Estoy
en un instante que callo mi silencio, grito los miedos, escucho los recuerdos,
¡dejaría mis vergüenzas sueltas y se muestren sin miedo!... todo esto, porque
la amé sin medida.
ESE
DÍA
Ese
día seré todo para vos y vos todo para mí.
Será
cuando ya nada me importe,
solo
estar con tu cuerpo desnudo e inquieto.
Saber
que mis manos estarán ocupadas
con
lo mejor que la vida me ha regalado,
donde
nada se sienta, más que el canto de nuestras almas,
deseando
todo de nada y nada del otro.
Mirar
tus suspiros, sentir tus deseos,
caer
en el suplicio de no alejarnos.
Rogar
que nuestras vidas terminen juntas,
para
no dejarnos concebir
y
lograr amarnos eternamente.
Porque
ese día, ese día moriré en tus brazos.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
YO SABÍA,
PERO NO QUERÍA
Aquella
tarde, me había preguntado y le he preguntado, ¿Cómo es la manera de querer o
de querernos? Nada respondió, solo un gesto y el silencio fue su respuesta. Me
acerqué más a su lado, tomé su mano y la apreté junto a la mía. Salimos a
caminar por esa vereda maltrecha casi de olvido, el resplandor del sol, nos daba
en los ojos, fue excusa para bajar mi cabeza. Volví a ese momento de
incertidumbre, dudas, aclaraciones, pero mis sentidos y sentimientos se
inquietaban por ese no sé gestual. Mi corazón empezó a sollozar, mis ojos se
encontraron brillosos. Busqué su mirada entre la precaria visera sobre mi
frente, nada había en sus mohines, todo era igual. Sacudí su brazo, necesitaba un
sonido de voz, su mirada lánguida y penosa, se posó sobre la mía, triste y
desentendida, pero sabía. Sentí la más tremenda y estruendosa palabra que no
quería, aquellas letras escuchadas en sus labios, fueron el desorden, de frases
estúpidas e imbéciles que un ser le decía a otro. – No tengo una manera, ni tampoco me importa, porque nada siento, y no
sé qué es querer. Detuve la marcha, paré toda mi vida solo en ese instante,
quise no entender que revoloteaba en la atmosfera. La tarde de resplandor nubló
toda imagen y mi necia pregunta fue. - ¿Entonces,
no soy nada para ti? Su cabeza con
alivio, sacudía de arriba abajo como descargar su pesadez. Se desgarró mi
pecho, se frustraron mis ilusiones de amar, enojé todos mis gestos, entristecí
mis palabras, tendí mi dolor en mi mano, apreté la suya, y muy suavemente, con
lágrimas en mis ojos y en el alma, humildemente, casi sin fuerza y aliento, le
dije:
-
Te
amaba como no te imaginas, yo sabía, pero no quería saber.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
EL DESPUES
QUE QUIERES DE MÍ
ENAMORARTE
AMOR
PROHIBIDO
Prometí a mi alma callar para
siempre lo que siento dentro mío, prometí a mis sentidos guiarlos fuera de ti,
prometí a mi corazón que nada de lo que él me pida, haría caso, prometí salir de tu asombrosa belleza siendo
egoísta con mis deseos... y ¿ qué me ha ocurrido?... sabiendo que nunca llegarás a mí, sentí desesperación por no
saber, aunque mas no sea por un segundo de tu vida, ver tus líneas deslizándose
como imagen sobre mi vista, con el solo pensar que me prestes tu atención en
ese instante, para
que mi día se
regocije y calme mis prohibidos
sentimientos. Prometí no molestarte nunca más y quiero cumplir con ellas, se
están enfrentando mis pensamientos, uno dice que no cumpla, otro que siga siendo
íntegro y está el que me grita desesperado y atormentado, que murmulle a tus
oídos diciéndote. ¡TE ADORO!... ¡TE ADORO!!!
Aunque nada sea yo para ti, aunque nada hayas prometido y nada hayas hecho por este sentimiento, es una inmensa alegría el
pensar que tú, te detengas a mirar lo que yo te he enviado, solo mis emociones
dejan entrever todo lo que has logrado en mi... mujercita adulta y carita
angelical, no me canso de escribirlo por no cansarme de admirar, ni me canso de
extrañar. Quisiera ser tu amor inmaculado, tu
ser más preciado, sentir tus susurros a mi lado, dejando a mis oídos recostados al borde de tus faldas,
sintiendo la suavidad de tus manos, acariciando mi cara apaciguada, como la
tierna espera de aquel niño cansado. Me duele lo que siento, sufro no poder
gritarlo y tal vez imaginar que nada de esto tiene un correspondido destino,
salgo de mí, busco a un culpable, reprendo a mis instintos, vigilo mi conducta,
pero todo es igual, cada idea, cada intención, cada camino siempre me llevan a
ti, PRECIOSA MUJER.
Te pido perdón por no saber cumplir lo que tanto pregoné, y es que SIEMPRE SE
DEBE AMAR A UN AMOR QUE SE MERECE. No sé qué decir, ni sé que hacer, solo
sentir y admirar lo que en tan poco tiempo tú me has dejado llegar. Mi corazón está en llanto, mi
pensar no está en los cabales, sentidos latentes piden saber a gritos, de tu
llegada tan de repente. Juego al miedo pensado que él puede calmarme y solo
descubro que nada ni nadie puede remplazarte, pedí cordura a la inteligencia y
solo recibo más de vergüenza, pero ahí es donde pregunto cuál es mi pecado, si
solo te siento que no estas a mi lado, decir que me inspiras, sentir lo que
envías, creerme un loco porquería, si solo es que no sé cómo fue, pero tu hermosura, sin padecer, golpeó todo mi ser.
Imagino tu boca diciendo amor…y con la más dulce voz, diciéndola a cuatro
vientos, a tan delicada palabra, delicado y primoroso como tus labios rojos,
cuando se acercan a otros, a regalar aquellos besos. Recorro tu mirada en lo
poco que observé y nada me olvidé, guardé tu pelo en mis ojos y pude entrelazar
mis dedos cuando ya tus manos, lo dejaron a la suelta y yo jugué con ellos. Tu mirada de añoranzas llega muy despacio a mi
mente, te acompaño con recuerdos y cada gesto de tus cejas, traen a mí, aquellos
reflejos de pesares.
Eres prohibida y como hago para
decir que quiero que seas mía, si no tengo derecho a tu amor, ni a un papel de
tu alma. Como puedo yo reclamar a tu
conciencia que escuche gritar mis suplicas, si nada de lo que ofrezco, tiene
valor para comprar tus sentimientos. Por eso linda mía, preciosa naturaleza
déjame que me enamore, suéltale a mi locura de amar, todo lo que tú ya no
quieras, para que yo sin oler tu perfume, ni sentir tus vocales, me arregle en
creer, que te tengo en mis brazos y así poder regalar tu corazón y tu vida, a
quien está a tu lado. Me conformo con imaginar que en algún lugar de tu tiempo,
tal vez me estés pensado, por lo que ya es mucho saber, con solo eso de ti hay
un mundo dentro de mí, poblado de tus sentimientos.
Ya no importa quién me mire o me lea, solo importa lo que escribí para tí hermosa mujer. No pude cumplir, no puedo
olvidar, no debo sentir, déjame soñar, déjame llorar a un amor negado, que sin
querer pensarlo solo llegué a su vida en un
prender y apagar del tiempo y ahora no sé cómo lograr que se corte el servicio
de una belleza que siempre he esperado.
Mi dulce niña mujer, mi dulce
carita angelical, quizás sean mis últimos escritos, tu frescura, tu calidez y tu ternura de expresión ya no la pueda observar,
pero si recordaré que el universo lo encontré, cuando miré por primera vez tu
imagen sin querer.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
D/R
PRINCESITA
Besos mi
princesita,
adormecida por
la tragedia del amor,
por el suspiro
de un te amo,
por las
caricias de una brisa estrepitosa e intrépida.
Princesita de bello rostro y de vos susurrante,
dejaste el
perfume de tu bosque encantado
en ocho horas
de dos días,
en la
eternidad de una imaginación,
que por cierto
se hizo realidad.
Deja niña
hechizada,
que los aires
de la pasión
atrapen tus
pensamientos
y vuelvas por el
camino
de tu
enmarañado bosque seducido.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor D/R
PRIMERA VEZ
Una tarde de otoño, el cielo
gris, con nubes tristes, y un sol avergonzado por mostrarse,
me acompañaron todo el tiempo de ese trayecto
en provocar tu encuentro.
Todo estaba en mi interior, en la
sabiduría de lo que sentía,
y en la picardía de ser este
hombre,
este caballero, que tal vez sea
él único, el primero,
este señor que todo lo sabría,
y nada detendría la iniciativa
del superado y experimentado.
Te enfrenté, te tomé del brazo firmemente,
miré tus ojos,
y justo en ese instante, que
tendría que ser, ese que no olvidarías,
solo emergió la tan corta
palabra. - Te amo!... - Nunca amé tanto a nadie como a vos.
De pronto me sonrojé, incliné la cabeza muy
tímidamente, y te dije.
- No, la verdad que nunca he amado a nadie,
todo esto, solo lo he vivido por
primera vez, y solo contigo.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
PORQUE ME
DEJASTE
Cada
instante que paso sentado en el silencio de estos recuerdos,
el presente
me acorrala entre paredes pintadas de burlas, sí, de burlas…
Porque
necesito saber… Sí, saber.
Porque me
dejaste, ¿por qué? … Si lo único fue mirarte.
Por qué
me dejaste, si tan solo quise estar siempre a tu lado.
Por qué
me dejaste, si no sabía si existían otras mujeres.
Por qué
me dejaste, cuando soñaba de día y vivía de noche.
Por qué
me dejaste, cuando mirándote a los ojos sabía que me deseabas.
Porque me
dejaste, cuando humillé mis sentidos y profesaste orgullo.
Porque me
dejaste, cuando cada momento de tu día era el mío.
Por qué
me dejaste, si lo único que pedía era un poco de atención.
¿por qué
me dejaste? ¿Por qué?…
Si mi
único error fue decirte que,
en cada
día de mis días, siempre eras mi único amor.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
PIENSO QUE…
La vida,
te regala naturaleza, te prueba, te exige, te mezcla el amor y el odio. Por
amor se llega a odiar, por amor se sufre, por amor se ríe, se llora. Nunca
sabemos cuándo el amor llega o cuando se aleja, y también, la vida nos da
ilusiones, esperanzas. Ilusiones que se truncan, esperanzas que se diluyen.
¿Qué quiere la vida, de nuestra propia vida? porque da todo y extrae todo, siendo
que muchas veces uno se brinda para tener una vida llena de amor, y solo se
cosecha los pedazos del corazón. Pareciese que no entendemos a este mundo o
este mundo no nos pertenece. Tal vez estemos equivocados, pero lo más sublime
es… tener un poco de paz y que nos alcance, para equilibrar las pasiones y
aminorar las huellas profundas de los tiempos transcurrido que son insondables,
porque duelen los errores y cuanto lastiman al espíritu. No es bueno seguir
entre bambalinas de tormentos y estupideces de sentimientos. Reflexiones de los
martirios por las aflicciones trascurridas, juegan y oprimen nuestros
pensamientos y maltratan nuestras almas. Pero pese a todo vivimos, deseamos,
necesitamos y cuidamos al amor. Por estas razones, es que me siento un
enamorado del amor.
PESARES
Una noche
de tantas, donde los sentimientos quisieron vivir,
Alguien
los llamó a jugar, pero solo los dejaron mirar.
Pedían
que los dejen estar, y solo decían no importar.
Cuanto se
puede sentir, cuanto se puede querer.
No fue una ilusión de lo que no sería esta vez.
Golpeados
y aturdidos, volvieron confundidos.
Reclamaron
a mis pensamientos, y no supe que responder.
Solo sé
que en este día, tenía amores para ofrecer.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
PENDIENTE
Cada día que pasa estoy más
pendiente de ti,
siento el susurro de tu voz
en el silencio de mis
sentidos,
hablo de tu amor con mi
sombra
acompañándome todo el tiempo
y alegre, la veo a mi lado.
Pierdo noción del tiempo dentro
de mi día,
y todo es un jardín de
pensamientos
que ofrezco a mi alma.
Tu figura me abraza sin
vergüenza,
tu mirada me acaricia sin
prejuicios,
tu presencia debilita mi
cuerpo,
y yo, me siento magullado.
Quiero no pensar que te
necesito,
deseo no sentirme en soledad,
lastimo pretensiones de mis
sentimientos,
Pero prefiero sufrir la
avidez de tu presencia.
ORLANDO MARIO SOVERCHIA-
YoAmor
Tal vez estés necesitando de mí una compañía,
con ternura, de
cobijo y de bondad,
aunque estemos lejos la tendrás. Estoy a tu lado en la
distancia,
siento tu necesidad sin que la oiga, respiro tu perfume sin
olerlo,
te escucho sin sentirte y tal vez te quiera sin querer.
Porque tal vez te amé sin que tú me ames,
y tal vez algún día a mi lado, un rato te tendré.
Me necesitaras sin darte cuenta, porque yo sí me doy cuenta,
no donde llega lo que anhelamos, sino todo lo que sentimos.
Jugamos al amor de adolescentes pervertidos,
y peleamos por correr en nuestras fantasías.
Darnos cuenta que no sabemos, que los dos nos deseamos.
Eres bella dama y los deseos están en mi lecho.
Te pienso como siempre dulcemente y dueña de mis actos.
Por esta razón, desnuda y entregada al amor,
recorreré tu cuerpo con mis ojos, mis manos y mi boca,
y limpiaré aquello que tanto te hace daño.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
NOSTALGIA
DE AMOR
Siento nostalgia
de un segundo atrás, porque no siento
correr el tiempo, por el dolor que tengo en mi alma. No te puedo olvidar, no te
quiero olvidar, no sé cómo olvidar. Fuiste mi guía en mi laberinto de pasiones.
Siento nostalgias de aquellos días, donde besaba tu cuerpo vestido de piel,
donde mis manos caminaron sin parar, hasta encontrar tus manos sobre tus
pechos, para que mis labios lo hicieran míos. Siento nostalgias de tus caricias
sobre mi cuerpo desnudo, y no sé qué hacer, al descontrolarse mis deseos.
Siento nostalgias, de sentir tu respirar sobre mis hombros, cuando nada te detenía
en querer estar sentada sobre mis partes calientes y todo lo pedías. Siento
nostalgias de tanto amor y pasión que me diste, que ahora siento bronca y dolor,
por tener nostalgias de ese recuerdo.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
NOTIFICACIÓN
¿Puedo comunicarme
contigo?...
Para decirte que quiero
hablarte
y contarte todo lo que
me gustas.
Declararte lo hermosa
que eres,
lo que pasa cuando te
veo,
lo que me produce tu
figura,
lo que palpita mi
corazón cuando te pienso.
Por eso quería charlar,
para expresártelo,
y si no puedo, he
tenido la ilusión de pensarlo.
¡Porque sabes!...
Que hermoso sería
tenerte en mis brazos,
y llenarte con besos de
amor.
Me dirás loco, por
decir que te amo con locura.
Me dirás tonto, por
quererte cerca de mí,
y me tratarás de
inconsciente por pedirte un hijo.
Pero nunca me podrás
decir estúpido,
por imaginar y creer
que me podrías querer.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
13.6.2022
NO TE IMAGINAS
Detuve mi estado emocional y me doy cuenta
que nada ha cambiado y todo sigue igual.
Jugué a la escondidas con el tiempo y mi destino,
sintiendo la niñez de mis sentidos y los sentimientos resentidos.
Apareciste sin querer, surgiste de las profundidades del percibir,
como si nada hubiese pasado, como si nunca me hubieras dejado,
y solo estuvieses en mí.
Dejaste fragmentado y sin arreglo mi corazón,
rompiste el cristal de mi amor, y la pureza de mi creer.
Nunca dije nada, más que aquel último…- Por favor no me dejes. -
Se doblegó el espejismo de tu querer,
al saber que ya no estabas, y mi razón no lo aceptaba.
Oía tus pasos alejarse y nos los quería escuchar,
maltrataban mi respirar y nada lo podía remediar.
Lloré y grité a Dios, pidiéndole que no fuera real,
que solo sea un momento mal ubicado,
o un instante de una noche, de haber soñado.
El día me sopapeó con desparpajo y sin pudor,
Transgrediendo la dignidad de mi cuerpo abatido,
desconsolado y atormentado me sentí solo y con mucho dolor.
Todo te llevaste, mi alegría, mi respirar,
mi devoción y admiración de tu figura con color.
No te imaginas, que sin dejarme nada,
todavía tengo todo, lo que siento por vos.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
NO ME
DEJASTE
Te pensé,
te vi, y te pude tener.
Pero no
me dejaste que te ame.
Me
dejaste que te mire, que te toque,
que te
saque la ropa muy despacio y te acaricie toda.
Dejaste
que mi cuerpo desnudo esté pegado al tuyo,
que te
bese toda la piel, que huela parte por parte tu cuerpo.
Me
dejaste porque pediste que esté dentro tuyo,
dejaste
que mis labios estén entre tus piernas.
Me dejaste libertad de hacer lo que sintamos,
me
dejaste sentir tus deseos y los míos en un gemido sin igual… Pero sigo pensando
que no me dejaste, que te haga el amor.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
NO ESTÁS
Me senté
en el lugar donde escribo, prendí la luz, miré a mi alrededor, todo era calmo, mi
mesa de trabajo estaba llena de apuntes, libros, mis anteojos a un costado, los
tomé y cuando me los iba a colocar, vi tu foto en el portarretrato que tú me
diste, detuve los pasos a seguir, lo hice mío para pensar cuanto tiempo de mi
vida te habías llevado. Estabas alegre, posabas de una manera muy sensual, realmente
hermosa, tu vestido rojo y el pañuelo que te había obsequiado para tu año más
de vida, estaba decorando toda tu hermosura, plasmé momentos inolvidables que
vivimos juntos, situaciones entre familia, discusiones tensas que nos enseñaron
a crecer y lo maravilloso de sentirte mujer, me hacías hombre pleno. Tu cuerpo
lo desnudé tantas veces como la mente me lo permitía, tu voz fatigada por el
amor, tus labios humedecidos, enrojecían por los besos llenos de pasión. Estabas
ahí, frente a mi mirada penetrante en esa postal, cada tic tac de ese reloj
frente a mí, era la única música que mataba el silencio de los recuerdos, mis
ojos comenzaron a cubrirse de lágrimas, mis manos muy lentamente trataban de secarlas,
pero cada vez más se llenaban de dolor y tristeza. El llanto ganó mi estado y
no pude contener el grito de… ¡Mi amor porque te fuiste!... Nadie respondió a
esta pregunta, solo la soledad de la verdad estaba a mi lado, donde me contaba
que nadie sabía dónde, solo una respuesta de tu existencia de aquella mañana
cuando nada de ti habías dejado, solo vacía nuestra cama, tus pertenecías no
habitaban nuestra casa, solo y simplemente mis recuerdos de cuanto te amé.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
5.6.2016