Me acerqué a tu imagen.
Me animé a escribirte lo que sucedía,
intenté ser un hombre
templado,
con el control de mis pensamientos y deseos,
pero tu belleza fue tal,
que nada pudo regular las sensaciones.
Borbotones de sentimientos de adolescente,
desplegué mis escritos de todo lo que sentía,
sin vergüenza y sin miedo.
Confesé lo imposible, grité mi delirio,
conté mi resignación,
porque tu increíble belleza borró mi equilibrio
y ya nada me importó.
Más que llorar por un amor que
no correspondía.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor D/R
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