ¿Piensas en mí?... ¿No tienes en quién pensar? Entonces, ponte a pensar en mí, hazme lugar, por lo menos estoy a tu lado.    

 

                      Orlando Mario Soverchia- YoAmor

sábado, 24 de junio de 2023

                                              REPROCHES



Cada noche de confesión, ante la oscuridad y el silencio,
mis errores de juventud, de adulto, de hombre, vienen a mí.
Nada fue por casualidad, sin pensar lo construí,
sin conciencia, sin sentido, con egoísmo,
con soberbia, con crueldad casi estúpida.
Desmonté ilusiones de aquellos que supieron amarme sin condición,
taladré sus sentidos, despojé sus pasiones, desmenucé sus corazones.
Ahora en mi tiempo, en mi razón, en mis recuerdos que ya no están,
solo cobijo fugases parpadeos, de aquello que hicieron mi realidad.
Me miro al espejo, me señalo con aspereza, me insulto entre mutismo,
buscando en aquello que ya nada puedo remediar.
¿Qué necesita mi conciencia?…Que pretende mi culpa…
Si cada instante de mis noches, me abrazo a mi despiadada soledad.
La tormenta de aquel pasado, me apedrea sin piedad,
Y el dolor incontrolable, inunda mis ojos con lágrimas, hasta mi despertar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 

SALIR DE LA SELVA... Y PENSAR



Una tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba  el día, fastidioso de donde me encontraba, escapé del tormento de ese día. Sin prestar atención, la mirada llegó sin una visión fija, solo árboles, un llano con pastos y siembras, me bajé de ese viaje para respirar lo que parecía que faltaba y por supuesto, nada, solo el malestar se distendía en hacer lo que no quería. Busqué un árbol, desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos a mi costado, donde todo se rendía, fijando mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los rayos y el resplandor salpicado del sol, el silencio se tendió a mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía. Los pájaros me contaban de su vuelo y de su andar entre las hojas y el suelo,   llegarían, a su comida del momento. Seguí mirando hacia un lado y al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde de mi vida, y lo escuche. Comencé con mi niñez desde que me acordaba, entremezclada la sentí feliz, algunos inconvenientes y discusiones de mis padres también llegaron a mis oídos, porque el silencio dictaba la que olvidaba y nada dejaba de lado en mi lectura. Seguí adelante, ya tenía libertades de amigos, de juegos, de travesuras y divertimentos. Seguía mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos y casi sin pestañar lo suficiente, en cada instante, veía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas desteñidas y otras, con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un agravio, la adolescencia, empezaba hacer pestañar mis ojos  acercándome a la luz de ese túnel tan imaginario pero real, para llegar  a la débil realidad en donde y como estaba viviendo. No quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando, moviéndome de costado, tomé una pequeña rama y sin darme cuenta comencé a escribir nombres, frases, palabras, realizando un grafiti tan  inmenso para mí alma y tan insignificante para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio para que todo se borre o todo se quede dentro de mí… Pero  la nobleza de la naturaleza, me sacó de la selva, me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días, y de un salto, desperté de un sueño hermoso y de un abrazo despiadado, para darme cuenta que todo lo que había pasado fue un sueño de día, que mi tiempo pasa y no pasa para que pase, nada quiero y quiero todo, me alcanza la madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones con los tiempos que deberé enfrentar, darme cuenta que cada segundo de un suspiro, se aleja mi vida, para que vaya recibiendo la tranquilidad, la torpeza y la incomprensión de la juventud, hasta darme cuenta, que falta poco en esta larga y corta vida que me queda. Por eso, como una vez lo pedí a una persona.-No me dejes solo… Ahora se lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.  

                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

martes, 13 de junio de 2023

 


                                               RUTINA:


Estoy cansado de la rutina, porque siempre es rutina.

RUTINA, porque siempre hay un día y una noche y me tengo que despertar de día o no, para ir al trabajo o no, para hacer fiaca, hacer actividades o para quedarme levantado o no.

RUTINA, porque tengo que utilizar el mismo vehículo o no, después cambiarlo o no, o quedarme sin nada.

RUTINA, porque  tengo que caminar o quedarme sentado, ver gente que hace lo mismo o no, saludarla o no.

RUTINA, porque tengo que hablar o quedarme callado, abrir los ojos o tenerlo cerrados.

RUTINA, porque tengo que ver el cielo, el sol, la luna, las estrellas, las nubes, la lluvia y se ven de día o de noche en los mismos lugares o no mirarlos.

RUTINA, porque estoy viviendo en una casa y si quisiera en otro lugar o no vivir en ningún lado.

RUTINA, porque hay gente y animales en movimientos y estoy yo en este mundo.

RUTINA, porque hay claridad y oscuridad, que se puede ver o no.

RUTINA, porque  estoy enojado o bueno,  triste o alegre, río o lloro, callo o grito.

RUTINA, porque tengo que pensar, a veces no, otras no puedo.    

RUTINA, porque me tengo que bañar o no, vestirme o no.

RUTINA, porque tengo la misma familia, en el mismo lugar, haciendo lo mismo, que me quieran ver y yo a ellos, o no.

RUTINA, porque todos los días hay gente que nace y otras mueren.

RUTINA, porque tengo que comer, beber o no.

RUTINA, porque este mundo es el mismo, nada cambia o cambia todo a cada rato.

RUTINA, porque siempre veo y siento, en el mismo lugar y de la misma manera.

RUTINA, porque siempre me miro al espejo y me veo siempre yo.

RUTINA, porque la rutina es tan rutinaria que todo lo rutinario que escribo,

en algún momento la rutina, a todos les llega.

                                                Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 AGONÍA



El frío abraza mi alma, el cuerpo se abriga de pesares,

el corazón se acobija de sentimientos

y los sentidos calientan mi razón,

 instantes que aparecen como una eternidad.

Los recuerdos y las nostalgias de un amor,

se presentan inmóviles, quietos ante mí,

sin figura ni contorno, solo la tenue imagen de lo que fue

y el tallado profundo de lo que quiero olvidar.

Son las cuatro estaciones de mi vida,

y los colores del dolor y las alegrías.

Mi tormento no es el pasado ni el presente,

mi agonía, es por lo que sentiré en el futuro,

sin tu amor y sin tu presencia.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

viernes, 9 de junio de 2023

 Repito y repito atormentado: QUIERO AMARTE           

 


Te necesité y te necesito. Recuerdo cuando te abrazaba, cuando te dije amor. Estoy sintiendo angustia por no volverlo a decir... te amaba. Te quería, necesitaba tenerte a mi lado, no eras mía ni eres mía ¿qué voy hacer sin ti? No podré ver tus ojos sonrientes, no podré sentir tus labios, pero cuanto te amaba...

Sufro al pensar que ya no te tengo, y no te puedo escuchar, pero ¡¿porque no te tengo?! Necesito… necesito acariciarte, necesito besarte, necesito amarte, ¿pero porque no te tengo? Tu figura ya no la veo, tu caricia ya no la siento, tu voz ya no la escucho, pero ¡cuánto necesito amarte! Espero que este amor se diluya, que no me siga perturbando, porque te extraño tanto, te odio tanto por esperarte, te odio tanto por amarte. ¡Cómo te amo! Me traes recuerdos de haber amado, me duele saber que ya no estas a mi lado, pero te amo. Sé que no eres mía, también sabía que no me pertenecías, pero yo sin querer, te he amado. Son palabras simples, sin poesía, pensamientos que existían y yo aquí, recostado, extraviado. Estoy pensativo, estoy aturdido, pero no estás a mi lado. Te quiero a mi lado, te necesito a mi lado, quiero escuchar tu voz y poder decir cuánto te amo, ¡¿Por qué?! Porqué te dejé ir… porque te peleé, porque te alejé, porque quise pensar que no sentía amor por ti, cuando ahora sé, que solo necesito amarte, y tú podrías quererme.

