lunes, 30 de enero de 2023

 

SOLO Y ACOMPAÑADO


 

Es la primera vez que me encuentro solo

en estos días de tristes festejos,

pretendo encontrarme con el entorno festivo,

y sólo se asoma la compañía de aquellos momentos.

 

Me pregunto si es donde debo estar o solo es pasajero,

me adentro entre los misterios de mi propia alma,

buscando salvarme de aquellas memorias,

y estoy solo y acompañado de tantos recuerdos.

 

Me siento solo y acompañado de un amor equivocado,

de tantos enojos que no justifican,

por aquellas rabias de grandes conflictos,

y decisiones enardecidas que fueron confusas.

 

Me siento solo y acompañado de nuevos encuentros,

un tanto extraños y otros desechos,

me atraen… me corren, de todo el pasado,

y cada uno de ellos, deja y tienen las mismas miserias.

 

Me siento solo y acompañado de silencios y gritos,

de risas y llantos, querencias y malquerencias,

de seres perdidos, otros encontrados,

de todo un pasado que ya, nunca regresa.

 

Solo y acompañado de pequeñas y grandes historias,

de tantos halagos y otros tantos de grandes reproches,

con reflexiones que nunca pude y quise aceptar,

como también de aquello que siempre dejé dispersar.

 

Me siento solo y acompañado con montones de dudas caprichosas,

con las mismas marchas y contramarchas de los pensamientos,

juntando avives de un solo sonar ante mi gran pesar,

que solo legaban a mí, para robarme la justa equidad.

 

Me siento solo y acompañado de injusticias de un lado y del otro,

de necesidades caprichosas y algunas no sabidas,

por lo que ahora y en este momento,

siento necesidad de acercar mi soledad a una nueva vida.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

jueves, 19 de enero de 2023





 Me acosté pensando en tu imagen.

Imaginé tu cuerpo desnudo,

ilusioné mis sentidos con tenerte a mi lado,

cerré mis ojos, pensando que soñaba contigo…

Y sabes que?... Jamás los volvería abrir.

Pero un día me voy a cansar,

te voy a ir a buscar y te voy a comer a besos...!

Porque ya no soporto mirarte, admirarte y no tenerte.

Orlando M. Soverchia YoAmor D/R

miércoles, 18 de enero de 2023

 

 

SEÑORA MÍA

 


Una noche bailando, llamaste mi atención

Dando vueltas con desesperación.

Ponías en mí, toda mi preocupación

Sin dejarme más que mi decisión.

Buscando tú figura sin contemplación

Escapando a toda mi seducción

 

Tú cuerpo moviéndose sin parar

Intrigados mis sentidos para especular,

Corría yo de un lado a otro sin pensar

Nada podía yo contemplar

Sin que tú llegases a impacientar

Todo mi tiempo sin vacilar.

 

Llevé mi cuerpo despacio hacia el encuentro

Quedando parado como un estorbo

Pensado si aún tú fueras mí logro.

Dejando mis ojos reposando sobre tus hombros

Entrando y saliendo de mis pensamientos

Analizando hasta donde tú, querías mí gesto.

 

Tú ritmo sin frenesí, contagiaban a tu alrededor

Miradas que iban y venían con mucho fervor

Sonrisa y canto jugaban entre tú esplendor

Ganando premura y más admirador

Dejando algunos diciéndole por favor

Y nadie podía llegar sin poseer temblor.

 

Junté muchas fuerzas y un tanto de orgullo

Sintiendo a mí paso seguridad y algunos murmullos

Nada detenía mi pausado progreso

 La distancia acortando los hechos

Jugado a mi instinto sentí mis derechos

De aquella mujer, que observé de lejos.

 

Acerqué mi cara con mucha cautela,

 Un tanto nervioso solté mi propuesta

Tu mirada un tanto extraviada,

 Asintió sin poner resistencia

Tomé tu cintura para sentir tu figura

Y jugando a los novios formamos pareja.

 

 

Palabras cortadas y algunas confusas

Poníamos nuestras caras, cercas y melosas

Tu perfume y el mío mezclaban las almas

Sonrisas y miradas, acompañaban las charlas

Llegando a contarnos vivencias pasadas

Y sin darnos cuenta, reunimos las nuestras.

 

Observando tus ojos y mucho tu boca

 Solté mis elogios por cuanto provocan

Reíste y devolviendo con otras estrofas

Todo lo hermoso que una mujer corteja

Respondiendo lo mismo y con grata sorpresa

Aceptando sin miedo mis libres propuestas.

 

Llegamos a amarnos, despacio y con tiempo

Recorrimos los cuerpos jugando al intento

Sabiendo que nadie sabía lo nuestro

Buscamos en cada movimiento y pensamiento

Concierto de amores, para un gran momento

Tal vez, sin imaginar otro gran encuentro.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor         

 

TE DIRÉ ALGO


 

No es que te necesite para respirar,

pero creeme que es casi lo mismo.

Mi pecho se siente solitario de los murmullos de tu vida.

Huérfano del abrazo de tus sentimientos.

Del gritar de tus dolencias,

y la alegría por necesitar mis consuelos.

Siempre espero tu mirada con una sonrisa,

y que tus ojos me hablen en silencio.

Cada brisa de tu ternura,

es el perfume para mi alma.

Preciso el silbido de tus secretos,

ellos son los que cantan a mí corazón.

Por eso te diré algo.

Eres todo, y eres mi amor,

  pero también eres el amor platónico

de mi existencia.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

SINTIENDO

 


Siento que estás ahí, del otro lado.

Me estas mirando con tus ojos grandes y muy pensante.

Tus labios entre abiertos y a cada instante los muerdes muy suavemente.

Me imaginas como estoy al escribirte esto,

y yo, te imagino hermosa, delicada, deseada.

Tu cuerpo con poca ropa y tu piel ante mi imaginación del deseo.

Te llamo con pensamientos y tú, me pides que te busque.

Las necesidades se juntan en un punto de los sentimientos,

que, sin hacerlo, nos amamos apasionados y sin tiempo.

Palabras, frases, oraciones, y relatos fogosos,

acercan nuestra fantasía de tocarnos.

Respiramos el aroma emanado por el placer,

y nada en ese instante, apaga el bálsamo lujurioso.

Quiero seguir abrigando este estado.

Porque es el momento que mi corazón te está sintiendo.

   

Orlando Mario Soverchia- YoAmor
derechos reservados

 SI SUPIERAS



Cada segundo de mi vida, es un instante de mi mundo,
Y ese mundo eres tú, eres para mí, mi propia existencia.
Nada puedo realizar pensando que tú no estás a mi lado.
Siento que respiro por mí y por ti, vivo para ti
sin pedirte nada a cambio, solo que me dejes amarte.
No puedo imaginar mis días, que mis ojos no puedan verte,
acuesto mis pensamientos y descansan en tu figura.
Me siento vacío sin tu presencia, me siento solo sin tu querer.
Quiero que entiendas amor, que solo es tenerte en mi corazón,
que, si tú me dejas, te llevarías toda mi alma y con ella mi razón.
Necesito cuidarte y simplemente que sepas que te deseo muy dulcemente.
No sé el porqué, que no te puedo olvidar.
No dejo de extrañar tus caricias y las mías sobre tu cuerpo.
Ya no tengo fuerzas ni forma para decirte de mil maneras…
Si supieras cuanto te amo.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 SI PUDIERA



Si yo pudiera... Si pudiera sentir tu corazón,
si pudiera saber lo que piensas,
si pudiera saber lo que quieres,
si pudiera entender tus caprichos,
si supiera cuál es tu dolor,
si supiera cuál es tu humor...
sí; si supiera no te preguntaría que te pasa,
porque sería tu conciencia.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

miércoles, 11 de enero de 2023

 

                                            NO IMAGINADO

 


Tarde gris, fría, con llovizna, todo era calmo y mohíno, nada parecía cambiar esa postal, pero el destino, quiso que nos encontráramos de casualidad y con las ganas que haya sucedido. Fue solo un. - ¡Hola, como estas!… Acercamos las mejillas y el beso fue el despertar de lo que sentíamos… Admiración de amigos… Soledad en nuestras almas… Gustarnos sin darnos cuenta…Pero el cortejo sexual, se halló entre nosotros sin pensarlo ni un instante.

Nos susurramos muy despacio, nos tomamos de la mano y caminamos a un lugar con menos gente, y sin mirar a ningún lado, las manos se soltaron, los brazos se entrelazaron y las bocas se perdieron una dentro de otra. Nos sentimos adolescente con deseos sin imaginarlos, al punto que ambos nos soltamos y nos dirigimos hasta mi casa sin decirnos nada, y con pasos marcados y acelerados nos encontramos frente a la puerta. Enseguida, estáticos en el living con un sofá mullido y acogedor. Al tiempo de quedarnos ajeno a lo que transcurría en la calle, nos hicimos adolescentes en pecado, nos miramos a los ojos, y sin hablar nos desvestimos casi al instante, la ropa fue quedando esparcida por todo el piso y nada nos preocupó, solo era seguir en lo que teníamos en mente.

Su cuerpo era normal, sus curvas y sus pechos la hacían una hembra en celo.

Nos abalanzamos rápidamente, el silencio gritaba la desesperación que teníamos, y todo nos permitimos, todos nos hicimos. Mi boca en sus pezones, lo transformaron apetitosos y erguidos, mis manos se ocuparon de su cuerpo desnudo, sin pedir permiso se introducía en los labios de su vagina humedecida y caliente, las de ella me enloquecían con los manoseos pervertidos y obscenos sobre mi intimidad erecta, nos pedimos todo, nos dijimos palabras libidinosas y el placer cada vez más descontrolado, me pidió que la haga mía y todo mi calor fue dentro suyo, el jadeo de los dos, se hicieron profundos con gruñidos casi afónicos y llenos de placer. Perdidos en la locura, nos sentimos amantes sin saberlo, ninguno de los dos podía controlar el movimiento desesperado de los cuerpos, que nos obligaba zarandearnos para sentir la fricción de la piel mojada. Fue toda mía y fui todo suyo, nada dejamos sin hacernos, y experimentamos el descontrol del deseo, y terminar en la más hermosa y perfecta lluvia de cada uno. Yo en su cuerpo y ella en mi cara.

Que nunca imaginamos 

 

 

                         Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

QUIEN ÉS


 

Hola, buenas tardes… ¿cómo estás mi amor?...

 

Ese saludo despertó la vida que tenía,

aquel que cacheteó mi razón y mis sentidos.

No me dejó acercar a sus labios, mucho menos abrazarla.

Un paso atrás fue su movimiento, un tanto molesto e inesperado.

Me sorprendió, me confundió, me asustó… veía su cara muy sería.

Llevó sus manos a su rostro, refregó sus ojos y con decisión, me dijo:

-. No quiero seguir más a tu lado, no te quiero y menos te amo. -

El silencio nos abrazó a los dos, el lugar oscureció, el dolor me apretó.

Quería abrir mi boca, emitir sonido, y solo mis labios entreabiertos,

hicieron una selfie de mi figura en negativo, en esa habitación.

Muy suave su voz, arrepentida dijo… -. Lo lamento,

no quiero lastimarte, pero él, es mi nuevo amor, lo amo y hace mucho tiempo.

Caído y pisoteado mi corazón y mis derechos… tomé aliento,

mi pecho galopando de tormento, mi cerebro

atontado, y manipulado por aquella realidad.

Quise ser guapo y hombre superado de ese momento,

extendí mis brazos, tomé y apreté sus manos nerviosas,

con bronca y confundido rompí en llanto mi congoja,

mis ojos no veían, solo el torbellino por esa confesión.

Las palabras no existían, solo esa maldita canción de lamento

acompañaban la escena vergonzosa.

Me incliné abatido por tanto malestar, ella puso su mano sobre mi cabeza,

acarició mi pelo muy mansamente, dolida pero aliviada intentó levantarme,

mis brazos caídos resbalaron entre los suyos, desplomé todo mi ser y

rendido por el desgarro de mi alma, levanté mis ojos en busca de una respuesta,

humildemente y sin importar como me veía, torturé mi amor preguntándole:

¿QUIEN ES…?

 

                                   Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                             Esa paz…

 


Aquel día, era uno más, pero distinto, tan distinto que de un momento a otro, pasó a ser el más raro. Cada segundo, cada instante, cada momento, cada tiempo, era el más terrible de la vida. No se sabía que pasaba, no se entendía que fue, que desató esa crueldad, el porqué, por quien y para quien era ese terrible tormento a los sentidos… Pero el desorden de la inteligencia ya había hecho estragos en la humanidad, nadie sabía dónde se encontraba, donde tenía que buscar y por quien buscar. Orden es lo que se necesitaba y no se podía, pero entre las ruinas de las personas, se halló lo que a todos de una manera u otra los hizo seguir el instinto del hombre, el sentimiento más simple, el más difícil, el más complejo, el más tierno, el más serio, el más exigente, pero el más completo: EL AMOR. Por él, corrían, buscaban, lloraban, enloquecían, reían, y desanimados se mostraban solidarios, compungidos, pero todos con el dolor, con los gritos, con el silencio, con la bronca o la impotencia, se doblegaban ante la morbosidad de la injusticia, las miradas de los pocos, mutilados de la razón, la comprensión, el entendimiento, de la precaria supervivencia… Juntaron los restos de las miserias que algunos pocos, sin alma de ser humano, sembraron terror sin piedad. Pero desde que el mundo es mundo, desde que yo existo, desde que todos nosotros existimos, desde que la mayoría en este planeta existe, sabemos, urgimos, reclamamos, obligamos, que, para vivir en esta vida, se necesita amor, y para tenerlo, se necesita paz, nuestra paz. Esa Paz… para este mundo.

 

                                                 Orlando Mario Soverchia- YoAmor     

martes, 3 de enero de 2023

 

ERES


 

Esta noche…

Eres mi ilusión, mi soledad, mis recuerdos,

mis alegrías, mis llantos.

Eres mis ojos, mis pensamientos,

mis gritos, mis nervios, mis celos.

Eres mi luna, mi sol, mi nobleza, mi pureza,

mi sonrisa, mi caminar.

Eres mis movimientos, mis pensamientos,

 mi cuerpo, mi dolor, mi vida, mi corazón.

Eres tanto amor, te amo tanto amor,

que eres para mí,

mi propio espíritu.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                              PRINCIPIO O UN FINAL

 


Muchas veces sentí la necesidad de escribir lo que mi conciencia necesitaba gritar. Muchas veces sentí la misma sensación de que todo es viejo y siempre existe algo nuevo por ver. Muchas veces sentí que cada palabra que adhiero en estos escritos siempre son del mismo contexto, del mismo sentir, de la misma intención, pero diferentes en tiempos de mi corazón.

Desde los días de mi niñez, siempre se hicieron iguales con distintos matices, con la misma lucidez profunda del miedo a la soledad y no sentir la compañía plena del ser humano, por supuesto, no lo analizaba en esos momentos, pero sí los recojo de los pálidos recuerdos, abrigando mis deseos con la simpleza de una infancia caprichosa, insatisfecha por la inmadurez de los propios sentimientos, cuales hoy, marcan el recorrido frágil de un desarrollo inmaduro.

Ahora en la estupidez de analizar razones envejecidas, irreparables, tal vez injustificadas de tantas anomalías, como hombre necesito enderezar, o buscar el rumbo que siempre inconsciente o conscientemente, fui desafiando, y la premura de la vida me arrasó, enfrentó, desafió, doblegó hasta sacarme toda entidad, que, por supuesto hacen hoy de mí, un ser vacío, sin saber de que me sirve estar en este lugar. Muchos o todos me marcan las razones, los porque o los momentos que dicen o me tienen que indicar el trayecto a recorrer, pero cuando sueltas el alma o la luz que la vida te da, nada se puede ver. Estoy ciego, los sentimientos que quisieron acercarse a mí, no los encuentro, o quizás ya no quieran habitar mi mundo, sé que estoy tras ellos, corro y corro, pero pareciese que ya no se hallan a mi alcance, dejé que se vallan hace tiempo, pero éstos, más audaces y eficaces, no me esperaron ni me dejaron muchas oportunidades para que lo logre, cuando tantas veces los trampee.

De que  vale creer que estoy en esta vida, si mi alma no sabe sobrevivir sin la compañía de todos los que formaron mi existencia, porque ella se integró con alegrías,  sacrificios, muchos dolores y angustias de seres queridos, que ahora solo se sienten defraudados, pero comprometidos, no por lo que soy, sino por el hecho de no desecharme, con  responsabilidades para algunos, nostalgias y recuerdos para otros y tal vez, algo de querer para pocos, pero nada me deja ya  tener otras tantas oportunidades que  ofrecieron sin matices ni condiciones.

Creer que el amor de otros nunca se maltrata, se lastima o muere, fue la soberbia de un imbécil engreído y es lo que hice, subestimé a un amor puro, sincero e incondicional, para luego culparlo de que ya no existía en mis razones y convicciones y ¿ahora? Como lo puedo resucitar cuando lo sentí bajo mi ser, agonizar y pedir vivir hasta el último hilo de suspiro.

Que cruel fue mi razonamiento, que poco inteligente fue mi pensamiento, al matar toda esa vida con vivencias sucias, paganas y vergonzosas.

Una mañana más, una tarde más, una noche más, un día más, un mes más, un año más, cada segundo de estos tiempos que recorro una y mil veces se enfrentan entre sí con la reflexión de poder con el pasado maltrecho, después de una guerra de locuras y acciones fraudulentas.  

Pregunto… ¿Es un principio o un final o es el principio de un final…?; escribo cada palabra, cada pensamiento, cada remordimiento, cada arrepentimiento, para que algún mañana, alguna tarde, alguna noche, algún día, algún mes o algún año, revisen mis cosas, mis recuerdos, mis objetos o tal vez las ganas de alejar todo lo que me pertenecía, para que alguien cualquiera, se detenga a leer por qué mi conciencia, mi alma, mi razón y mi corazón, no supieron entenderse jamás. Tal vez ese tiempo esté muy cerca o tal vez no sé cuándo, pero sé que mi otra vida me está buscando, me exige que no demore, que hay gente esperando mi partida, algunos no creen que estoy haciendo mis valijas, siento que debo hacerlo, muchos ya lo hicieron, mientras otros piensan, que es el final.  

 

                               Orlando Mario Soverchia-YoAmor