Tengo tantas ganas... de estar con alguien,
de escuchar un te amo,
de sentir una vos con mi nombre,
de no sentirme solo.
Pero tengo tantas ganas de un montón de ganas,
que no quiero estar con nadie,
por nada.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
¿ME ENAMORE?
Me enamore, sin saber porque me enamoré de ti.
Creo que me enamoré de tus ojos, de tu pelo, de tu boca.
Me enamoré de tus labios, de tu piel, de tus manos,
Sí, creo que algo me gusta de vos, porque también me enamoré,
de tu sonrisa, de tus dientes, de tu mirada, de tu cuello.
Si, si… porque me enamoré de tu figura angelical, y de tu
ternura.
Me enamoré de tu caminar, de tus piernas, de tu andar.
Claro ahora me doy cuenta, que algo había, porque me enamoré.
Me enamoré de tu voz, de tu trato hacia mí, de tus enojos.
Siento que me enamoré de tu vida, de tus amigos, de tu
familia.
Me enamoré solamente de todo tu ser.
Creo que algo de vos está llegando a mis ojos,
me parece que me enamoré de vos, por lo que siente mi corazón.
Orlando Mario Soverchia-YoAmor
Los dos cuerpos desnudos…
Miré tu figura sin nada y tu mirada en mi
cuerpo sin ropa, los ojos no sabían que reflejar. Las bocas entre abiertas y
los labios mojados se mordían entre sí. Nos gustaba desearnos, tocarnos y no
tocarnos, cada parte de mí, empezaba estar caliente y tú, temblando por tus
deseos en sentirme. Nuestra respiración comenzó hacer más profunda y más
sentida, los ojos brillosos comenzaban lagrimear, los suspiros eran el reflejo
de nuestro estado y todo se borró a nuestro alrededor. Ya nada importaba que
las ventanas estuviesen abiertas, la privacidad se quedó en el apetito de nuestros cuerpos, jugamos con las
puntas de nuestras dedos, el mío en tus pechos y los tuyos en mi cuerpo, cada
instante se reflejaban en el cosquilleo que sentíamos, nos acercábamos hasta
sentirnos piel con piel, los dedos no fueron suficiente y las manos llegaron a
nuestra intención. Suave fueron las caricias, los poros se sentían rasposos,
signo de goce y encanto, ya nada era distancia, solo dos figuras apretados,
revolcadas en la lujuria por sentirnos abrazados y deseados. Tus manos llegaron
a mis partes y tu boca quiso mi verga, todo era desenfreno de pasión y codicia,
me pediste que te bese y mis labios, a tu vagina mojada y caliente. Los besos
de los dos, nos hicieron vivir el encanto del goce, y sin darme cuenta, estabas
de espalda ante mí, diciéndome.- Soy
tuya. Todo se volvió descontrol, tus nalgas eran el sostén de tu cuerpo parado
convulsionado hacia adelante y atrás, me gritabas con exaltación que eras mía y
sin pensar en nada más lo que sentía,
mis manos apretaron más aún tus pechos, mordí tu boca que me la ofrecías y
juntos llegamos a la locura de un hermoso orgasmo de amor.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LA
VIDA ME ENSEÑÓ
La vida me enseñó, lo que yo
elegí
La vida me enseñó, lo que
creí que era para mí
La vida me enseñó, que no es
aquel sino soy yo
La vida me enseñó, que no
soy el único en este mundo
La vida me enseñó, que no
siempre se puede ser feliz
La vida me enseño, que nadie
es más importante que el otro
La vida me enseñó, que se
sufre sin que nadie se dé cuenta
La vida me enseñó, que
cuando necesito no siempre lo tengo
La vida me enseñó, que se
hace daño sin saber cuanto
La vida me enseñó, que el
amor no siempre es recibido
La vida me enseñó, creerme
un salvador y solo fui, una simple posibilidad
La vida me enseñó, esperar
no alcanza, sino tengo que ir
La vida me enseñó, que
siempre estoy aprendiendo, pero talvez nunca aprendo
La vida me enseñó, que no
siempre lo que vea es una realidad
La vida me enseñó, que la
imagen que doy, es la que otros les gusta ver
La vida me enseñó, que no
tengo la verdad sin saber
La vida me enseñó, que nadie me querrá más que mi propia alma
La vida me enseñó, que
llorar es una posibilidad de muchos
La vida me enseñó, que no
puedo ser siempre alegre
La vida me enseñó, que al
que se quiere no es tu derecho
La vida me enseñó, que el
grito no es para que otros se den vuelta
La vida me enseñó, que la
palabra que se dice suave, es la que queda
La vida me enseñó, que la
tristeza me hace más terrenal
La vida me enseñó, querer
explicar lo que no quieren, no la entenderán
La vida me enseñó, correr
como loco lo que deseo, más se me aleja
La vida me enseñó, que no se
puede ser ansioso, porque todo se pierde
La vida me enseñó, que los
años no siempre es un aprendizaje, sino pueden ser malos ejemplos
La vida me enseñó, que
aprendí lo que no debía aprender
La vida me enseñó, que tengo
tantas razones para vivir, pero otras por no hacerlo
La vida me enseñó, que
seguir adelante a veces me hace débil
La vida me enseño, que
cuando fui feliz, mire hacia otro lado
La vida me enseñó, que lo
perdido no se encuentra
La vida me enseñó, que
volver atrás, es vivir con rencores y muchas quejas
La vida me enseñó, que nada
es lógico, cuando uno se niega
La vida me enseñó, que estoy
en este lugar y al segundo fui pasado
La vida me enseñó, que me
hace mejor amar que odiar
La vida me enseñó, que
alguien se acuerda de mí, pero a muchos no les importo
La vida me enseñó, que no
siempre los sentimientos van a un buen destino
La vida me enseñó, que en
este mundo se está de paso, pero no nos queremos ir
LO QUE SI APRENDÍ, QUE LA
VIDA ME ENSEÑÓ, QUE MUCHAS COSAS NO LAS APRENDÍ.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
LO QUE
FUE
Viniste a
mi vida cuando menos lo esperaba.
Todo fue
increíble, cambiaste mis hábitos, mis ilusiones.
Volví a
sonreír como hacía tiempo no lo hacía.
Aprendí
querer sin pensar, amar sin querer.
Sentí el
placer de tus caricias, y el desorden de los sentidos.
Deseé tus
besos, recorrí tu belleza de mujer.
Sentí tu
desnudez a flor de mis labios, que solo era mía.
Coquetee
con tu piel descontrolando mis sensaciones.
Jugamos
de amantes prohibidos, de pareja deseadas.
Te amé
con locura, con delirio de amor, con un codiciar desbocado.
Te hice
mía, me hiciste tuyo, nos hicimos el amor.
Controlé
las manías de sentarte sobre mi cuerpo,
pero tú
me lo pedías, nada era normal, todo sin medida.
Jugábamos
al placer, nos sentíamos uno solo, todo era encanto.
Tenías mi
cuerpo rendido a tus caprichos, cuando todo le hacías.
Tus besos
eran el transito sin ruta, el camino a la lujuria, un recorrer sin frenesí.
Los
tiempos sin control, los juegos sin pensar, las ganas sin parar.
Me
creaste débil a tus deseos, jugaste a la demencia de lo ilícito.
Me tenías
a tus pies, mi ser ya maduro, sentía la frescura de tu apetito.
Nos
mirábamos una y otra vez y solo era saber que todo seguía igual.
Caricias,
abrazos, besos, eran las pautas que tu cuerpo de apenas 19 años,
rompía el
desahogo de la rutina y lo permitido que yo podía tener.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
MEDIO DIA
Te llamé, me llamaste, nos buscamos,
Te invité, me invitaste, nos aceptamos
Solo nos dijimos un si… quiero verte y nos vimos.
Un medio día de verano,
el sol vigilaba mi caminar, mi destino.
Nadie se encontraba sobre esas horas de calor,
eran pasos a un
encuentro de un… te deseo.
Nos vimos, nos miramos, nos besamos,
nos quedamos uno junto al otro y nadie se interponía.
Nuestras ropas tendidas sobre el suelo, contaban lo que
ocurriría,
El agua nos acariciaba, las manos la acompañaban,
un beso tras el otro, un destello de seducción, un placer sin
control.
Nos sentimos ardientes, nos buscamos en lo más prohibido,
tus caricias y las mías, hablaron entre sí,
sentimos todo, observamos lo nuestro, advertimos amarnos.
Dejé que hagas lo que tú quieras, dejé que me aprietes,
dejé que mi cuerpo te pertenezca y yo, robe el tuyo.
Palabras sin entender, salían de nuestras bocas,
pero sabíamos que todo lo que sentíamos, era una locura de
amor.
Te deseaba, me deseabas, nos disfrutábamos,
nos suspiramos, nos movíamos atrapados en el sonido de los
cuerpos.
Todo era sensualidad, calor, una sola piel,
y en lo más alto de nuestra unión,
el respirar de estar dentro tuyo.
Dejamos de sentir sensaciones, para derrochar lo caliente
Que dejaba aquel medio día.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
Hola como estas
Hola como estas…bien... y por supuesto
bonita... ¿Podes leer lo que escribo para ti?... Imaginando tu aceptación y
espero que eso ocurra, pretendo sentirte un poco mas cerca de mí. No encuentro
la forma de poder estar a la distancia sin perturbar tu vida, por otra parte,
no debo hacerlo, pienso una y otra vez que es lo que me llevó a ti, que fue que
se produjo en mí... preguntas tras preguntas, respuestas imaginadas sin dejar
nada en claro. Mis sentidos enloquecidos queriendo revolcar mis nostalgias como
un niño mal criado; ¿Me siento triste?... Puede ser, por que tu no me
perteneces; ¿Mal intencionado?... Jamás, no me permitiría jugar con el amor y
por amor, ¿Sentirme conquistador?... No puedo expresar dulces sentimientos y
derramarlos con tanta frialdad; ¿Mentirte?... Que ganaría con hacerlo,
solamente no diría nada y la nada cubría mis espacios; ¿Expresarme entonces?...
sí claro que si, eso lo tengo bien asumido y sentido y en cada momento te pienso,
te imagino, te suspiro de muchas posibilidades de todas las maneras, sobre tu
humanidad. No tengo nada que pueda aplacar u opacar para no recordarte todo el
día o hasta en mis sueños, con solo saber que estas viviendo en este mundo, en
un lugar determinado, en un sitio establecido y mucho mas sobre el mismo cielo.
Ya es sobrada la razón para que todo se presente confundido, si, confundido,
porque no es lógico donde estoy, ni como me siento, no son compatibles las
edades, no pertenezco a tus sentidos, ni merezco tus pensamientos... y porque
pretendo todo eso, si nada tiene cordura, o que sea una locura. Llegaste a mí,
sin pedir permiso a mi corazón, derramaste toda tu belleza dejándome
desordenadas las pasiones. Quiero suavizar mis latidos, aplacar mi fascinación,
acallar mis palabras, templar los sentidos y nada he logrado, solo saber... que
eres una bella criatura que ha mandado Dios. Es entonces ángel mío, que estés
en mi mente si tu me dejas que así sea, mendigo un lugar en tu vida, seguir
viviendo hasta que tu me permitas, recorrer tus pensamientos, emborracharme con
tu figura y sentir el placer en mis ojos, cuando tu despliegas ante mi, todo lo
lindo que tu tienes. Me gusta verte cuando sonríes, me estremezco cuando me
hablas, me siento un adolescente principiante donde juegan mis fantasías en ese
patio de ilusión y placer.
Amor mío ¡Qué doloroso es amar... y no
poderlo decir! Si es doloroso saber, que va marchando la vida como una mujer
querida, que jamás ha de volver. Si es doloroso ignorar, donde vamos a morir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir. Conocer que caminamos, bajo la
fuerza del sino; recorrer nuestro camino y no saber dónde vamos. Ser un triste
peregrino, de la vida en el sendero, no podemos detener por siempre
prisioneros, del amor o del deber. Mas si es triste caminar y no poder
descansar mas que al tiempo de morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo
decir! Vivir como yo soñando, con cosas que nunca vi; y seguir, seguir andando,
sin saber por que motivo ni hasta cuándo: Tener fantasía y vuelo, que pongan al
cielo escalas y ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo. Mas si es
triste no gozar, lo que podemos soñar; no hay más amargo dolor, que ver el alma
morir, prisionera de un amor y no poderlo decir.
Siempre
y sin saber él porque estarás ya en mi historia y más en mis recuerdos, pero
nunca sabré, donde se encuentra tu gran amor verdadero, necesito tu silencio,
tus sueños y alegrías, estar a tu lado auque mas no sea, solo por un día.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LO
QUE PUEDO VER
La tarde me está acompañando, el sol y las nubes,
juegan con su
cielo, lo esconden y lo muestran, y me dejan ver…
Recuerdos de
juventud de adolescencia de amor,
de sentimientos
rotos, de lágrimas estúpidas por alguien que no merecía,
de
explicaciones risueñas y burlonas de lo inexplicable,
de hipocresía
perversa destruyendo ilusiones,
de un todo morboso
que hizo caer miles de sueños.
Por lo que
ahora quisiera, que ya fuese noche,
y esa oscuridad cobije mi tristeza,
porque ella es la cómplice y compañera de
muchas vergüenzas,
porque no quiero sentirme desdichado con
aquellos recuerdos,
de saber que nada importé, que el corazón
aturdido y perdido
seguía lo tonto de aquel vivir,
donde lo único que tuve, un amor truncado.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados
LA VEJEZ
Hablar
de la vida es muy difícil, porque ella misma es un enigma.
Cada
uno construimos montones de vivencias, pasiones, caminos.
Fabricamos
el tiempo recorrido de nuestra propia existencia,
y
siempre, cada momento tiene sus pros y sus contras.
El
lapso de cada persona, lo lleva a configurar su propio ser.
Pero
hay una situación que nadie la puede cambiar, es el final de nuestras energías,
es
el ciclo más increíble del ser humano, y es cuando se llega a la vejez.
La
vejez puede darte maravillas de estados emocionales,
como
crueldades que nunca se entienden, provocando huellas profundas.
Ella
es injusta, morbosa, no tiene piedad sobre la debilidad,
humilla,
expone, maltrata con abuso y es desleal frente aquella juventud.
Enfrenta
miserias del ser humano, sin permitirle una nueva oportunidad.
Se
dice que trae experiencias, pero responde que ya son antiguas.
Te
hace el centro de ser observado, cuidado y
por ello te hacen de lado.
No
te hace de una opinión valedera, solo risueña por ser añeja.
También
quita el derecho a la salud, complica cada miembro y lastima por fracción.
Deja
mendigando sobre todo lo que se ha creado y devuelve con pocos merecimientos.
Por
eso, en este tiempo de mi tiempo, sigo en mi existencia, respeto a mi muerte,
pero sí temo, por esa vejez que tal vez, puede ser caníbal.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LA MUJER
Hablar de la mujer es ser inconsciente, imprudente, tal vez, “un don nadie”.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
UNA VEZ
Un día apareciste
en mi mundo, rompiste todos mis planes.
Habías
pateado el tablero de mi vida,
de mis
estados emocionales, de mis sentimientos.
Moviste
cada punto y coma de mis narraciones, jugaste con tus correcciones
y
golpeaste la puerta de mis pensamientos.