Tu despedida me hirió, tu saludo me desorientó, quedé sin rumbo, no sé dónde ir, no se caminar, solo quería amarte. ¿Porque miro tu pasado, porque recorro el mío, si tan solo quiero el hoy a tu lado? Te necesito, te extraño, te quiero y te amo. Tu tiempo no está en mi tiempo y te fuiste a otros brazos, pero yo quería amarte. Me gustaba mirarte cuando reías, cuando me hablabas y ahora me doy cuenta, que ya no eres nada, solo recuerdo de un presente pasado, quería que fueras mía. Yo te extraño, no te olvido, ya no puedo, solo quería darte mi amor. Tu mirada era una caricia a mis ojos, tus palabras un remanso, tus momentos eran siglos que me dabas y ahora sé, que no estabas a mi lado. Como hago, que hago, que siento, no sé lo que tengo, no sé lo que quiero… o si, quería amarte y tu figura no desvanece porque tenía amor para darte. Tengo bronca porque te amo, desdicha de no saber cuidarte, mi corazón latiendo a cada instante diciéndome que te necesita. No sé cómo buscarte, no sé cómo traerte, pero sí sé, que no me perteneces. No puedo comprar tu amor, porque ya te han embargado la vida, y yó necesito amarte. Me gustaría volver a escuchar tus melodías, de que alguna vez me has querido, me has amado, me has deseado. Estoy aquí, hablando con mi razón, reprochando mi existencia, todo es dolor y confusión. Repito una y mil veces, quiero negar que me sucede, pero no puedo mentir a mi alma que solamente necesita amarte. Te pienso, te hablo, me respondo y siento, que quiero amarte. Estás lejos y solo quiero amarte, te fuiste y pienso en amarte, partiste, y solo quiero amarte, pero ¿porque todo esto? sí sé, que no me quieres más a tu lado.   

 

                                       Orlando Mario Soverchia- YoAmor          

viernes, 17 de marzo de 2023

 

QUIEN ÉS

 


Hola, buenas tardes… ¿cómo estás mi amor?...

 

Ese saludo despertó la vida que tenía,

aquel que cacheteó mi razón y mis sentidos.

No me dejó acercar a sus labios, mucho menos abrazarla.

Un paso atrás fue su movimiento, un tanto molesto e inesperado.

Me sorprendió, me confundió, me asustó… veía su cara muy sería.

Llevó sus manos a su rostro, refregó sus ojos y con decisión, me dijo:

-. No quiero seguir más a tu lado, no te quiero y menos te amo. -

El silencio nos abrazó a los dos, el lugar oscureció, el dolor me apretó.

Quería abrir mi boca, emitir sonido, y solo mis labios entreabiertos,

hicieron una selfie de mi figura en negativo, en esa habitación.

Muy suave su voz, arrepentida dijo… -. Lo lamento,

no quiero lastimarte, pero él, es mi nuevo amor, lo amo y hace mucho tiempo.

Caído y pisoteado mi corazón y mis derechos… tomé aliento,

mi pecho galopando de tormento, mi cerebro

atontado, y manipulado por aquella realidad.

Quise ser guapo y hombre superado de ese momento,

extendí mis brazos, tomé y apreté sus manos nerviosas,

con bronca y confundido rompí en llanto mi congoja,

mis ojos no veían, solo el torbellino por esa confesión.

Las palabras no existían, solo esa maldita canción de lamento

acompañaban la escena vergonzosa.

Me incliné abatido por tanto malestar, ella puso su mano sobre mi cabeza,

acarició mi pelo muy mansamente, dolida pero aliviada intentó levantarme,

mis brazos caídos resbalaron entre los suyos, desplomé todo mi ser y

rendido por el desgarro de mi alma, levanté mis ojos en busca de una respuesta,

humildemente y sin importar como me veía, torturé mi amor preguntándole:

¿QUIEN ES…?

 

                                   Orlando Mario Soverchia- YoAmor

domingo, 12 de marzo de 2023

 


                                     HOY



Hoy, sin que te dieras cuenta, estuve observando lo que estabas haciendo. Te mirabas al espejo, te pintaste los labios con el color que a mí me agrada, te pusiste la ropa que más sensual te queda y a mí me cautiva. Caminabas de un lado a otro haciendo posturas y gestos de los que yo te pido, y me di cuenta que te preparabas para mí. Te esperé, me hice el sorprendido de todo lo que veía, pero cada vez que te veo y sabiendo que te veré de la misma manera que lo hice mil veces, tengo que detenerme un buen rato, observarte asombrado por todo lo bella que eres por dentro, porque eres mi amor, sin ver lo que llevas puesto.

                                     Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

miércoles, 8 de marzo de 2023

 

                                                                          LA MUJER




Hablar de la mujer es ser inconsciente, imprudente, tal vez, “un don nadie”.

