PADRE
Eras el segundo de cinco frutos de amor,
Creciste con pocas alegrías mientras vivió
tu papá.
La vida te exigió al límite e hizo un niño
con pelota de trapo.
Adoleciste entre necesidades y obligado de
lo que no querías ver,
llegó tu juventud y nada había cambiado.
Luchaste por un lugar, jugaste con lo incierto,
formaste tu hogar, y lo que te propusiste
lo habías logrado.
Tuviste dos hijos, batallaste sin medida
por ellos,
competiste con lealtad y obtuviste los
triunfos de todo lo que hiciste.
Ya adulto a mi lado, te observaba con mucho
interés.
Tenías el amor de toda tu vida, y mamá la
dio por ti.
Fuiste muy noble, a veces injusto, y un
tanto gruñón,
la
vida sin preguntarte lo que tú sentías, seguía probando tu valentía.
Viejo querido, nos enfrentamos, te
recriminaba tu forma de actuar,
y te he marcado algunos defectos.
Agradezco,
por lo que soy en la vida,
porque siempre me has enseñado
principios de lo que fue tu hombría.
Ya no estás con nosotros y en cada tiempo
te encuentras más presente.
Me hablas con tus recuerdos y me emocionas
con lo que dejaste.
Este día es uno más de todos,
pero cada uno es todo en mis días.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
No hay comentarios. :
Publicar un comentario