martes, 7 de septiembre de 2021

 

DIBUJO ERÓTICO


 

En esa surrealista tarde de mi estado

necesité entretener mis concupiscencias.

Afirmé el caballete en el trípode de mi mente,

ajusté las razones acomodando el lienzo de la imaginación.

Empuñé delicadamente el pincel de mis ojos junto a los pensamientos,

ocupándome en delinear los recuerdos de mis manos acariciando esa modelo,

y sin dejar nada al azar comencé a plasmar el dibujo.

Retiré mi cuerpo dos instantes hacia atrás,

estiré el pulgar, una vez horizontal y otra vertical,

las líneas de esa mujer surgían como magia.

Su cara estaba sobre mí, la mirada se transformó placentera y deliciosa,

su boca empezó a surgir y los labios a sonreír.

Cada vez más, las líneas y la pintura se presentaban ágil y demostrativas.

Mi pincel de cerdas libertinas delineó sus piernas suaves y elegantes.

Sus nalgas delicadas y voluptuosas marcaban curvas excitantes,

curvas que se prolongaban en su estrecha cintura

para acompañar la elegancia de esa imagen

que se extendía en sus ingenuos y provocadores pechos,

adornados por la frutilla de sus pezones, rojo pálido y protuberantes,

mostrándose perversos, firmes, pero mágicos y avivados por la desnudez.

Nunca tuve que esbozar repetidas veces ese retrato,

los colores estaban, fluían en mi presencia como el mejor retrato.

El arte se plasmaba en esas líneas narradoras,

querían salir a la luz de mi vida

y palpar aquel dibujo erótico prodigioso.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor