martes, 28 de diciembre de 2021

 

 

                                          NO SUPISTE AMAR

 


Te conocí por el destino fortuito, desatendí tu figura, seguí mi camino un tanto libre.

Nada me hacía pensar que tú me observabas, tampoco quería conocerte. No estaba en mí, saber

de otra persona en mi vida, solo eran mis nostalgias y sentimientos maltratados de un pasado,

que me trasladaban a escribir recuerdos de un volver a vivir, de recorrer errores, sanar tristezas,

a reír. Pero apareciste tú, con mirada seria, grandes ojos negros, tus labios carnosos color grana, tu imagen joven, tu sonrisa apenas entreabría tu boca, tus mejillas marcaban tu piel rosada, tu pelo largo y negro a

tu cintura, fotografiaba una bella mujer. Sentí tu voz cálida, severa y débil, para reafirmar tu vida.

Contaste tu existencia casi sin pensar, con vergüenza, dolor, bronca, y casi confusa, narraste

tu vida con vivencias, y me di cuenta, que nunca supiste amar, solo fueron sentimientos de un sentir.

 Pretendías protección, escapar de lo que no habías elegido, y la vida, te dio un sentimiento de paz, pero no un amor con pasión, ese amor, que te haga sentir mujer, y jugaste la partida con fichas que te han prestado.

Creíste que eras la dueña de la verdad y de la razón, pero la vida, no dejó que ese hombre angelical, que no supo darse cuenta que no te estaba ayudando, solo cumplía sus propios deseos. Y el destino lo hizo partir, para liberar sus errores y corregir tus desordenes. Pero te encontraste desorientada y un no saber qué hacer.

No dejaste que la soledad te perseguida, joven y bonita, encontraste un hombre prohibido, el tiempo, los quiso juntos, tuvieron hijos que muchos niegan o rechazan, pero la vergüenza y no poder negarlo más, aquel hecho, acordonó su responsabilidad. Volviste a creer que este era tu verdadero amor imposible, solo que la única diferencia, él venía de un desconsuelo de un engañó, necesitando cubrir su alma, con aquella bella mujer, y vos un hombre que te daba estabilidad, supuestamente, era el hombre, el mejor que sé te había presentado en la vida. Grave error, te manipuló, te usó, supo de tu frágil poder de convicción, condicionó parte de tu familia y tu vida, deseó tu muerte y hasta llegó lucrar con lo tuyo por su despiadada avaricia, pero lo más grave de todo, nunca te supo amar, porque amar no es solo el placer del sexo y esperar el final. Amar es oler tu piel, acariciar tu pelo, tu cuello, besarlo como si fuera la primera y última vez, cuidarte en los más mínimos detalle de tu ser, que no sufras, que no llores, y que rían juntos.

El destino quiso que nada de lo que habías planeado, jugase con tus memorias y la soledad te alcanzó, el miedo a tu vejez, y con apenas cuatro décadas, especulabas con hombres maduros que te hicieran sentir mujer, creer que eras más joven en la vida actual, solo pensabas en ti, solo querías sentirte que tu amor valía, pero también los inventabas, para empezar una nueva ilusión.

Brincabas con tus tiempos y el de los demás, siempre tropezaste con que nunca tuviste un querer. Te sentías bonita, tu forma de ser te hacía desagradable, poco comunicativa, nunca tuviste una intimidad de tu propio amor, lo que hacías, era cambiar sentimientos, para crear etapas con amores inventados. Pero amar, no es solo decirlo, amar es mirar a los ojos sin decir una palabra, las lágrimas cuentan la alegría. Mirar las facciones de todos sus lados y la sonrisa nunca termina. Es pensar en sentir los labios junto al otro, cuando cada abrazo es como tener la luna en tus manos. Por eso no supiste lo que es el amar y nunca supieron hacerlo, con ternura y pasión.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor