viernes, 22 de octubre de 2021

 

EL VIAJE



Ten cuidado, cuídate en tu viaje, mira bien al de frente, ponte los cinturones, piensa o trata de imaginar lo que puede hacer el otro conductor, así mañana llegaras a tu destino.

Podrás festejar con tu familia, donde lo más importante, es hacer un balance de este año, y aclarar tus pensamientos, para que te acerques por quien estás pensando.

No lo dejes que se aleje, no lo esperes, solo ve por él, y dile cuanto lo extrañas, lo necesitas y cuanto piensas en él.

Nada es complicado si tú misma no piensas en ordenar lo que ya está en su lugar.

El Año que te espera, es donde ya tendrás que darte cuenta, cuanto te gusta, ya es el tiempo que debes subir a ese viaje sin mirar atrás, ni detenerte a escuchar a nadie más.

Que pases los mejores momentos, que sientas las lindas sensaciones del corazón, que tus ojos miren a quien mirar, y tus palabras no cambie lo que pensás.
Esto lo lees, lo imaginás, lo sentís, y te sonreirás.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor         

miércoles, 20 de octubre de 2021

 EGOS



Los egos, los tengo, los quiero y los rechazo,
son míos, me lastiman, me provocan.
Se saben parte de mi forma,
son espinas que ofenden,
son los maltratos de mi inconciencia,
son mi parte que la finge,
es mi todo sin quererlo.
Quiero al juez, que libere estos instintos,
pero más necesito,
aquel que deje suelto mis deseos.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor 

 


Me gustaría

 

Saber dónde estoy, cuando empezar,

Cuando parar o cuando seguir.

Movilizar mis deseos, buscar sentimientos,

Construir mis instintos y comenzar a existir.

 

Noté distracción en mis pensamientos

Con recuerdos perdidos y un tanto confusos.

Mezclando razones y tal vez las tenga

Sentí impotencia por tanta vergüenza.

 

Traté de buscarme entre muchas flaquezas

Sentirme golpeado de injustas respuestas.

Volví a insistir entre grandes revueltas,

Encontrando la nada razonando la espera.

 

Volver a mí, sentirme que siento,

Buscar fantasías con algunos aciertos.

Dejar que el pasado le cuente al futuro,

Y que nada arrastre lo que nunca hubo.

 

Rehacer mis amores un tanto lejanos,

Fabricar contenciones con grandes pasiones.

Resignar que mi alma goce de aquellos placeres

Sentirme aliviado desertando mis penas.

 

Llegar a pensar cual realidad es el presente

Sentir las virtudes que están latentes.

Jugar con los hechos de grandes encuentros,

Realizar lo posible de mis espejismos.

 

Concluyendo mis días abrazado a sucesos,

Aquellos que tantos sostuvieron proezas.

Otros mutilando ilusiones perdidas,

Pero ese final tal vez nunca llegue.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

sábado, 16 de octubre de 2021

 

                                         MADRE…



Mamá…  joven mujer… cuando un día decidiste entregar tu cuerpo y generar la divina creación de un hijo, todo fue amor desde el primer instante de pensarlo. Pusiste todo tu cuerpo a su disposición, hasta tu propia vida, te protegías hasta privarte de lo que más te gustara, pero todo era para la vida latiendo en tu panza.  Yo, sin razonamiento, latía ahí, ahora tu amor me lo hace recordar. Cada día tu cuerpo cambiaba, tus sentimientos más fuertes, ansiosos, preocupados por mi crecimiento, te hacía linda, mimosa, sensible, llena de pureza. Tus manos me acariciaban suavemente en todo momento, trasmitiendo amor y más amor, celosa, orgullosa caminabas de un lado a otro, mostrando el poder de lo que logra una mujer, tus ojos brillando contando alegría. El tiempo se acercaba, cada día era un hoy, recordando a tu madre que ya no tenías… te sentías única en ese instante, la vida te llamaba, revelabas dolosa alegría y un llanto, te dijo… ¡Aquí estoy!!! Llorabas, me mirabas, mientras tu cuerpo cansado, con los brazos temblorosos, extendiéndolos para sentir y oler parte de tu cuerpo, y llegué…  necesitaba el calor que tú me diste en nueve lunas. Cobijaste aquel pedazo de existencia entre mantas, besos sobre mí, buscabas mi boca para continuar el nacimiento, donde tus pechos calmaban, mi confundida nueva vida. Todo corría… etapas con preocupados controles, alegrías y festejos. Mis primeros pasos, los viste como él día increíble de lo que habías soñado, tambaleante extendía mis brazos en alto, para mantener equilibrio. Tu sonrisa, tus palabras, eran el imán de tu corazón orgulloso, me apretaste fuertemente, las lágrimas llenaron tus mejillas al ver que ya tenías tu amor caminando. Pasaron los años, distintas experiencias y jamás me faltaste, el tiempo hizo su trabajo, cuando la adolescencia golpeó nuestra casa, mi ser independiente parecía que todo lo obtenía, muchas veces recriminé que tu no sabías, pero siempre tu amor, yo lo tenía, sin darme cuenta en esos días que, sin ti, nada podía. Atenta a mis vaivenes de persona adulta, con solo mirarte ya lo sabías, te sentabas junto a mí, escuchabas, a veces charlas alegres, otras tristes, pero tu fuerza siempre fue el sostén. La vida me alejó de tu guía, pero nunca dejaste de atender situaciones, dulcificabas mis tristezas y ya todo cambiaba. Mamá… junto a mis hijos y nietos, sos el eje de mi vida, nunca quisiera que sufras, que llores, que enfermes como lo estás, pero Dios te observa, no te hizo una vida fácil, siempre sufriste con injusticias y dolores profundos, y a pesar de eso, siempre tiraste de ella, sin que importe más que dar tu amor, hasta peligrar tu presencia en este mundo. Cada día que pasa es un desafío a tu cuerpo, vives por tus hijos, tu esposo y tu familia toda, pero sé que cada mañana, eliges que dolor convivirá contigo. Soy un hombre adulto, pero soy tan chico a tu lado como el primer día que me tomaste en tus brazos y me besaste. Mamá TE AMO, y no quisiera que la ley de la vida cumpla con el veredicto cruel, porque ese día madre… ese día, mi alma se irá contigo.

                                                    Orlando Mario Soverchia-  YoAmor

 

INTENCION






Te tomé de la mano,

 las sentí temblando y caliente.

Miré tus ojos, brillaban de dulzura.

Miré tu boca, sonreía con picardía.

Miré tus labios, mojados de pasión.

Miré tus caderas, zarandeaban suavemente,

Miré tu cuerpo y.… no quiero pensar,

solo digo…- Te deseo amor.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor             

 

QUIEN SOY

 


Escribir de mí, es como escribir con tiza blanca en una pared blanca,

nada se vería y nada se sabría.

No necesito comentar quien soy y como soy,

la gente y la vida misma narra mi historia,

buena o mala, pero dibujan mi camino.

Manifiesto la armonía del placer,

la lujuria del deseo y la ternura del querer.

Todo lo que siento y pienso,

todo aquello que me haga sentir que estoy en el lugar correcto

y compartir mis pensamientos… Como el amor de mi alma,

lo expreso con fuerza sin vergüenza y sin miedo.

Es el gritar los sentimientos de mi corazón,

es la esencia de mi vida,

es el frenesí de mi conciencia,

es el amor que tengo para amar,

es amar a la vida y a mi propia vida.

Porque he nacido por un amor,

vivo por un amor,

y por amor he de morir.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

viernes, 15 de octubre de 2021

 

                                  MI MANERA DE AMARTE



Tantas formas de amar de mil maneras, como tantos otros lo harán, pero yo, tengo una sola manera de amarte, a mi manera. Principalmente por ser mujer ya para mí es todo, es especial, extraño, sensitivo, nerviosismo, paradisíaco… Sí, porque es cuando tú y yo nos acerca un especial motivo, AMAR. Amo todo de ti, siento que nada dejo de ver en tu interior, cada parte de ti es mío como lo mío es tuyo. Nada me detiene mirándote a los ojos y a tus labios, tomándote de las manos tal vez transpiradas por sentirte que ya estas cerca, me aproximo a tu cara, la roso suavemente junto a la mía, quiero sentir la delicadeza de tus mejillas y mi boca susurrándote al oído, y un corto suspiro de placer a la sensibilidad. Nos buscamos entre los labios y dejamos que solos se vayan humedeciendo con el sabor del otro e ir al encuentro y mojar nuestras lenguas muy suavemente. Mis brazos ya no están en tus manos, te abrazan, acaricia tu espalda y aprietan tu cintura como si ya todo está para mí, dejando que tu impresión del momento afloje todo tu ser, esperando tus caricias como las mías permitiendo que lleven el trayecto en los caminos de nuestros cuerpos ya temblorosos pero deseosos. Mi boca no deja de sentir tu piel entre un beso y el otro, como lo mismo de los tuyos, te miro a los ojos, están casi rojizos y lagrimosos pero apasionados, los míos te buscan entre tu ropa, nada nos deja hablar solo sentir el suspiro, la sensación del placer, como si el silencio y la pausa de nuestros movimientos sea el baile de una sinfonía de amor. Nuestras figuras se van acercando cada vez más, nuestras manos ya no alcanzan con las caricias y recorren cada singular parte de nuestros cuerpos, donde te indico el camino hacia el encanto de nuestra piel. Quiero tenerte todavía erguida junto a mi cuerpo, necesito desearte, sentir que el tuyo me pide lo mismo y  te recuesto sobre un colchón de amores y cada cual busca la libertad de sus cuerpos, para que se encuentren solamente con el sudor y el aroma de un amor, ¡y amarte!... amarte a mi manera.

                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

PREGUNTAS

 


¿Te quise alguna vez?

mucho y siempre.

¿Me quisiste en algún momento?

No escuche, tu mudez me está respondiendo.

Tal vez sientas dolor en tu voz,

o solo no puedes o no quieres hablar.

Que sucedió con tus gestos de amor,

y que confusión te llevó a ultrajar mi conciencia.

Quisiera sentir razones piadosas,

o entender algún malestar.

Tallaste los sentimientos con gubias desafiladas,

lastimando la madera del corazón,

y no ensayaste mejorar el arte de amar.

¿Pero sabes qué?

Prefiero no hacer más preguntas, porque en verdad,

no tengo ganas de escuchar,

las crueldades de este silencio.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor                   

jueves, 14 de octubre de 2021

 




Tengo tantas ganas... de estar con alguien, 

de escuchar un te amo, 

de sentir una vos con mi nombre, 

de no sentirme solo. 

Pero tengo tantas ganas de un montón de ganas, 

que no quiero estar con nadie, 

por nada.


Orlando Mario Soverchia- YoAmor                 

miércoles, 13 de octubre de 2021

 

¿ME ENAMORE?


 

Me enamore, sin saber porque me enamoré de ti.

Creo que me enamoré de tus ojos, de tu pelo, de tu boca.

Me enamoré de tus labios, de tu piel, de tus manos,

Sí, creo que algo me gusta de vos, porque también me enamoré,

de tu sonrisa, de tus dientes, de tu mirada, de tu cuello.

Si, si… porque me enamoré de tu figura angelical, y de tu ternura.

Me enamoré de tu caminar, de tus piernas, de tu andar.

Claro ahora me doy cuenta, que algo había, porque me enamoré.

Me enamoré de tu voz, de tu trato hacia mí, de tus enojos.

Siento que me enamoré de tu vida, de tus amigos, de tu familia.

Me enamoré solamente de todo tu ser.

Creo que algo de vos está llegando a mis ojos,

me parece que me enamoré de vos, por lo que siente mi corazón.

 

 

Orlando Mario Soverchia-YoAmor

 

                                           Los dos cuerpos desnudos…

 


Miré tu figura sin nada y tu mirada en mi cuerpo sin ropa, los ojos no sabían que reflejar. Las bocas entre abiertas y los labios mojados se mordían entre sí. Nos gustaba desearnos, tocarnos y no tocarnos, cada parte de mí, empezaba estar caliente y tú, temblando por tus deseos en sentirme. Nuestra respiración comenzó hacer más profunda y más sentida, los ojos brillosos comenzaban lagrimear, los suspiros eran el reflejo de nuestro estado y todo se borró a nuestro alrededor. Ya nada importaba que las ventanas estuviesen abiertas, la privacidad se quedó en el  apetito de nuestros cuerpos, jugamos con las puntas de nuestras dedos, el mío en tus pechos y los tuyos en mi cuerpo, cada instante se reflejaban en el cosquilleo que sentíamos, nos acercábamos hasta sentirnos piel con piel, los dedos no fueron suficiente y las manos llegaron a nuestra intención. Suave fueron las caricias, los poros se sentían rasposos, signo de goce y encanto, ya nada era distancia, solo dos figuras apretados, revolcadas en la lujuria por sentirnos abrazados y deseados. Tus manos llegaron a mis partes y tu boca quiso mi verga, todo era desenfreno de pasión y codicia, me pediste que te bese y mis labios, a tu vagina mojada y caliente. Los besos de los dos, nos hicieron vivir el encanto del goce, y sin darme cuenta, estabas de espalda  ante mí, diciéndome.- Soy tuya. Todo se volvió descontrol, tus nalgas eran el sostén de tu cuerpo parado convulsionado hacia adelante y atrás, me gritabas con exaltación que eras mía y sin pensar en nada más lo que  sentía, mis manos apretaron más aún tus pechos, mordí tu boca que me la ofrecías y juntos llegamos a la locura de un hermoso orgasmo de amor.

 

 

                                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                           LA VIDA ME ENSEÑÓ

 


La vida me enseñó, lo que yo elegí

La vida me enseñó, lo que creí que era para mí

La vida me enseñó, que no es aquel sino soy yo

La vida me enseñó, que no soy el único en este mundo

La vida me enseñó, que no siempre se puede ser feliz

La vida me enseño, que nadie es más importante que el otro

La vida me enseñó, que se sufre sin que nadie se dé cuenta

La vida me enseñó, que cuando necesito no siempre lo tengo

La vida me enseñó, que se hace daño sin saber cuanto

La vida me enseñó, que el amor no siempre es recibido

La vida me enseñó, creerme un salvador y solo fui, una simple posibilidad

La vida me enseñó, esperar no alcanza, sino tengo que ir

La vida me enseñó, que siempre estoy aprendiendo, pero talvez nunca aprendo

La vida me enseñó, que no siempre lo que vea es una realidad

La vida me enseñó, que la imagen que doy, es la que otros les gusta ver

La vida me enseñó, que no tengo la verdad sin saber

La vida me enseñó,  que nadie me querrá más que mi propia alma

La vida me enseñó, que llorar es una posibilidad de muchos

La vida me enseñó, que no puedo ser siempre alegre

La vida me enseñó, que al que se quiere no es tu derecho

La vida me enseñó, que el grito no es para que otros se den vuelta

La vida me enseñó, que la palabra que se dice suave, es la que queda

La vida me enseñó, que la tristeza me hace más terrenal

La vida me enseñó, querer explicar lo que no quieren, no la entenderán

La vida me enseñó, correr como loco lo que deseo, más se me aleja

La vida me enseñó, que no se puede ser ansioso, porque todo se pierde

La vida me enseñó, que los años no siempre es un aprendizaje, sino pueden ser malos ejemplos

La vida me enseñó, que aprendí lo que no debía aprender

La vida me enseñó, que tengo tantas razones para vivir, pero otras por no hacerlo

La vida me enseñó, que seguir adelante a veces me hace débil

La vida me enseño, que cuando fui feliz, mire hacia otro lado

La vida me enseñó, que lo perdido no se encuentra

La vida me enseñó, que volver atrás, es vivir con rencores y muchas quejas

La vida me enseñó, que nada es lógico, cuando uno se niega

La vida me enseñó, que estoy en este lugar y al segundo fui pasado

La vida me enseñó, que me hace mejor amar que odiar

La vida me enseñó, que alguien se acuerda de mí, pero a muchos no les importo

La vida me enseñó, que no siempre los sentimientos van a un buen destino

La vida me enseñó, que en este mundo se está de paso, pero no nos queremos ir

LO QUE SI APRENDÍ, QUE LA VIDA ME ENSEÑÓ, QUE MUCHAS COSAS NO LAS APRENDÍ.

 

                                                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor     D/R

 

LO QUE FUE

 


Viniste a mi vida cuando menos lo esperaba.

Todo fue increíble, cambiaste mis hábitos, mis ilusiones.

Volví a sonreír como hacía tiempo no lo hacía.

Aprendí querer sin pensar, amar sin querer.

Sentí el placer de tus caricias, y el desorden de los sentidos.

Deseé tus besos, recorrí tu belleza de mujer.

Sentí tu desnudez a flor de mis labios, que solo era mía.

Coquetee con tu piel descontrolando mis sensaciones.

Jugamos de amantes prohibidos, de pareja deseadas.

Te amé con locura, con delirio de amor, con un codiciar desbocado.

Te hice mía, me hiciste tuyo, nos hicimos el amor.

Controlé las manías de sentarte sobre mi cuerpo,

pero tú me lo pedías, nada era normal, todo sin medida.

Jugábamos al placer, nos sentíamos uno solo, todo era encanto.

Tenías mi cuerpo rendido a tus caprichos, cuando todo le hacías.

Tus besos eran el transito sin ruta, el camino a la lujuria, un recorrer sin frenesí.

Los tiempos sin control, los juegos sin pensar, las ganas sin parar.

Me creaste débil a tus deseos, jugaste a la demencia de lo ilícito.

Me tenías a tus pies, mi ser ya maduro, sentía la frescura de tu apetito.

Nos mirábamos una y otra vez y solo era saber que todo seguía igual.

Caricias, abrazos, besos, eran las pautas que tu cuerpo de apenas 19 años,

rompía el desahogo de la rutina y lo permitido que yo podía tener.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

martes, 12 de octubre de 2021

 

MEDIO DIA

 


Te llamé, me llamaste, nos buscamos,

Te invité, me invitaste, nos aceptamos

Solo nos dijimos un si… quiero verte y nos vimos.

Un medio día de verano,

el sol vigilaba mi caminar, mi destino.

Nadie se encontraba sobre esas horas de calor,

 eran pasos a un encuentro de un… te deseo.

Nos vimos, nos miramos, nos besamos,

nos quedamos uno junto al otro y nadie se interponía.

Nuestras ropas tendidas sobre el suelo, contaban lo que ocurriría,

El agua nos acariciaba, las manos la acompañaban,

un beso tras el otro, un destello de seducción, un placer sin control.

Nos sentimos ardientes, nos buscamos en lo más prohibido,

tus caricias y las mías, hablaron entre sí,

sentimos todo, observamos lo nuestro, advertimos amarnos.

Dejé que hagas lo que tú quieras, dejé que me aprietes,

dejé que mi cuerpo te pertenezca y yo, robe el tuyo.

Palabras sin entender, salían de nuestras bocas,

pero sabíamos que todo lo que sentíamos, era una locura de amor.

Te deseaba, me deseabas, nos disfrutábamos,

nos suspiramos, nos movíamos atrapados en el sonido de los cuerpos.

Todo era sensualidad, calor, una sola piel,

y en lo más alto de nuestra unión,

el respirar de estar dentro tuyo.

Dejamos de sentir sensaciones, para derrochar lo caliente

Que dejaba aquel medio día.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                         Hola como estas

 


Hola como estas…bien... y por supuesto bonita... ¿Podes leer lo que escribo para ti?... Imaginando tu aceptación y espero que eso ocurra, pretendo sentirte un poco mas cerca de mí. No encuentro la forma de poder estar a la distancia sin perturbar tu vida, por otra parte, no debo hacerlo, pienso una y otra vez que es lo que me llevó a ti, que fue que se produjo en mí... preguntas tras preguntas, respuestas imaginadas sin dejar nada en claro. Mis sentidos enloquecidos queriendo revolcar mis nostalgias como un niño mal criado; ¿Me siento triste?... Puede ser, por que tu no me perteneces; ¿Mal intencionado?... Jamás, no me permitiría jugar con el amor y por amor, ¿Sentirme conquistador?... No puedo expresar dulces sentimientos y derramarlos con tanta frialdad; ¿Mentirte?... Que ganaría con hacerlo, solamente no diría nada y la nada cubría mis espacios; ¿Expresarme entonces?... sí claro que si, eso lo tengo bien asumido y sentido y en cada momento te pienso, te imagino, te suspiro de muchas posibilidades de todas las maneras, sobre tu humanidad. No tengo nada que pueda aplacar u opacar para no recordarte todo el día o hasta en mis sueños, con solo saber que estas viviendo en este mundo, en un lugar determinado, en un sitio establecido y mucho mas sobre el mismo cielo. Ya es sobrada la razón para que todo se presente confundido, si, confundido, porque no es lógico donde estoy, ni como me siento, no son compatibles las edades, no pertenezco a tus sentidos, ni merezco tus pensamientos... y porque pretendo todo eso, si nada tiene cordura, o que sea una locura. Llegaste a mí, sin pedir permiso a mi corazón, derramaste toda tu belleza dejándome desordenadas las pasiones. Quiero suavizar mis latidos, aplacar mi fascinación, acallar mis palabras, templar los sentidos y nada he logrado, solo saber... que eres una bella criatura que ha mandado Dios. Es entonces ángel mío, que estés en mi mente si tu me dejas que así sea, mendigo un lugar en tu vida, seguir viviendo hasta que tu me permitas, recorrer tus pensamientos, emborracharme con tu figura y sentir el placer en mis ojos, cuando tu despliegas ante mi, todo lo lindo que tu tienes. Me gusta verte cuando sonríes, me estremezco cuando me hablas, me siento un adolescente principiante donde juegan mis fantasías en ese patio de ilusión y placer.

 

Amor mío ¡Qué doloroso es amar... y no poderlo decir! Si es doloroso saber, que va marchando la vida como una mujer querida, que jamás ha de volver. Si es doloroso ignorar, donde vamos a morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir. Conocer que caminamos, bajo la fuerza del sino; recorrer nuestro camino y no saber dónde vamos. Ser un triste peregrino, de la vida en el sendero, no podemos detener por siempre prisioneros, del amor o del deber. Mas si es triste caminar y no poder descansar mas que al tiempo de morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Vivir como yo soñando, con cosas que nunca vi; y seguir, seguir andando, sin saber por que motivo ni hasta cuándo: Tener fantasía y vuelo, que pongan al cielo escalas y ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo. Mas si es triste no gozar, lo que podemos soñar; no hay más amargo dolor, que ver el alma morir, prisionera de un amor y no poderlo decir.

 

Siempre y sin saber él porque estarás ya en mi historia y más en mis recuerdos, pero nunca sabré, donde se encuentra tu gran amor verdadero, necesito tu silencio, tus sueños y alegrías, estar a tu lado auque mas no sea, solo por un día.

 

      

                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 11 de octubre de 2021

 

LO QUE PUEDO VER

 


La tarde me está acompañando, el sol y las nubes,

 juegan con su cielo, lo esconden y lo muestran, y me dejan ver…

 Recuerdos de juventud de adolescencia de amor,

 de sentimientos rotos, de lágrimas estúpidas por alguien que no merecía,

 de explicaciones risueñas y burlonas de lo inexplicable,

 de hipocresía perversa destruyendo ilusiones,

 de un todo morboso que hizo caer miles de sueños.

 Por lo que ahora quisiera, que ya fuese noche,

 y esa oscuridad cobije mi tristeza,

 porque ella es la cómplice y compañera de muchas vergüenzas,

 porque no quiero sentirme desdichado con aquellos recuerdos,

 de saber que nada importé, que el corazón aturdido y perdido

 seguía lo tonto de aquel vivir,

 donde lo único que tuve, un amor truncado.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 

                                          LA VEJEZ



Hablar de la vida es muy difícil, porque ella misma es un enigma.

Cada uno construimos montones de vivencias, pasiones, caminos.

Fabricamos el tiempo recorrido de nuestra propia existencia,

y siempre, cada momento tiene sus pros y sus contras.

El lapso de cada persona, lo lleva a configurar su propio ser.

Pero hay una situación que nadie la puede cambiar, es el final de nuestras energías,

es el ciclo más increíble del ser humano, y es cuando se llega a la vejez.

La vejez puede darte maravillas de estados emocionales,

como crueldades que nunca se entienden, provocando huellas profundas.

Ella es injusta, morbosa, no tiene piedad sobre la debilidad,

humilla, expone, maltrata con abuso y es desleal frente aquella juventud.

Enfrenta miserias del ser humano, sin permitirle una nueva oportunidad.

Se dice que trae experiencias, pero responde que ya son antiguas.

Te hace el centro de ser observado, cuidado y  por ello te hacen de lado.

No te hace de una opinión valedera, solo risueña por ser añeja.

También quita el derecho a la salud, complica cada miembro y lastima por fracción.

Deja mendigando sobre todo lo que se ha creado y devuelve con pocos merecimientos.

Por eso, en este tiempo de mi tiempo, sigo en mi existencia, respeto a mi muerte, pero sí temo, por esa vejez que tal vez, puede ser caníbal.

 

                         Orlando Mario Soverchia- YoAmor