martes, 30 de noviembre de 2021

 

                                    AMOR DISTINTO




Quiero compartir el sentimiento de uno de mis incondicionales seres que merece todo mi amor. ¿Por qué? porque no miente, no me reprocha nada, porque no me contesta, porque es sumisa ante una voz en alto, porque cuando estoy triste, es la única que se da cuenta y con sus patitas, sus caricias, su cabecita, me consuela. Sin decirme una palabra, solo sus ojos me dejan tanta lección y consejos que nadie se imagina. Juega cuando yo lo deseo, come cuando le doy, nunca se queja por la comida, nunca reprocha nada, ni tampoco demuestra orgullo por haberle reprendido, solo baja su mirada con humildad. Su otro signo de demostración de amor, es la cola, la vuelve a mover como si nada ha pasado. Cuida mi casa aunque no puede ni contener una langosta, pero ella defiende su lugar. Me ha demostrado su amor incondicional, cuando parte de mi familia estuvo enferma y no se encontraban en casa, ella, recorría todos los lugares para encontrarlas y hasta se quedaba horas y horas cabizbaja, esperándolas. Sabía que algo no estaba bien, presentía la gravedad del momento, mucho antes que nosotros, pero cuando podía se me acercaba, estiraba su hocico, lamía mi mano y volvía a su lugar de descanso. También hacía su peregrinación de dolor. Por eso, y separando los amores humanos de los animales, me he dado cuenta que mi amor es casi igual, hasta pensaría que es más puro.

Pero hoy LARA quiso partir, no me abandonó, solo siguió su camino, porque creyó que era su destino implacable, pero real. Solo esperó que la acaricie, sus ojos enceguecidos con cataratas, me buscaron, me olfateó, sintió mis manos, miro hacia arriba como mostrarnos su viaje eterno, y dejó en mis pupilas, TERNURA, PAZ, SENCIBILIDAD, Y UN DOLOR DE VACÍO. UN AMOR DISTINTO.  

                                  Orlando Mario Soverchia - YoAmor       

sábado, 20 de noviembre de 2021

 

CONFESIÓN DE UN DESEO

 

 


 

Confieso algo de muy dentro de mí, me gustaría tenerte en mis brazos, desnudarte toda...  sentir los cuerpos rozándonos hasta que la piel se caliente, nuestras bocas se entreabran y las lenguas mojando los cuerpos contorneándose a mas no poder. Tus manos y las mías se entrelazan para no perder un instante de nuestros deseos, deseos sin frenesí, lujurias sin contención, placeres perdidos hasta lo sublime del profundo amor de dos cuerpos calientes.

  Jadeos...  y más gemidos... confunden el ambiente, movimientos incontrolables hacen tu cuerpo el zarandeo de una hermosa sirena en celo. Te llegue a lo más profundo de tus entrañas, sentí el calor de tu esperma, gemí, grite, lloré por sentir lo que sentía, desvanecí sobre tus senos, mi labio seguía necesitando de tan hermosa creación. Mojaba tus pezones, oía tus súplicas, mi ser no sabía cómo atender a tanto placer pedido, fue cuando entonces gritamos, deliramos, palabras perdidas, entrecortadas pidiendo no llegue el final. Sentí que todo lo había logrado, mojados y mezclados acariciando nuestras partes, como si todavía nada hubiese pasado, que recién el placer de lo erótico hubiese empezado. Volvimos a mirarnos, tocarnos, sentirnos, y un destello en nuestros ojos avisando la ira de un nuevo AMOR.

 

 

                      Orlando Mario Soverchia- YoAmor

martes, 16 de noviembre de 2021

 

GANAS



Tengo tantas ganas de vos…

Tengo tantas ganas de sentirte, escucharte,

de caricias en tu cara, tengo ganas de morder tu piel.

Tengo ganas de gana, deshacerte a besos,

 romper tus sentidos con los míos.

Tengo tantas ganas, que quiero sufrir para vos,

porque mis ganas son tantas,

 que ganas de morir por vos.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

 

 

 

 

 

 

SOLO

 






Estoy aquí, me siento solo teniendo a todos.

Encuentro en esta frase confusión y disturbios.

Recorro mi alma dialogando con mi conciencia.

Todo es confuso, algo liberado, siempre presionado.

Tiene sentido y nada deja claro mi estado.

Pregunto para mis adentros, ¿Dónde está mi camino?

siempre lo mismo, allá…donde va mi destino.

Sigo consultando a mis emociones,

 solo responden, tal vez cualquiera sea lo mismo.

Abro mis ojos, para mirar más lejos,

y nada lo encuentro, solo un espejo.

Mi corazón busca un amor y nada le interesa.

Consulto todo el tiempo, ¿Dónde está el que tú quieres?

y la eternidad es la que asoma.

Miedos me acompañan ante esta respuesta,

sabiendo que él no sabe latir, sin un amor a quien seguir.

Revuelvo el baúl de mí pasado,

 explorando algún sentimiento olvidado,

descubriendo vivencias lindas y algunas feas.

Las intento sacudir, para revivirlas en mi alma,

pero el tiempo ha pasado, y están algo dañadas.

Como puedo imaginar mi futuro

si aún omito el presente,

sentenciado por lo que fue mi pasado.

Aprieto mis puños, enojado con mis días,

necesito aliviar mi dolor requiriendo lucidez a mi estado, 

pero fracasos y culpas golpean mi ser.

¿Por qué me encuentro solo? ¡Si todos están a mi lado!

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 15 de noviembre de 2021

 

                        CADA DIA DE MIS DIAS



Cada día que pasa me alcanza la vida, me toca con sus compromisos o sus problemas, me empuja, me provoca que reaccione de una u otra forma, yo no sé si dejo que lo haga por querer esperarla para ver como actúa conmigo o soy el cobarde que no la sabe enfrentar, reaccionar y darme vuelta y responderle con una actitud de fuerza, decisión, firmeza y convencido de mi persona. Tal vez en un principio la subestimé, reí de lo que ella podría dar o sacar y que lograba de mí... un estado paranoico, sí, un estado de no saber que quiero, como quisiera vivir, como planear mi día a día, pero claro, si tampoco me deja pensar, no encuentro el orden de la realidad con todo lo que acarrea. ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Que tengo? y si todo esto tuviera una respuesta, no la sé encontrar o buscar con equilibrio armónico.

Cada día que enfrento siento la necesidad de desafiar mi estado, mi conducta y narrar mis días como una novela de ficción y reírme del pasado o más que eso, jugarle la apuesta, con la que ella me arrinconó, ahora puedo contarla como una edición para un drama de otro drama.

Me pregunto hasta donde me dejaría escribir de mi vida o desde donde empezar... me intriga, me hace sentir débil de palabras queriendo transportar mis emociones a este lugar, pero sigo dándome cuenta, que nunca tendré un día donde empezar, donde terminará ni cómo. Tal vez nunca empecé y nunca viví, tal vez sea un sueño de otro ser o de otra vida, pero la verdad ¡Es tan real!... Porque encuentro amores y desamores, sonrisas y lágrimas, abstención y tentaciones, tranquilidad y nervios, ¿Todo es real? Como puedo saberlo si cada día de mis días son todos los días con el primer día de mis razones. 

 

                                    Orlando Mario Soverchia-  YoAmor

viernes, 12 de noviembre de 2021

 Buenas tardes.



 El día va dejando su camino, cansado, maltratado, su cara está gris, su cuerpo humedecido por el llanto de la naturaleza. Quiere sobrevivir unas horas más y terminar algo templado. Mientras tanto, vivo mi realidad con expectativa, esperanza... con miedos, incertidumbre, y todo...es un trayecto sobre mi vida, que en unas horas más, terminarán con mis ojos cerrados, para descansar mi cuerpo y mis pensamientos, en nuevos sueños de un gran amor.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados


 

ALEGRE DE TRISTEZA



Amanece, siento movimiento del día, me doy cuenta que tengo una jornada más para enfrentar, mis ojos poco abiertos, mis pensamientos todos partidos, es cuando sin saber porque, me alegro por sentirme triste. Emociones chocadas, caben en mi estado en este momento, inmovilizo mi cuerpo en mi lecho, entrelazo mis brazos conteniendo mi cabeza sobre la almohada, analizo este nuevo paradójico sentimiento. Quiero entender porque está en mí, que reflexión hace esta insensata existencia, una triste sonrisa se dibuja en mis labios, cuando llegan informaciones al unísono narrando las secuencias de la rara locura a este día. Me siento alegre por estar triste, porque es cuando mi corazón se recuesta en la nostalgia, cuando memorias remotas se tienden junto a mí, siento que no quiero enojarme en este tiempo, creo que no puedo gritar, solo hablar o sencillamente charlar con ternura y comprensión, querer tener en mis manos, soluciones a todo ser que esté a mi vista, profundizo más tristeza al encontrarme solo en este lugar. Mi tiempo del pasado golpea mi pecho, equivocado fui, por tanto mi pena paga el error. Necesito mostrar mis culpas para no esconderme de la vergüenza, no volver a producir dolor, desengaño y mentiras. Enfrentar la vida con poco orgullo, donde la humildad inunde mi ser. Pedir disculpas a todos, cuando con vehemencia me expresé. Evoco a mi madre, mi primer amor, mis hijos y por supuesto con sus frutos. Deliro amar por amar, retozo entre mis sábanas sintiendo confuso momento y necesito llorar,
para sentir mi triste felicidad.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

jueves, 11 de noviembre de 2021

 

                                         ABUELOS



Viajando por la enmarañada  vida, me detuve en una parte de ella,  fue el momento que necesité para contarles  a ustedes… mis hijos, cuánto hay de sus vidas formadas por sus abuelos. El tiempo parece tan lejano y a la vez tan cercano, que hoy los recuerdos se hacen presentes. Eran pequeños con diferencia de dos años uno de otro, ustedes los varones, y ocho después llegó su hermana. El trajinar de su mamá y el mío era tan exigente, que sus nonos, entraron en nuestras vidas como parte de una necesidad derivada a un mismo amor. Por suerte para todos nosotros, estaban  para brindarles todo a sus nietos. Desde muy temprano, las abuelas  se hallaban junto a ustedes, los mimaban,  jugaban, y se repartían el día para cuidarlos, y así tenían el mismo contacto con cada una. Y contigo mujercita ¡!!… Fue distinto, por el solo hecho que tus hermanos, ya grandes, tú tenías un trato muy diferente a ellos, eras la bebé. Hacían una trilogía, nietos, abuelas y abuelos. Desde muy pequeños a los tres les enseñaron su forma de vida, sus costumbres, sus experiencias. El tiempo que les dedicaban eran  como si fuesen uno más de sus amigos, jugaban a las cartas o cualquier juego de mesa, contando cuentos, muñecas, juguetes de nenas, y en algún momento, se hacían cómplice de las inocentes travesuras. Cada deseo de ustedes, para ellos eran una orden, no había tiempos, límites y situaciones que se interpusiese  al pedido que les demandaban. Cuando nos descuidábamos les habían comprado golosinas, regalos de los que se les podía ocurrir, pero ellos, nada los detenía, eran sus nuevos motivos de vida, diría que sobrepasaba al amor de sus propios hijos. Era tan grande el sentimiento de ellos hacia ustedes, que todo quedaba a segundo plano, comprometidos de mente y corazón, por el pedido nuestro de que los cuiden. Los problemas de salud y hasta sus propios tiempos, quedaban postergados. A medida que iban creciendo, exigían más de sus vidas, momentos, cuidados, consejos, hasta ser anfitriones de amistades en sus propias casas, pero no les importaba que no tuvieran privacidad, o postergar  compromisos con sus familiares, solo la necesidad de tenerlos consigo y participar de sus alegrías, era motivo para que todo lo dejasen para otra oportunidad. Fueron pasando los años, ustedes crecían y ellos envejecían, ustedes los retaban y ellos obedecían, pero eran felices igual, porque los tenían ocupados.  Sabían que de a poco se alejarían, y por tal razón aceptaban esas condiciones. Ustedes se hicieron hombres y mujer, tenían vida propia e independiente, motivo que no observaron, ellos los veían distanciarse, necesitaban más de ustedes, como así también, se fueron dando situaciones, donde los tenían que ayudar. Decayeron, comulgaron con los sentimientos encontrados de la indiferencia… Y no se dieron cuenta, que los abuelos más los necesitaban, porque no había y no hay momento que no pregunten por cada uno de sus nietos. Algunos nonos ya han partido, y los demás están marchitando entre enfermedades y torpeza del tiempo, pero siguen preguntando y preocupados por sus nietos. Ya solo se conforma con la información de lejos, algo de independencia tiene,  solo un  pálido reflejo de intenciones  de su autonomía. Descansa obligada en sus asiento dejando que las personas que están a su alrededor, disponga de sus días. Días que le son difíciles, días copiados de la rutina, días que nunca pasan y a la vez, l exigen a su ya lento transitar. Por eso en este párrafo de recuerdos y algo del hoy, les digo que yo también soy abuelo, pero también me he dado cuenta, que los nonos que han tenido y tienen, fueron y son mejores, de lo que soy. Ah!!! … Preguntó por ustedes…      

                                                               Papá

 

                             Orlando Mario Soverchia-YoAmor      

 

A TI MUJER



Esa piedra que sientes llevar, la forma de soltarla es dejar de ser mitad y mitad, y solo sé una mujer. No sirve y no alcanza con decirlo, hay que demostrarlo. Trata como quieres que te traten, habla como quieres que te hablen, quiere como quieres te que te quieran, sé mujer como quieres que te vean, acepta a los demás como quieres que te acepten, ama como quieres que te amen. Todo eso se logra con voluntad de entrega, con voluntad de cambiar, y no con la voluntad en decirlo. Las cosas bellas llegan si demuestras belleza, las cosas simples están con simplezas, la ternura existe si sos tierna, la comprensión fluye cuando toleras.

 

                       Orlando Mario Soverchia- YoAmor   

 

                                  ¿Porque?




Me pregunto… te pregunto…, que me ha pasado, que fue que me hizo pensar que tú me podías querer o alguna vez amar… hasta donde mi ingenuidad, imaginó que yo podía ser mirado. Cada momento que pasaba, todo se  hacía increíble, sabía que jugaba con lo difícil, no solo yo existía en esta travesura,  me has dejado seguir para mirar algo distinto, solo eso producía a tus sentidos, fue curiosidad saber, hasta donde podía entretener, te gustaba distraerte con mis delirios, te sentías importante que mi boca o mi voz, dijeran  palabras que vos me inspirabas, no te dabas cuenta lo que en mi crecía … Tantas veces te he preguntado ¿ Qué piensas de mi ? y solo unas pocas señales, dejaban mis pensamientos algunas dudas o creer que había algo de verdad, de lo que sentía y suponía. Estoy perdido entre mis sentidos, quiero deshojarlos uno a uno y darme cuenta donde ubicarlos. Increíble la vida como ironiza mi caminar y mis tiempos, cuando te conocí, o cuando te hablé, el día oscurecía y se bañaba de una lluvia ruidosa y ahora, estoy sentado ante esta película de frustraciones, y los recuerdos de esos momentos se me acercan con la misma pintura de ese día que te vi. Siempre supe que el extrañar, pensar, querer y amar con locura, solo te deja secuelas de la intensidad que exponemos al corazón, se agotan las palpitaciones, se lastima con heridas que poco cicatrizan, las nostalgias te rodean mofándose porque has creído. Pienso… ¿qué sentís? ¿Te da igual, no? Claro, yo no me di cuenta, que tu corazón golpeado, no quería nada de amores o palabras de amor, encerraste los sentimientos de pasiones y quedaste con el alma con amores sensibles, tus hijos. Lo otro, ya no te importa, ya no juegan en tu memoria y pensamientos, por eso cuando me presenté con emotivas palabras de simpatía, dejaste que se cayeran al suelo, donde las pisabas sin importar y yo sin darme cuenta, por eso me pregunto… te pregunto una y otra vez, ¿Porque? Me he vuelto a lastimar …

                                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

¿Qué piensa una mujer?

 


Él, macho por naturaleza, sin darse cuenta,  hace el intento de arrimarse para entablar una charla y lograr una confianza, la mujer, al sentirse agradable, es cuando más se aleja de la situación casi sonriendo, para demostrar que ella es la hembra y tienen que seducirla. Puede ocurrir que no le interese ese hombre, y por el solo hecho de sentirse el eje de la tierra, subestima el momento, hasta dejar actos de soberbia y desinterés, donde todo le da igual. En definitiva la mujer, cuando sabe que la persiguen, se siente inocente y es un desubicado el hombre por lo que intenta, pero cuando no es observada, él, es un estúpido y otros calificativos porque no se anima.

Alguna vez me gustaría saber que piensa una mujer cuando se dirige a un hombre, cuando lo tiene en frente, sin que haya  nada en común, solo dos seres que se ven y tal vez se gusten.

QUE DIFICIL ENTENDER A LA MUJER Y QUE DIFICIL ES NO NECESITARLA TANTO….

 

                                           Orlando Mario Soverchia- YoAmor    

miércoles, 10 de noviembre de 2021

 



MI SENTIMIENTO

 

Mi pasión es el sentimiento

que cuando quema se vuelve brusca,

y cuando amo se vuelve suave.

No le temo a tu despedida,

le temo a la desolación que inunda mi alma,

y saber que no he de perderme en tus ojos

o fundirme en tu piel nunca más.

Lo único que hice fue amarte con locura,

sentirte en mis entrañas

y dejar que mi conciencia se pierda en tu figura.

Cada noche con cada mañana,

todo viene a mi alma, a mis emociones,

a mis alegrías, a mis tristezas.

Cada noche, cada mañana, es nacer y vivir,

es un instante perdido.

Porque no te he tenido en mis brazos,

y es cuando mueren mis sentidos.



Orlando Mario Soverchia- YoAmor                           D/R

derechos reservados

martes, 9 de noviembre de 2021

 

LOS TE, DE UN AMOR

 




Te extraño, te pienso, te imagino, te necesito, te quiero ver, allá voy, estoy viajando, estoy llegando, te veo, te huelo, me acerco, te toco, te miro, te abrazo, te beso, te hablo, te comento, te enojas, te alejas, te llamo, te vas, te grito, te das vuelta, te pregunto, te excusas, te avergüenzas, y yo. Te dejo.


Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

El silencio otorga, la sonrisa confirma y la mirada habla.

Con el tiempo todo se descubre las mentiras más ocultas, las razones más ciertas y las personas más falsas.



 

Apaga las luces… déjate llevar, porque me gustan los verbos salvajes.



sábado, 6 de noviembre de 2021

 

                                             AMOR ANÓNIMO

 


Ese día, tenía que ser distinto, algo especial, inolvidable, cruel. Caminaba con un tanto de enojo y aburrido, mirando con la vista perdida, valla a saber dónde o por quien, que ese instante me entretenía, cuando una vos muy sensual y angelical, hizo cambiar toda mi postura. Nada ni nadie se había asomado de esa forma, una bella mujer, ojos grandes, labios carnosos y muy rojos, se hacían cómplice de una preciosa sonrisa, su cuerpo elegante, vestido con ropa muy ajustada, ilustraban aquellas curvas que recorrí con goce de arriba abajo y plasmé todo mi fantasía en un instante de mi adolescencia.

Ella, una mujer de cuatro décadas, yo portaba la incertidumbre y el sentir de los deseos de mis dieciocho, un encuentro de edades y choques de juventudes, todo era bendito.

Su voz, golpeó mi alma, mi pecho y mi cerebro, aturdido y emocionado, sin saber lo que dijo, acerqué mi boca a su mejilla y ella muy delicadamente, rozó su piel sobre mis labios. Su mano tocó mi cara, preguntando por un lugar, no supe donde me encontraba, solo delante de ella, balbuce como un niño de corta edad, su mirada penetrante fijaron mis ojos claros,

los de ellas serían más aún, estaba en el paraíso de la perfección, nos perdimos en ese cruce visual que dijeron gustar. Su pregunta y mi respuesta ya no fueron tal, solo saber con quién estaba ella y con quien me encontraba yo, me tomó de la mano y nos hicimos cómplices de lo que el silencio nos narraba. Subí a su coche, su perfume me abrazó más aún, sus piernas, tímidamente hablaban de su cuerpo, su pelo negro y la blancura de su piel, hacían el contraste perfecto de esa figura desnuda. Llegamos, el lugar un paisaje de colores sin control, nada nos dijimos, solo miradas de reojo, sonrisas cómplice de no saber hasta dónde.

Aquel momento sublime había llegado, quedamos solos, sin nada alrededor, sin motivo porque estar uno frente del otro, o sí… creo que mucho, los ruidos se callaron, el silencio cantaba una canción de amor prohibido, los dos a la vez despojándonos de todo lo puesto, mostramos todo,

yo mi cuerpo joven y fresco, ella, exquisita por donde la observara, toque su figura muy suavemente, temblando con ternura, abrí mis manos, se llenaron de sus pechos, los cobijé y los besé muy lentamente hasta sentirlos muy erguidos dentro mi boca. A medida que los cuerpos se tocaban se impregnaron de lujuria sin control, me sentí joven, me vi hombre, me sentí perdido y lo peor, me sentí enamorado de todo lo que esa mujer me estaba haciendo, enseñando, entregando, no sabía cómo complacer todo lo que ella pedía, o lo que pretendía.

Jugó con mi cuerpo, mis partes fueron de ellas y las suyas las obligaba a sentirlas donde quería. Nada era real, todo se trasladaba de una lado a otro en ese cuadrado de sábanas de seda arrugadas y mojadas, no me alcanzaban las manos y mis besos para recorrerla como ella deseaba, no acompañaba mi cuerpo y mi respirar por lo que me ofrecía, descontrolada y enloquecida, gritaba y gemía, quería y suplicaba, pedía y obligaba que no deje de estar dentro suyo. Agitado, rendido, enloquecido y dolido, desplomé mi cuerpo torturado de amor, sentí su boca mojada y caliente recorrer cada poro de mi piel. Quemaban los cuerpos mojados, suspiros galopantes murmuraban en ese lugar, y la quietud de los sentidos satisfechos, nos acunaron para quedarnos apretados en un temblor de abrazo. El tiempo del despido llegó de cachetada, no sabía el porque, quería seguir aquel momento, pero su temple y su desnudez, contaban un adiós de aquel prohibido amor, que nunca volví a ver.

 

                                     Orlando Mario Soverchia- YoAmor                   D/R

viernes, 5 de noviembre de 2021

 

PRESAGIO



Te di mi vida y mis sentidos,

 además de mis pensamientos.

Te di mis suspiros y hasta mi respirar.

Te di todo lo que era mío, y vos,

 solo me has dado dolor al corazón.

Es injusta la vida con el que ama,

y pervertida con aquello que es justo.

Has quebrado las entrañas de mi alma,

porque nada me has dejado,

solo mi entereza maltrecha.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derecho reservado

jueves, 4 de noviembre de 2021

 

PORQUE TE AMO…

 


¿Sabes porque te amo?...

Te amo porque necesito saber dónde estás,

saber si estas alegre, si tienes frío.

Porque necesito mirarte una y otra vez,

no pestañear y no perder un segundo tu figura.

Tocar la punta de tus dedos y sentir que mi piel se eriza.

No necesito beber, porque apenas tocando tus labios húmedos,

me alcanza para vivir,

¿Sabes porque te amo?

porque si no te tengo a mi lado,

sé que estoy muriendo a cada instante.