Escribía
sin querer sobre lo que vivía, y dejaste mi pluma sin tinta
por narrar
lo que sentía mi alma.
Fue lindo
y confuso aquel estado, fascinando los delirios de seducción.
Acerque
mi tiempo al tuyo y los dos conjugamos el verbo amar.
Todos, y
sin ningún error, lo describimos sin pensar
en una
cosecha de sentimientos,
y cultivamos
los cuerpos mezclándolos entre las páginas del placer.
Narramos
cada parte de aquella hermosa palabra,
de aquel
verbo conjugado con pasión, pensado sin temor a equivocarnos.
Formamos
las frases más simples
y
sencillas de lo que nos producían estar juntos,
y sentirnos
queridos uno al otro.
Nadie nos
arrebataría estos principios, puesto que era todo nuestro,
necesitábamos
que fuese tan solo exclusivo.
Y la vida,
por alguna razón,
o por un
vocablo mal ubicado en esta narración,
cambió el
sentido de todo lo que habíamos anidado.
Pucha que
estúpido es amar, y tonto sentir,
que pasa todo
en un solo querer.
Presté
atención en no tener ningún traspié en mis escritos
y una
mala expresión fue suficiente
para que
el aplazo de la vida,
no me
deje seguir viviendo,
aunque
sea solo por una vez.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
QUE IMPORTA
Nos conocimos de
casualidad
y es la manera por
casualidad
se encuentran los
grandes amores.
Siempre pensé que
no te conocí,
ni antes ni después,
te conocí justo a
tiempo,
para que me enamore
perdidamente de ti.
Quiero que escuches
mis sentimientos,
están golpeando tu
corazón,
y desean tener tu
piel junto a la mía.
Quiero tu venus y
mis labios
se gastarán por besos.
Pero lo malo de tus
besos,
es que siempre me
quedo con ganas de más.
Entonces mátame con
tu cuerpo,
desgarra mis intimidades,
córtame la lengua
con tus piernas,
y aprieta mi cara
con tus pechos.
Quiero partir tu
boca,
y me cortes los
sentimientos de tanto amor.
Ejecútame de pasión
y ternura,
y piérdeme entre tu
belleza.
Es malo para mis
emociones,
y dolor para mi alma.
Pero tener todo
esto contigo,
que importa.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LA ESPERA
Amanecía, el sol acariciaba su rostro atormentado por no
dormir.
Razón… no lo sabía… o sí, sentir su pecho aprisionado
por la confusión de sentimientos enlazados.
Quería levantarse de un solo movimiento,
salir de aquel torbellino de ideas maltrechas,
pero su cuerpo vencido, cansado, renegó de ese instante.
Relajó su postura, dejó sus brazos sobre su pecho,
miró a su alrededor, las paredes lo observaban.
Los pensamientos comenzaron transitar su despertar,
su mirada de tristezas dejaba saber,
que su corazón estaba llorando.
Su alma solitaria vagaba en su interior,
buscando entender aquella situación,
sentirse renunciado de un nuevo querer.
Cuando al instante de un pestañear,
se había dado cuenta que esa mujer,
lo abandonó con la espera de un, TE AMO.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
ME GUSTA
Me gusta lo raro, lo prohibido y lo difícil.
Me gusta el todo de sensaciones.
El sentirme tuyo y tu incorporada.
Me gusta quererte tanto hasta llegar amarte.
Me gusta pensarte en las locuras de ese amor.
Me gusta sentirte que estás por alguna razón en mí.
Me gusta cumplir con las sensaciones de una pasión.
Me gusta perderme sin titubeos, a todo sin censura.
Me gusta que sea un jardín de excitación.
Me gusta pensar que en algún momento,
quedes libre de pensamientos,
y llenes de vicio tu cuerpo.
Me gusta pensar que te acuerdas de mí ¿Y tú?
Porque yo estoy en
vos, sin linaje.