Para mí, la mujer es sinónimo de vida; por ella nacemos, nos alimentamos, reímos, lloramos, sentimos calor y sabemos de nuestras necesidades. Por ella pensamos, nos enojamos, advertimos dolor,  nos sentimos hombres como especie, encontramos la razón de un porque, practicamos el machismo estúpido de la inconciencia. Para no sentirnos solos, por ella comenzó la guerra. Nos hace sentir pequeños y nos forja grandes. Porque nos sabemos inferior como linaje humano, competimos, y por consiguiente empleamos la fuerza; pero ella posee la más grande de las fuerzas, porque ostenta la perfección de fabricarnos sin error. Se muestra débil pero se sabe fuerte, se equivoca y nada le importa, la lastiman, sin embargo, sabe curarse y recuperarse, desaparece cuando quiere y se muestra en el momento justo. Tiene los tiempos repartidos para  cada instante de sus días, ama su fruto sin límites, lo atiende y deja su propio cuerpo al deseo, cuando ella lo pretende. Ella nos mira, nos elije, nos sonríe, nos habla y somos suyos. Nos hace sentir que decidimos, que sabemos de la vida y del poder, que somos por quien ellas suspiran… y la simpleza de su todo, nos regala esa creencia para dominar sin dominar. La mujer es la única que llora y ríe a la vez… Por parir a su hijo, por ser feliz, por sentirse enamorada, por estar nerviosa o sentirse amenazada, por pensar en un momento que no quiere encontrar y de alejarse de un amor que ya quiere olvidar. Por eso no alcanzan las razones y los porqués para  escribir sobre ella, tampoco el tiempo que se le debe dedicar, porque la mujer, tiene tanto para dar como tanto que sacar. Ella te hace un dichoso, maravilloso y hermoso macho, se sabe hembra, se encuentra en el medio de este mundo y tiene la dicha de estar triste y alegre, por la simpleza de ser mujer.

 

 

                                          Orlando Mario Soverchia- YoAmor    

sábado, 18 de febrero de 2023

 

                                     SALIR DE LA SELVA... Y PENSAR



Una tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba  el día, fastidioso de donde me encontraba, escapé del tormento de ese día. Sin prestar atención, la mirada llegó sin una visión fija, solo árboles, un llano con pastos y siembras, me bajé de ese viaje para respirar lo que parecía que faltaba y por supuesto, nada, solo el malestar se distendía en hacer lo que no quería. Busqué un árbol, desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos a mi costado, donde todo se rendía, fijando mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los rayos y el resplandor salpicado del sol, el silencio se tendió a mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía. Los pájaros me contaban de su vuelo y de su andar entre las hojas y el suelo,   llegarían, a su comida del momento. Seguí mirando hacia un lado y al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde de mi vida, y lo escuche. Comencé con mi niñez desde que me acordaba, entremezclada la sentí feliz, algunos inconvenientes y discusiones de mis padres también llegaron a mis oídos, porque el silencio dictaba la que olvidaba y nada dejaba de lado en mi lectura. Seguí adelante, ya tenía libertades de amigos, de juegos, de travesuras y divertimentos. Seguía mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos y casi sin pestañar lo suficiente, en cada instante, veía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas desteñidas y otras, con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un agravio, la adolescencia, empezaba hacer pestañar mis ojos  acercándome a la luz de ese túnel tan imaginario pero real, para llegar  a la débil realidad en donde y como estaba viviendo. No quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando, moviéndome de costado, tomé una pequeña rama y sin darme cuenta comencé a escribir nombres, frases, palabras, realizando un grafiti tan  inmenso para mí alma y tan insignificante para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio para que todo se borre o todo se quede dentro de mí… Pero  la nobleza de la naturaleza, me sacó de la selva, me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días, y de un salto, desperté de un sueño hermoso y de un abrazo despiadado, para darme cuenta que todo lo que había pasado fue un sueño de día, que mi tiempo pasa y no pasa para que pase, nada quiero y quiero todo, me alcanza la madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones con los tiempos que deberé enfrentar, darme cuenta que cada segundo de un suspiro, se aleja mi vida, para que vaya recibiendo la tranquilidad, la torpeza y la incomprensión de la juventud, hasta darme cuenta, que falta poco en esta larga y corta vida que me queda. Por eso, como una vez lo pedí a una persona.-No me dejes solo… Ahora se lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.  