Te sueño de día, te extraño de noche,

te hablo dormido y respiro tu nombre.

Aprieto mis manos para pensar, que están las tuyas…

¿Sabes porque te amo?

Porque tu aliento es la brisa de ese atardecer,

eres el viento que pega en mi cara,

eres la tormenta de mis sentidos,

y la quietud de mi corazón.

¿Sabes porque te amo?

¡Porque simplemente TE QUIERO!!!...

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor     D/R

 

POR ESA MUJER

 


Mujer bella y delicada en su ser, todo tenía en su vida y en su andar.

Jugaba a su favor todo lo más lindo de su existencia, derrochaba alegría sin querer,

sentía su mundo libre para vivir, pero los sentimientos sin saber porque,

un día dijeron sentir el llamado de otra realidad.

Aquel hombre, florecido de un abrir y cerrar de ojos,

colmó su alma, extravió su mirada por sentirse impactada.

Toda en ella se convirtió en una sinfonía de suspiros,

quiso hacer su saludo y solo un simple hola… fue su accionar.

Sintió que era el sentimiento por quien pensar, juntó fuerzas,

entregó la sonrisa más hermosa que se pudo ver

y le alcanzó para conquistar aquel andante caballero.

Se sintió niña en su transitar, mujer en su seducción dedicándole todo a ese amor.

Ella se concentró en aquella figura del macho cabrío.

Ese hombre precioso para su gusto, la hacía sentir señora.

Cada día que pasaba adoraba los ojos por su mirada,

los labios por sus besos, las manos por sus caricias,

y su cuerpo, por cuanto le hacía sentir en su lecho de pasión.

Todo lo entregó sin condición, su corazón fue sacado de su pecho,

los pensamientos por él fueron su razón de vida, y todo de ella se hizo él.

Nada ni nadie podrían cambiar ese estado que llegó a sentir,

Pero nunca imaginó, que todo lo que vivía todo lo que sentía,

en un instante de aquel segundo preciso, ese caballero andante y hombre fatal,

le decía que no podría seguir a su lado,

porque otra mujer sin saber porque, le había conquistado,

ese amor que había tenido por ella.

Todo se hizo oscuro, todo dejó de existir, la vida ya no valía.

Dejó sus sueños en un rincón, no comía para no seguir viviendo.

Desaliñada y triste, levantaba ese cuerpo maltrecho y golpeado.

Miraba su piel desquebrajada, sus ojos fatigados por no dormir,

su pelo narraba desorden y su alma abatida por tanto dolor.

Su tiempo en años se habían doblegado, no quería seguir viviendo,

las horas detenidas en agonías estúpidas, consumían su nostálgica belleza,

Porque los tiempos creídos conquistados, fueron robados sin pedir permiso.

Por esa mujer.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor                                     

lunes, 1 de noviembre de 2021

 

 

MIRÁNDOTE

 


Siempre me encuentro en un solo pensamiento,

Cuando te dejo por las mañanas,

No me acostumbro alejarme de tu cuerpo,

Me quedé inmóvil mirándote el lunar en tu pierna,

Tu cuerpo desnudo es una poesía de amor,

Tus partes son mías con la mirada más tierna y sensual

Desgasto los instintos sin tener límites de pasión,

Quiero tocarte y tocarme, a la vez que mi beso llega a tu piel,

Te mueves, te estiras, me deslumbran tus pechos,

Sufro los vaivenes de mis deseos con las ganas de amarte,

Te abres de pierna para relajar tu cintura, me enturbia la vista,

Me dejas aturdido de todo lo que ofreces, pero eres mía…

No contuve mis manos, descontrole mis besos,

Cuando mi boca se hizo dueña del venus que tú ofrecías,

Sentiste locura y yo delirios de ganas de estar dentro de ti,

Enredados de fuego y súplicas, quejidos y suspiros,

Sentada sobre mí ser, gemías con furia y locura,

Apretados desnudos, vestidos de placer,

Sentimos la hoguera de nuestro desorden pasional.

Y los dos deseosos nos buscamos, ardientes de amor

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor