miércoles, 13 de octubre de 2021

 

¿ME ENAMORE?


 

Me enamore, sin saber porque me enamoré de ti.

Creo que me enamoré de tus ojos, de tu pelo, de tu boca.

Me enamoré de tus labios, de tu piel, de tus manos,

Sí, creo que algo me gusta de vos, porque también me enamoré,

de tu sonrisa, de tus dientes, de tu mirada, de tu cuello.

Si, si… porque me enamoré de tu figura angelical, y de tu ternura.

Me enamoré de tu caminar, de tus piernas, de tu andar.

Claro ahora me doy cuenta, que algo había, porque me enamoré.

Me enamoré de tu voz, de tu trato hacia mí, de tus enojos.

Siento que me enamoré de tu vida, de tus amigos, de tu familia.

Me enamoré solamente de todo tu ser.

Creo que algo de vos está llegando a mis ojos,

me parece que me enamoré de vos, por lo que siente mi corazón.

 

 

Orlando Mario Soverchia-YoAmor

 

                                           Los dos cuerpos desnudos…

 


Miré tu figura sin nada y tu mirada en mi cuerpo sin ropa, los ojos no sabían que reflejar. Las bocas entre abiertas y los labios mojados se mordían entre sí. Nos gustaba desearnos, tocarnos y no tocarnos, cada parte de mí, empezaba estar caliente y tú, temblando por tus deseos en sentirme. Nuestra respiración comenzó hacer más profunda y más sentida, los ojos brillosos comenzaban lagrimear, los suspiros eran el reflejo de nuestro estado y todo se borró a nuestro alrededor. Ya nada importaba que las ventanas estuviesen abiertas, la privacidad se quedó en el  apetito de nuestros cuerpos, jugamos con las puntas de nuestras dedos, el mío en tus pechos y los tuyos en mi cuerpo, cada instante se reflejaban en el cosquilleo que sentíamos, nos acercábamos hasta sentirnos piel con piel, los dedos no fueron suficiente y las manos llegaron a nuestra intención. Suave fueron las caricias, los poros se sentían rasposos, signo de goce y encanto, ya nada era distancia, solo dos figuras apretados, revolcadas en la lujuria por sentirnos abrazados y deseados. Tus manos llegaron a mis partes y tu boca quiso mi verga, todo era desenfreno de pasión y codicia, me pediste que te bese y mis labios, a tu vagina mojada y caliente. Los besos de los dos, nos hicieron vivir el encanto del goce, y sin darme cuenta, estabas de espalda  ante mí, diciéndome.- Soy tuya. Todo se volvió descontrol, tus nalgas eran el sostén de tu cuerpo parado convulsionado hacia adelante y atrás, me gritabas con exaltación que eras mía y sin pensar en nada más lo que  sentía, mis manos apretaron más aún tus pechos, mordí tu boca que me la ofrecías y juntos llegamos a la locura de un hermoso orgasmo de amor.

 

 

                                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                           LA VIDA ME ENSEÑÓ

 


La vida me enseñó, lo que yo elegí

La vida me enseñó, lo que creí que era para mí

La vida me enseñó, que no es aquel sino soy yo

La vida me enseñó, que no soy el único en este mundo

La vida me enseñó, que no siempre se puede ser feliz

La vida me enseño, que nadie es más importante que el otro

La vida me enseñó, que se sufre sin que nadie se dé cuenta

La vida me enseñó, que cuando necesito no siempre lo tengo

La vida me enseñó, que se hace daño sin saber cuanto

La vida me enseñó, que el amor no siempre es recibido

La vida me enseñó, creerme un salvador y solo fui, una simple posibilidad

La vida me enseñó, esperar no alcanza, sino tengo que ir

La vida me enseñó, que siempre estoy aprendiendo, pero talvez nunca aprendo

La vida me enseñó, que no siempre lo que vea es una realidad

La vida me enseñó, que la imagen que doy, es la que otros les gusta ver

La vida me enseñó, que no tengo la verdad sin saber

La vida me enseñó,  que nadie me querrá más que mi propia alma

La vida me enseñó, que llorar es una posibilidad de muchos

La vida me enseñó, que no puedo ser siempre alegre

La vida me enseñó, que al que se quiere no es tu derecho

La vida me enseñó, que el grito no es para que otros se den vuelta

La vida me enseñó, que la palabra que se dice suave, es la que queda

La vida me enseñó, que la tristeza me hace más terrenal

La vida me enseñó, querer explicar lo que no quieren, no la entenderán

La vida me enseñó, correr como loco lo que deseo, más se me aleja

La vida me enseñó, que no se puede ser ansioso, porque todo se pierde

La vida me enseñó, que los años no siempre es un aprendizaje, sino pueden ser malos ejemplos

La vida me enseñó, que aprendí lo que no debía aprender

La vida me enseñó, que tengo tantas razones para vivir, pero otras por no hacerlo

La vida me enseñó, que seguir adelante a veces me hace débil

La vida me enseño, que cuando fui feliz, mire hacia otro lado

La vida me enseñó, que lo perdido no se encuentra

La vida me enseñó, que volver atrás, es vivir con rencores y muchas quejas

La vida me enseñó, que nada es lógico, cuando uno se niega

La vida me enseñó, que estoy en este lugar y al segundo fui pasado

La vida me enseñó, que me hace mejor amar que odiar

La vida me enseñó, que alguien se acuerda de mí, pero a muchos no les importo

La vida me enseñó, que no siempre los sentimientos van a un buen destino

La vida me enseñó, que en este mundo se está de paso, pero no nos queremos ir

LO QUE SI APRENDÍ, QUE LA VIDA ME ENSEÑÓ, QUE MUCHAS COSAS NO LAS APRENDÍ.

 

                                                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor     D/R

 

LO QUE FUE

 


Viniste a mi vida cuando menos lo esperaba.

Todo fue increíble, cambiaste mis hábitos, mis ilusiones.

Volví a sonreír como hacía tiempo no lo hacía.

Aprendí querer sin pensar, amar sin querer.

Sentí el placer de tus caricias, y el desorden de los sentidos.

Deseé tus besos, recorrí tu belleza de mujer.

Sentí tu desnudez a flor de mis labios, que solo era mía.

Coquetee con tu piel descontrolando mis sensaciones.

Jugamos de amantes prohibidos, de pareja deseadas.

Te amé con locura, con delirio de amor, con un codiciar desbocado.

Te hice mía, me hiciste tuyo, nos hicimos el amor.

Controlé las manías de sentarte sobre mi cuerpo,

pero tú me lo pedías, nada era normal, todo sin medida.

Jugábamos al placer, nos sentíamos uno solo, todo era encanto.

Tenías mi cuerpo rendido a tus caprichos, cuando todo le hacías.

Tus besos eran el transito sin ruta, el camino a la lujuria, un recorrer sin frenesí.

Los tiempos sin control, los juegos sin pensar, las ganas sin parar.

Me creaste débil a tus deseos, jugaste a la demencia de lo ilícito.

Me tenías a tus pies, mi ser ya maduro, sentía la frescura de tu apetito.

Nos mirábamos una y otra vez y solo era saber que todo seguía igual.

Caricias, abrazos, besos, eran las pautas que tu cuerpo de apenas 19 años,

rompía el desahogo de la rutina y lo permitido que yo podía tener.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

martes, 12 de octubre de 2021

 

MEDIO DIA

 


Te llamé, me llamaste, nos buscamos,

Te invité, me invitaste, nos aceptamos

Solo nos dijimos un si… quiero verte y nos vimos.

Un medio día de verano,

el sol vigilaba mi caminar, mi destino.

Nadie se encontraba sobre esas horas de calor,

 eran pasos a un encuentro de un… te deseo.

Nos vimos, nos miramos, nos besamos,

nos quedamos uno junto al otro y nadie se interponía.

Nuestras ropas tendidas sobre el suelo, contaban lo que ocurriría,

El agua nos acariciaba, las manos la acompañaban,

un beso tras el otro, un destello de seducción, un placer sin control.

Nos sentimos ardientes, nos buscamos en lo más prohibido,

tus caricias y las mías, hablaron entre sí,

sentimos todo, observamos lo nuestro, advertimos amarnos.

Dejé que hagas lo que tú quieras, dejé que me aprietes,

dejé que mi cuerpo te pertenezca y yo, robe el tuyo.

Palabras sin entender, salían de nuestras bocas,

pero sabíamos que todo lo que sentíamos, era una locura de amor.

Te deseaba, me deseabas, nos disfrutábamos,

nos suspiramos, nos movíamos atrapados en el sonido de los cuerpos.

Todo era sensualidad, calor, una sola piel,

y en lo más alto de nuestra unión,

el respirar de estar dentro tuyo.

Dejamos de sentir sensaciones, para derrochar lo caliente

Que dejaba aquel medio día.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                         Hola como estas

 


Hola como estas…bien... y por supuesto bonita... ¿Podes leer lo que escribo para ti?... Imaginando tu aceptación y espero que eso ocurra, pretendo sentirte un poco mas cerca de mí. No encuentro la forma de poder estar a la distancia sin perturbar tu vida, por otra parte, no debo hacerlo, pienso una y otra vez que es lo que me llevó a ti, que fue que se produjo en mí... preguntas tras preguntas, respuestas imaginadas sin dejar nada en claro. Mis sentidos enloquecidos queriendo revolcar mis nostalgias como un niño mal criado; ¿Me siento triste?... Puede ser, por que tu no me perteneces; ¿Mal intencionado?... Jamás, no me permitiría jugar con el amor y por amor, ¿Sentirme conquistador?... No puedo expresar dulces sentimientos y derramarlos con tanta frialdad; ¿Mentirte?... Que ganaría con hacerlo, solamente no diría nada y la nada cubría mis espacios; ¿Expresarme entonces?... sí claro que si, eso lo tengo bien asumido y sentido y en cada momento te pienso, te imagino, te suspiro de muchas posibilidades de todas las maneras, sobre tu humanidad. No tengo nada que pueda aplacar u opacar para no recordarte todo el día o hasta en mis sueños, con solo saber que estas viviendo en este mundo, en un lugar determinado, en un sitio establecido y mucho mas sobre el mismo cielo. Ya es sobrada la razón para que todo se presente confundido, si, confundido, porque no es lógico donde estoy, ni como me siento, no son compatibles las edades, no pertenezco a tus sentidos, ni merezco tus pensamientos... y porque pretendo todo eso, si nada tiene cordura, o que sea una locura. Llegaste a mí, sin pedir permiso a mi corazón, derramaste toda tu belleza dejándome desordenadas las pasiones. Quiero suavizar mis latidos, aplacar mi fascinación, acallar mis palabras, templar los sentidos y nada he logrado, solo saber... que eres una bella criatura que ha mandado Dios. Es entonces ángel mío, que estés en mi mente si tu me dejas que así sea, mendigo un lugar en tu vida, seguir viviendo hasta que tu me permitas, recorrer tus pensamientos, emborracharme con tu figura y sentir el placer en mis ojos, cuando tu despliegas ante mi, todo lo lindo que tu tienes. Me gusta verte cuando sonríes, me estremezco cuando me hablas, me siento un adolescente principiante donde juegan mis fantasías en ese patio de ilusión y placer.

 

Amor mío ¡Qué doloroso es amar... y no poderlo decir! Si es doloroso saber, que va marchando la vida como una mujer querida, que jamás ha de volver. Si es doloroso ignorar, donde vamos a morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir. Conocer que caminamos, bajo la fuerza del sino; recorrer nuestro camino y no saber dónde vamos. Ser un triste peregrino, de la vida en el sendero, no podemos detener por siempre prisioneros, del amor o del deber. Mas si es triste caminar y no poder descansar mas que al tiempo de morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Vivir como yo soñando, con cosas que nunca vi; y seguir, seguir andando, sin saber por que motivo ni hasta cuándo: Tener fantasía y vuelo, que pongan al cielo escalas y ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo. Mas si es triste no gozar, lo que podemos soñar; no hay más amargo dolor, que ver el alma morir, prisionera de un amor y no poderlo decir.

 

Siempre y sin saber él porque estarás ya en mi historia y más en mis recuerdos, pero nunca sabré, donde se encuentra tu gran amor verdadero, necesito tu silencio, tus sueños y alegrías, estar a tu lado auque mas no sea, solo por un día.

 

      

                               Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 11 de octubre de 2021

 

LO QUE PUEDO VER

 


La tarde me está acompañando, el sol y las nubes,

 juegan con su cielo, lo esconden y lo muestran, y me dejan ver…

 Recuerdos de juventud de adolescencia de amor,

 de sentimientos rotos, de lágrimas estúpidas por alguien que no merecía,

 de explicaciones risueñas y burlonas de lo inexplicable,

 de hipocresía perversa destruyendo ilusiones,

 de un todo morboso que hizo caer miles de sueños.

 Por lo que ahora quisiera, que ya fuese noche,

 y esa oscuridad cobije mi tristeza,

 porque ella es la cómplice y compañera de muchas vergüenzas,

 porque no quiero sentirme desdichado con aquellos recuerdos,

 de saber que nada importé, que el corazón aturdido y perdido

 seguía lo tonto de aquel vivir,

 donde lo único que tuve, un amor truncado.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 

                                          LA VEJEZ



Hablar de la vida es muy difícil, porque ella misma es un enigma.

Cada uno construimos montones de vivencias, pasiones, caminos.

Fabricamos el tiempo recorrido de nuestra propia existencia,

y siempre, cada momento tiene sus pros y sus contras.

El lapso de cada persona, lo lleva a configurar su propio ser.

Pero hay una situación que nadie la puede cambiar, es el final de nuestras energías,

es el ciclo más increíble del ser humano, y es cuando se llega a la vejez.

La vejez puede darte maravillas de estados emocionales,

como crueldades que nunca se entienden, provocando huellas profundas.

Ella es injusta, morbosa, no tiene piedad sobre la debilidad,

humilla, expone, maltrata con abuso y es desleal frente aquella juventud.

Enfrenta miserias del ser humano, sin permitirle una nueva oportunidad.

Se dice que trae experiencias, pero responde que ya son antiguas.

Te hace el centro de ser observado, cuidado y  por ello te hacen de lado.

No te hace de una opinión valedera, solo risueña por ser añeja.

También quita el derecho a la salud, complica cada miembro y lastima por fracción.

Deja mendigando sobre todo lo que se ha creado y devuelve con pocos merecimientos.

Por eso, en este tiempo de mi tiempo, sigo en mi existencia, respeto a mi muerte, pero sí temo, por esa vejez que tal vez, puede ser caníbal.

 

                         Orlando Mario Soverchia- YoAmor                  

jueves, 7 de octubre de 2021

 




Cuando te vi, sentí que había visto el paraíso en ese cuerpo, y ahora quiero conocer las profundidades de esa maravilla.

 

                                         Orlando Mario Soverchia-   YoAmor       D/R

martes, 5 de octubre de 2021

                                                                           LA MUJER

Hablar de la mujer es ser inconsciente, imprudente, tal vez, “un don nadie”. 


Para mí, la mujer es sinónimo de vida; por ella nacemos, nos alimentamos, reímos, lloramos, sentimos calor y sabemos de nuestras necesidades. Por ella pensamos, nos enojamos, advertimos dolor,  nos sentimos hombres como especie, encontramos la razón de un porque, practicamos el machismo estúpido de la inconciencia. Para no sentirnos solos, por ella comenzó la guerra. Nos hace sentir pequeños y nos forja grandes. Porque nos sabemos inferior como linaje humano, competimos, y por consiguiente empleamos la fuerza; pero ella posee la más grande de las fuerzas, porque ostenta la perfección de fabricarnos sin error. Se muestra débil pero se sabe fuerte, se equivoca y nada le importa, la lastiman, sin embargo, sabe curarse y recuperarse, desaparece cuando quiere y se muestra en el momento justo. Tiene los tiempos repartidos para  cada instante de sus días, ama su fruto sin límites, lo atiende y deja su propio cuerpo al deseo, cuando ella lo pretende. Ella nos mira, nos elije, nos sonríe, nos habla y somos suyos. Nos hace sentir que decidimos, que sabemos de la vida y del poder, que somos por quien ellas suspiran… y la simpleza de su todo, nos regala esa creencia para dominar sin dominar. La mujer es la única que llora y ríe a la vez… Por parir a su hijo, por ser feliz, por sentirse enamorada, por estar nerviosa o sentirse amenazada, por pensar en un momento que no quiere encontrar y de alejarse de un amor que ya quiere olvidar. Por eso no alcanzan las razones y los porqués para  escribir sobre ella, tampoco el tiempo que se le debe dedicar, porque la mujer, tiene tanto para dar como tanto que sacar. Ella te hace un dichoso, maravilloso y hermoso macho, se sabe hembra, se encuentra en el medio de este mundo y tiene la dicha de estar triste y alegre, por la simpleza de ser mujer.

 

 

                                          Orlando Mario Soverchia- YoAmor    




 

Muero en esta vida 

y estoy viviendo en mi muerte. 

Quisiera salir de ellas y a la vez, 

sin saber por qué me siento abandonado. 

Porque una mujer me ha golpeado 

sobre todo mi pasado.


Orlando Mario Soverchia- Yo Amor             D/R


 




¡Sabes mujer!!!... eres tan bella tan bella, que los jardines de octubre no se ven y huelen, como tu cuerpo desnudo junto a mi lecho.

                   Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

 

UNA VEZ



Un día apareciste en mi mundo, rompiste todos mis planes.

Habías pateado el tablero de mi vida,

de mis estados emocionales, de mis sentimientos.

Moviste cada punto y coma de mis narraciones, jugaste con tus correcciones

y golpeaste la puerta de mis pensamientos.

Escribía sin querer sobre lo que vivía, y dejaste mi pluma sin tinta

por narrar lo que sentía mi alma.

Fue lindo y confuso aquel estado, fascinando los delirios de seducción.

Acerque mi tiempo al tuyo y los dos conjugamos el verbo amar.

Todos, y sin ningún error, lo describimos sin pensar

en una cosecha de sentimientos,

y cultivamos los cuerpos mezclándolos entre las páginas del placer.

Narramos cada parte de aquella hermosa palabra,

de aquel verbo conjugado con pasión, pensado sin temor a equivocarnos.

Formamos las frases más simples

y sencillas de lo que nos producían estar juntos,

y sentirnos queridos uno al otro.

Nadie nos arrebataría estos principios, puesto que era todo nuestro,

necesitábamos que fuese tan solo exclusivo.

Y la vida, por alguna razón,

o por un vocablo mal ubicado en esta narración,

cambió el sentido de todo lo que habíamos anidado.

Pucha que estúpido es amar, y tonto sentir,

que pasa todo en un solo querer.

Presté atención en no tener ningún traspié en mis escritos

y una mala expresión fue suficiente

para que el aplazo de la vida,

no me deje seguir viviendo,

aunque sea solo por una vez.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor             

jueves, 30 de septiembre de 2021

 

Cada minuto a tu lado, es un minuto menos de vida, pero ese minuto, es la eternidad de mis sentidos.

                                        Orlando Mario Soverchia- YoAmor    D/R

                                                     


 

QUE IMPORTA

 


Nos conocimos de casualidad

y es la manera por casualidad

se encuentran los grandes amores.

Siempre pensé que no te conocí,

ni antes ni después,

te conocí justo a tiempo,

para que me enamore perdidamente de ti.

Quiero que escuches mis sentimientos,

están golpeando tu corazón,

y desean tener tu piel junto a la mía.

Quiero tu venus y mis labios

 se gastarán por besos.

Pero lo malo de tus besos,

es que siempre me quedo con ganas de más.

Entonces mátame con tu cuerpo,

desgarra mis intimidades,

córtame la lengua con tus piernas,

y aprieta mi cara con tus pechos.

Quiero partir tu boca,

y me cortes los sentimientos de tanto amor.

Ejecútame de pasión y ternura,

y piérdeme entre tu belleza.

Es malo para mis emociones,

y dolor para mi alma.

Pero tener todo esto contigo,

que importa.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

miércoles, 29 de septiembre de 2021

 

 

LA ESPERA



Amanecía, el sol acariciaba su rostro atormentado por no dormir.

Razón… no lo sabía… o sí, sentir su pecho aprisionado

por la confusión de sentimientos enlazados.

Quería levantarse de un solo movimiento,

salir de aquel torbellino de ideas maltrechas,

pero su cuerpo vencido, cansado, renegó de ese instante.

Relajó su postura, dejó sus brazos sobre su pecho,

miró a su alrededor, las paredes lo observaban.

Los pensamientos comenzaron transitar su despertar,

su mirada de tristezas dejaba saber,

que su corazón estaba llorando.

Su alma solitaria vagaba en su interior,

buscando entender aquella situación,

sentirse renunciado de un nuevo querer.

Cuando al instante de un pestañear,

se había dado cuenta que esa mujer,

lo abandonó con la espera de un, TE AMO.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

martes, 28 de septiembre de 2021

 ME GUSTA




Me gusta lo raro, lo prohibido y lo difícil.

Me gusta el todo de sensaciones.

El sentirme tuyo y tu incorporada.

Me gusta quererte tanto hasta llegar amarte.

Me gusta pensarte en las locuras de ese amor.

Me gusta sentirte que estás por alguna razón en mí.

Me gusta cumplir con las sensaciones de una pasión.

Me gusta perderme sin titubeos, a todo sin censura.

Me gusta que sea un jardín de excitación.

Me gusta pensar que en algún momento,

quedes libre de pensamientos,

y llenes de vicio tu cuerpo.  

Me gusta pensar que te acuerdas de mí ¿Y tú?

 Porque yo estoy en vos, sin linaje.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor