jueves, 11 de noviembre de 2021

 

                                         ABUELOS



Viajando por la enmarañada  vida, me detuve en una parte de ella,  fue el momento que necesité para contarles  a ustedes… mis hijos, cuánto hay de sus vidas formadas por sus abuelos. El tiempo parece tan lejano y a la vez tan cercano, que hoy los recuerdos se hacen presentes. Eran pequeños con diferencia de dos años uno de otro, ustedes los varones, y ocho después llegó su hermana. El trajinar de su mamá y el mío era tan exigente, que sus nonos, entraron en nuestras vidas como parte de una necesidad derivada a un mismo amor. Por suerte para todos nosotros, estaban  para brindarles todo a sus nietos. Desde muy temprano, las abuelas  se hallaban junto a ustedes, los mimaban,  jugaban, y se repartían el día para cuidarlos, y así tenían el mismo contacto con cada una. Y contigo mujercita ¡!!… Fue distinto, por el solo hecho que tus hermanos, ya grandes, tú tenías un trato muy diferente a ellos, eras la bebé. Hacían una trilogía, nietos, abuelas y abuelos. Desde muy pequeños a los tres les enseñaron su forma de vida, sus costumbres, sus experiencias. El tiempo que les dedicaban eran  como si fuesen uno más de sus amigos, jugaban a las cartas o cualquier juego de mesa, contando cuentos, muñecas, juguetes de nenas, y en algún momento, se hacían cómplice de las inocentes travesuras. Cada deseo de ustedes, para ellos eran una orden, no había tiempos, límites y situaciones que se interpusiese  al pedido que les demandaban. Cuando nos descuidábamos les habían comprado golosinas, regalos de los que se les podía ocurrir, pero ellos, nada los detenía, eran sus nuevos motivos de vida, diría que sobrepasaba al amor de sus propios hijos. Era tan grande el sentimiento de ellos hacia ustedes, que todo quedaba a segundo plano, comprometidos de mente y corazón, por el pedido nuestro de que los cuiden. Los problemas de salud y hasta sus propios tiempos, quedaban postergados. A medida que iban creciendo, exigían más de sus vidas, momentos, cuidados, consejos, hasta ser anfitriones de amistades en sus propias casas, pero no les importaba que no tuvieran privacidad, o postergar  compromisos con sus familiares, solo la necesidad de tenerlos consigo y participar de sus alegrías, era motivo para que todo lo dejasen para otra oportunidad. Fueron pasando los años, ustedes crecían y ellos envejecían, ustedes los retaban y ellos obedecían, pero eran felices igual, porque los tenían ocupados.  Sabían que de a poco se alejarían, y por tal razón aceptaban esas condiciones. Ustedes se hicieron hombres y mujer, tenían vida propia e independiente, motivo que no observaron, ellos los veían distanciarse, necesitaban más de ustedes, como así también, se fueron dando situaciones, donde los tenían que ayudar. Decayeron, comulgaron con los sentimientos encontrados de la indiferencia… Y no se dieron cuenta, que los abuelos más los necesitaban, porque no había y no hay momento que no pregunten por cada uno de sus nietos. Algunos nonos ya han partido, y los demás están marchitando entre enfermedades y torpeza del tiempo, pero siguen preguntando y preocupados por sus nietos. Ya solo se conforma con la información de lejos, algo de independencia tiene,  solo un  pálido reflejo de intenciones  de su autonomía. Descansa obligada en sus asiento dejando que las personas que están a su alrededor, disponga de sus días. Días que le son difíciles, días copiados de la rutina, días que nunca pasan y a la vez, l exigen a su ya lento transitar. Por eso en este párrafo de recuerdos y algo del hoy, les digo que yo también soy abuelo, pero también me he dado cuenta, que los nonos que han tenido y tienen, fueron y son mejores, de lo que soy. Ah!!! … Preguntó por ustedes…      

                                                               Papá

 

                             Orlando Mario Soverchia-YoAmor      

 

A TI MUJER



Esa piedra que sientes llevar, la forma de soltarla es dejar de ser mitad y mitad, y solo sé una mujer. No sirve y no alcanza con decirlo, hay que demostrarlo. Trata como quieres que te traten, habla como quieres que te hablen, quiere como quieres te que te quieran, sé mujer como quieres que te vean, acepta a los demás como quieres que te acepten, ama como quieres que te amen. Todo eso se logra con voluntad de entrega, con voluntad de cambiar, y no con la voluntad en decirlo. Las cosas bellas llegan si demuestras belleza, las cosas simples están con simplezas, la ternura existe si sos tierna, la comprensión fluye cuando toleras.

 

                       Orlando Mario Soverchia- YoAmor   

 

                                  ¿Porque?




Me pregunto… te pregunto…, que me ha pasado, que fue que me hizo pensar que tú me podías querer o alguna vez amar… hasta donde mi ingenuidad, imaginó que yo podía ser mirado. Cada momento que pasaba, todo se  hacía increíble, sabía que jugaba con lo difícil, no solo yo existía en esta travesura,  me has dejado seguir para mirar algo distinto, solo eso producía a tus sentidos, fue curiosidad saber, hasta donde podía entretener, te gustaba distraerte con mis delirios, te sentías importante que mi boca o mi voz, dijeran  palabras que vos me inspirabas, no te dabas cuenta lo que en mi crecía … Tantas veces te he preguntado ¿ Qué piensas de mi ? y solo unas pocas señales, dejaban mis pensamientos algunas dudas o creer que había algo de verdad, de lo que sentía y suponía. Estoy perdido entre mis sentidos, quiero deshojarlos uno a uno y darme cuenta donde ubicarlos. Increíble la vida como ironiza mi caminar y mis tiempos, cuando te conocí, o cuando te hablé, el día oscurecía y se bañaba de una lluvia ruidosa y ahora, estoy sentado ante esta película de frustraciones, y los recuerdos de esos momentos se me acercan con la misma pintura de ese día que te vi. Siempre supe que el extrañar, pensar, querer y amar con locura, solo te deja secuelas de la intensidad que exponemos al corazón, se agotan las palpitaciones, se lastima con heridas que poco cicatrizan, las nostalgias te rodean mofándose porque has creído. Pienso… ¿qué sentís? ¿Te da igual, no? Claro, yo no me di cuenta, que tu corazón golpeado, no quería nada de amores o palabras de amor, encerraste los sentimientos de pasiones y quedaste con el alma con amores sensibles, tus hijos. Lo otro, ya no te importa, ya no juegan en tu memoria y pensamientos, por eso cuando me presenté con emotivas palabras de simpatía, dejaste que se cayeran al suelo, donde las pisabas sin importar y yo sin darme cuenta, por eso me pregunto… te pregunto una y otra vez, ¿Porque? Me he vuelto a lastimar …

                                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

¿Qué piensa una mujer?

 


Él, macho por naturaleza, sin darse cuenta,  hace el intento de arrimarse para entablar una charla y lograr una confianza, la mujer, al sentirse agradable, es cuando más se aleja de la situación casi sonriendo, para demostrar que ella es la hembra y tienen que seducirla. Puede ocurrir que no le interese ese hombre, y por el solo hecho de sentirse el eje de la tierra, subestima el momento, hasta dejar actos de soberbia y desinterés, donde todo le da igual. En definitiva la mujer, cuando sabe que la persiguen, se siente inocente y es un desubicado el hombre por lo que intenta, pero cuando no es observada, él, es un estúpido y otros calificativos porque no se anima.

Alguna vez me gustaría saber que piensa una mujer cuando se dirige a un hombre, cuando lo tiene en frente, sin que haya  nada en común, solo dos seres que se ven y tal vez se gusten.

QUE DIFICIL ENTENDER A LA MUJER Y QUE DIFICIL ES NO NECESITARLA TANTO….

 

                                           Orlando Mario Soverchia- YoAmor