sábado, 18 de febrero de 2023

 

                                     SALIR DE LA SELVA... Y PENSAR



Una tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba  el día, fastidioso de donde me encontraba, escapé del tormento de ese día. Sin prestar atención, la mirada llegó sin una visión fija, solo árboles, un llano con pastos y siembras, me bajé de ese viaje para respirar lo que parecía que faltaba y por supuesto, nada, solo el malestar se distendía en hacer lo que no quería. Busqué un árbol, desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos a mi costado, donde todo se rendía, fijando mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los rayos y el resplandor salpicado del sol, el silencio se tendió a mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía. Los pájaros me contaban de su vuelo y de su andar entre las hojas y el suelo,   llegarían, a su comida del momento. Seguí mirando hacia un lado y al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde de mi vida, y lo escuche. Comencé con mi niñez desde que me acordaba, entremezclada la sentí feliz, algunos inconvenientes y discusiones de mis padres también llegaron a mis oídos, porque el silencio dictaba la que olvidaba y nada dejaba de lado en mi lectura. Seguí adelante, ya tenía libertades de amigos, de juegos, de travesuras y divertimentos. Seguía mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos y casi sin pestañar lo suficiente, en cada instante, veía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas desteñidas y otras, con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un agravio, la adolescencia, empezaba hacer pestañar mis ojos  acercándome a la luz de ese túnel tan imaginario pero real, para llegar  a la débil realidad en donde y como estaba viviendo. No quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando, moviéndome de costado, tomé una pequeña rama y sin darme cuenta comencé a escribir nombres, frases, palabras, realizando un grafiti tan  inmenso para mí alma y tan insignificante para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio para que todo se borre o todo se quede dentro de mí… Pero  la nobleza de la naturaleza, me sacó de la selva, me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días, y de un salto, desperté de un sueño hermoso y de un abrazo despiadado, para darme cuenta que todo lo que había pasado fue un sueño de día, que mi tiempo pasa y no pasa para que pase, nada quiero y quiero todo, me alcanza la madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones con los tiempos que deberé enfrentar, darme cuenta que cada segundo de un suspiro, se aleja mi vida, para que vaya recibiendo la tranquilidad, la torpeza y la incomprensión de la juventud, hasta darme cuenta, que falta poco en esta larga y corta vida que me queda. Por eso, como una vez lo pedí a una persona.-No me dejes solo… Ahora se lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.  

                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

 

SENSACIONES


 

La noche nos alcanzó, los pensamientos se juntaron,

y el deseo se apoderó de ese instante que tanto deseamos.

Nada se interpuso entre nosotros, solo nuestros cuerpos y la piel,

los besos fueron el primer paso a nuestras ganas, uno tras otro.

Mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo muy lentamente,

su cara, cuello, pechos, cintura y muy suavemente entré en sus muslos.

Sus ojos se cerraron, su boca se entreabrió con sus labios humedecidos,

mis piernas sobre las suyas me hicieron sentir muy pegado a ella:

Mordidas muy suavemente hacían el recorrido de arriba abajo y de un costado a otro.

Me prohibía seguir adelante con mis deseos, para imaginar que mucho faltaba,

suspiros, respiración profunda, el sonido de los besos sobre los cuerpos

dibujaban su cadera, apretaba sus nalgas, rosaba su venus, todo en un solo instante.

Contorneábamos las figuras, ondulábamos el frenesí y nos sentíamos más juntos.

Sus manos entre mis piernas, atrevidas buscaban mis partes,

mi cuerpo se entregó a sus caricias, besos, y más caricias y más besos.

Nos tocábamos, nos alejábamos, nos mirábamos, nos besábamos y otra vez pegados.

El juego de ese estado de perdición y de movimientos lentos, nos pusieron al borde de la inconsciencia,

perdidos en la cama por no saber que hacer de todo lo que sentíamos, el silenció grito lujuria.

Un grito de placer, un movimiento sobre ella, estaba divulgando las sensaciones de habernos amado sin control.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

SOLO Y UNICAMENTE VOS


 

Este día quisiste cambiar de lugar, dejaste recuerdos, y tu imagen ya no está.

Abandonaste tu ser, partiste sin querer, y te fuiste sin mí.

Te hice en mi cuerpo, te di todo mis sentidos y compre este mundo para vos.

No entiendo que pasó, y lo único que sé, que siento vacía mi alma.

No te has llevado nada, pero si mis entrañas, y vivo muriendo cada día.

No quiero quedarme subsistiendo, porque nada importa ya.

Mi única ilusión saber que estás todo mi tiempo en mi corazón.

Te acurruco en mis sentimientos y te acaricio con mis nostalgias.

Porque hoy, ángel de mi vida, eres la única razón que siento,

En querer partir a tu nuevo mundo, y vivir a tu lado.

 

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor