UNAS HORAS DE AMOR
Una noche maravillosa, la palabra amor salió sola,
la sentí, la respiré, la olí, la viví.
Al despedirte, las lágrimas ocuparon mis ojos,
estaba dejando unas horas muy bonitas,
que habitaron aquel lugar, no quería que te alejes
de mi lado,
y celoso de tu casa, porque estarías en ella.
En aquel lecho realmente te amé, te disfruté, te
quise, te deseé,
y cada parte que acaricie de tu piel y de cuerpo que besaba,
me hacía sentir especial y perdido en aquel aroma
inconfundible del placer.
Sabía que te alejarías y tal vez no te
volvería encontrar, pero te tuve en mis
brazos,
Mis manos solo se movían sobre tu tostada forma
contorneándose,
y nada me detenía al sentir tus suspiros,
te besé con tanta delicia, con tanto encanto, con
tanta dulzura
y el goce
de tus labios mordían los míos.
Tu bella sonrisa, mostraban deseos,
tus lágrimas en tus ojos bonitos, me hablaban de
amor.
Mire nuestros cuerpos entrelazados,
tu mirada fija y llorosa, me hizo que te acompañe
en aquella sensación.
En esas horas que conviví a tu lado, me di cuenta
que respiré amor,
sentí que eras mía y me pertenecías,
pero al instante que deje ese tiempo admirable,
me había dado cuenta que solo pude soñarte en mis
ilusiones,
con la esperanza que, en algún otro momento de
nuestras vidas,
como esa hermosa noche, nos volvamos a enamorar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
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