                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

 

SENSACIONES


 

La noche nos alcanzó, los pensamientos se juntaron,

y el deseo se apoderó de ese instante que tanto deseamos.

Nada se interpuso entre nosotros, solo nuestros cuerpos y la piel,

los besos fueron el primer paso a nuestras ganas, uno tras otro.

Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo muy lentamente,

su cara, cuello, pechos, cintura y muy suavemente entré en sus muslos.

Sus ojos se cerraron, su boca se entreabrió con sus labios humedecidos,

mis piernas sobre las suyas me hicieron sentir muy pegado a ella:

Mordidas muy suavemente hacían el recorrido de arriba abajo y de un costado a otro.

Me prohibía seguir adelante con mis deseos, para imaginar que mucho faltaba,

suspiros, respiración profunda, el sonido de los besos sobre los cuerpos

dibujaban su cadera, apretaba sus nalgas, rosaba su venus, todo en un solo instante.

Contorneábamos las figuras, ondulábamos el frenesí y nos sentíamos más juntos.

Sus manos entre mis piernas, atrevidas buscaban mis partes,

mi cuerpo se entregó a sus caricias, besos, y más caricias y más besos.

Nos tocábamos, nos alejábamos, nos mirábamos, nos besábamos y otra vez pegados.

El juego de ese estado de perdición y de movimientos lentos, nos pusieron al borde de la inconsciencia,

perdidos en la cama por no saber que hacer de todo lo que sentíamos, el silenció grito lujuria.

Un grito de placer, un movimiento sobre ella, estaba divulgando las sensaciones de habernos amado sin control.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

SOLO Y UNICAMENTE VOS


 

Este día quisiste cambiar de lugar, dejaste recuerdos, y tu imagen ya no está.

Abandonaste tu ser, partiste sin querer, y te fuiste sin mí.

Te hice en mi cuerpo, te di todo mis sentidos y compre este mundo para vos.

No entiendo que pasó, y lo único que sé, que siento vacía mi alma.

No te has llevado nada, pero si mis entrañas, y vivo muriendo cada día.

No quiero quedarme subsistiendo, porque nada importa ya.

Mi única ilusión saber que estás todo mi tiempo en mi corazón.

Te acurruco en mis sentimientos y te acaricio con mis nostalgias.

Porque hoy, ángel de mi vida, eres la única razón que siento,

En querer partir a tu nuevo mundo, y vivir a tu lado.

 

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 30 de enero de 2023

 

SOLO Y ACOMPAÑADO


 

Es la primera vez que me encuentro solo

en estos días de tristes festejos,

pretendo encontrarme con el entorno festivo,

y sólo se asoma la compañía de aquellos momentos.

 

Me pregunto si es donde debo estar o solo es pasajero,

me adentro entre los misterios de mi propia alma,

buscando salvarme de aquellas memorias,

y estoy solo y acompañado de tantos recuerdos.

 

Me siento solo y acompañado de un amor equivocado,

de tantos enojos que no justifican,

por aquellas rabias de grandes conflictos,

y decisiones enardecidas que fueron confusas.

 

Me siento solo y acompañado de nuevos encuentros,

un tanto extraños y otros desechos,

me atraen… me corren, de todo el pasado,

y cada uno de ellos, deja y tienen las mismas miserias.

 

Me siento solo y acompañado de silencios y gritos,

de risas y llantos, querencias y malquerencias,

de seres perdidos, otros encontrados,

de todo un pasado que ya, nunca regresa.

 

Solo y acompañado de pequeñas y grandes historias,

de tantos halagos y otros tantos de grandes reproches,

con reflexiones que nunca pude y quise aceptar,

como también de aquello que siempre dejé dispersar.

 

Me siento solo y acompañado con montones de dudas caprichosas,

con las mismas marchas y contramarchas de los pensamientos,

juntando avives de un solo sonar ante mi gran pesar,

que solo legaban a mí, para robarme la justa equidad.

 

Me siento solo y acompañado de injusticias de un lado y del otro,

de necesidades caprichosas y algunas no sabidas,

por lo que ahora y en este momento,

siento necesidad de acercar mi soledad a una nueva vida.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor