lunes, 20 de diciembre de 2021

 

ESTADO


 

Me siento cansado, me siento agotado.

¿Estoy saliendo, estoy llegando?

¿Estoy en lo último? - me pregunto -

¿En dónde estoy? ¿Dónde?

Tantas veces deseé un equilibrio,

tantas veces lo intenté, y muchas lo imaginé,

sin embargo, no he vivido ni un instante

del recorrido querido.

¿Quién detiene este atajo

que no veo mi horizonte alineado?

Tampoco un destino sosegado.

¿Dónde busco aquellos días

que maltrataron los sentidos

y quebrajaron mi estado?

Nunca he pensado alinear mi camino,

pero no me imaginé, un lugar tan mezquino.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

EL MEJOR AMOR


 

La decisión más maravillosa en esa pareja,

había llegado en los dos, de un nuevo ser.

Nueve lunas compartieron con una increíble ilusión,

organizaron sus vidas, los tiempos y su hogar.

La familia entera, vivían de fiesta con inquietudes y proyectos,

y el día había llegado, aquella mamá, cansada y alegre, gozó su querer.

Sus brazos sostenían, aquel hermoso bebé de sueños,

todo igual como lo habían imaginado, como ya lo sabían.

Su carita angelical apretada a sus pechos y la necesidad de comer,

dejaban ver su condición, de un ser especial, un ser increíble.

Crecía con todos sus sentidos sueltos, sin contener emociones espontaneas,

organizaba su mundo con tanta ternura, que todo era mágico.

Sus ojitos con brillos, su mirada inocente, sus gestos afectivos,

su bondad expuesta sin formalidad, sus besos llenos de pasión.

Sus entrecortadas palabras solo eran de cariño y amor,

Cada día manifestaba su posición con capacidades distintas,

pero ella, era la luna, el sol y las estrellas, todo en el mismo lugar y al mismo tiempo,

Llena de inocencia, todo lo hacía maravilloso, que no se podía desatender,

Comenzaba sentirse mujer y sus ingenuos sentimientos los hacía saber,

su deseo de un compañero a su corazón, la hacía graciosa y un tanto jovial,

Feliz e ilusionada, elegía su hombre en donde depositar todo su ser,

Belleza era su alma, inocencia sus deseos, puros los sentimientos,

Todos la adoraban, muchos la envidiaban, por demostrase sin restricción,

Jugaban sus sentidos sin jerarquía, palabras de afectos eran todos sus días,

Cada mañana era un té quiero… a quien la recibía en sus brazos,

No se podía olvidar, no se debía negar, que esa niña mujer, es el mejor amor.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

Esta Navidad es un día como tantos otros del año, con la diferencia que, para los católicos es distinto, festejan la Natividad del Señor. Las intenciones son, augurios y deseos para todos los seres de este mundo, y me agrego a los mismos, en particular, sé que es una noche de amor y paz, por consiguiente, de reconciliaciones. Mis deseos son, sentir y creer que se puede cambiar este mundo, que podemos pensar distinto y convivir como seres de la misma especie, donde deseamos paz y felicidad, pero la felicidad, no a todos en estos días les llega, porque la paz no alcanzó sus corazones.

Por eso van mis deseos y ruegos, a los que están enfermos, logren sanar, los que sufren, tengan alivio, los que perdieron un amor, lo puedan hallar, los que esperan un amor lo puedan encontrar, los que tienen la alegría de recibir una nueva personita en la familia, sean bendecidos. El que se encuentra solo y se siente solo,  sepan que hay más en el mundo que completan ese destino, y no van a estar solos, sino con la compañía de sus propias almas. Los que cometieron errores sepan darse cuenta, los que lastimaron, sientan el deseo de arrepentirse, los que tienen sueños de construir, sientan la fuerza positiva para cumplirlos, los que sientan odio, por creer que la vida no los tienen en cuenta, sepan que, en algún momento del transitar en ella, podrán sentir que los mira. Los que perdieron la dignidad de un trabajo o no lo encuentran, que lo logren, los que pelean por sus derechos, confíen en la justicia. Todos tenemos algo por qué y por quien pensar, es lo que nos hace mortales. Mis deseos son que sientan, paz, no importa sus creencias, no importa sus ideologías, lo que importa es, que en el mundo no haya más guerra, hambre, por el negocio de esos señores del poder. Dios quiera, que en algún momento les llegue el equilibrio de humildad y se sientan terrenales, porque todo se deja en este lugar y lo que hay que ver es el hoy. No a los negocios del hambre y la muerte. Por esto y por tantas necesidades más que el hombre necesita, van mis mejores deseos y buen pasar en esta noche de Navidad.   

                                                Orlando  Mario Soverchia- YoAmor