jueves, 13 de octubre de 2022

 

ESA MUJER

 


La vida me dejó caminar libremente,

hasta que me buscó, me alcanzó,

me abrazó, me apretó, me asfixió.

Nada en ese momento, podía liberarme

a una tranquilidad habitual de esos días.

Y en un instante, todo me lo devolvió,

cuando dejó que esa mujer, reclame mi libertad.

Sus ojos, brillantes llenos de inocencia recorrían mi ser.

La sonrisa, era la novia de sus carnosos labios.

Su voz, la melodía de una sinfonía de ángeles.

Su ternura me abrazaba, sin ganas de que me suelte.

Su vida cruel, ejemplo de la desdicha.

Su corazón, maltratado por el desamor de los otros.

Su figura, la increíble imagen, de una criatura sin cuidado.

Pero su alma, llena de sentimientos acongojados,

necesitados de caricias y de besos.

Besos que fueron, paños fríos de mi dolor,

y las caricias, en las mejillas de mí soledad.

Esa mujer, me encontró arrodillado

en el altar de mi vida, me tomó en sus brazos,

y levantó mi frente hacia aquel horizonte que no era mío.

Apretamos los cuerpos huérfanos de comprensión,

y mi alma sintió que mis sueños de amor,

lo tenía esa mujer.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 ESE DÍA

 




Ese día seré todo para vos y vos todo para mí.

Será cuando ya nada me importe,

solo estar con tu cuerpo desnudo e inquieto.

Saber que mis manos estarán ocupadas

con lo mejor que la vida me ha regalado,

donde nada se sienta, más que el canto de nuestras almas,

deseando todo de nada y nada del otro.

Mirar tus suspiros, sentir tus deseos,

caer en el suplicio de no alejarnos.

Rogar que nuestras vidas terminen juntas,

para no dejarnos concebir

y lograr amarnos eternamente.

Porque ese día, ese día moriré en tus brazos.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor