Cada día que pasa me alcanza la vida, me toca
con sus compromisos o sus problemas, me empuja, me provoca que reaccione
de una u otra forma, yo no sé si dejo que lo haga por querer esperarla para ver
como actúa conmigo o soy el cobarde que no la sabe enfrentar, reaccionar y
darme vuelta y responderle con una actitud de fuerza, decisión, firmeza y
convencido de mi persona. Tal vez en un principio la subestimé, reí de lo que
ella podría dar o sacar y que lograba de mí... un estado paranoico, sí, un
estado de no saber que quiero, como quisiera vivir, como planear mi día a día,
pero claro, si tampoco me deja pensar, no encuentro el orden de la realidad con
todo lo que acarrea. ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Que
tengo? y si todo esto tuviera una respuesta, no la sé encontrar o buscar con
equilibrio armónico.
Cada día que enfrento siento la necesidad de
desafiar mi estado, mi conducta y narrar mis días como una novela de ficción y
reírme del pasado o más que eso, jugarle la apuesta, con la que ella me
arrinconó, ahora puedo contarla como una edición para un drama de otro drama.
Me pregunto hasta donde me dejaría escribir de mi
vida o desde donde empezar... me intriga, me hace sentir débil de palabras
queriendo transportar mis emociones a este lugar, pero sigo dándome cuenta, que
nunca tendré un día donde empezar, donde terminará ni cómo. Tal vez nunca
empecé y nunca viví, tal vez sea un sueño de otro ser o de otra vida, pero la
verdad ¡Es tan real!... Porque encuentro amores y desamores, sonrisas y
lágrimas, abstención y tentaciones, tranquilidad y nervios, ¿Todo es real? Como
puedo saberlo si cada día de mis días son todos los días con el primer día de
mis razones.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor