http://www.youtube.com/watch?v=Ewl1tAfZyQA
domingo, 10 de noviembre de 2013
EL EQUIPAJE
El equipaje
Un hombre que viajaba en avión hacia Singapur, cuando faltaban pocos minutos para aterrizar, se dio cuenta de que el joven que viajaba a su lado se estaba poniendo muy nervioso.
Pensó que posiblemente no estaba muy acostumbrado a viajar y que tenía cierto temor al aterrizaje. Pero de pronto el joven se dirigió a él y le preguntó: –¿Es cierto que en este país las personas que son descubiertas pasando droga las ahorcan? –¡Efectivamente! le respondió, en este país si encuentran a alguien con droga, la pena que les imponen es morir ahorcado.
El muchacho se calló durante unos segundos. De pronto se levantó y se fue al servicio. Después de unos minutos, regresó a su asiento, pero tenía una mirada distinta, una mirada de alivio.
El hombre, suponiendo lo que había ocurrido, le preguntó: –¿Te has deshecho de todo lo que llevabas encima y que te ponía en peligro? El joven lo miró avergonzado y dijo: -Sí Señor, pero por favor, no se lo diga a nadie.
Al llegar a Singapur la policía retuvo al joven para inspeccionarle el equipaje y hacerle un control rutinario. Afortunadamente para él, ya se había deshecho con anterioridad de todo el equipaje no permitido en ese país.
Durante nuestra vida vamos llenando nuestro equipaje de hábitos, costumbres, creencias, valores y fundamentos que, además de cargarnos en exceso, son peligrosos y contrarios a la voluntad de Dios. Eso nos pone muchas veces en aprietos, nos causa vergüenza, confusión y siempre acaba por afectar nuestra vida y la de los que nos rodean de una manera negativa y casi siempre destructiva.
¿Estás llevando algún equipaje del que necesitas deshacerte antes de que te cause más problemas?
Muchas veces sabemos que llevamos algo prohibido en nuestro corazón y otras veces no somos muy conscientes y necesitamos identificarlo. Quizás pienses que, en el fondo, todos somos humanos y que es normal tener algún fallo. Incluso es posible que pienses que forma parte de ti, que es imposible arrancarlo de tu vida y te resignas diciendo, «yo soy así»
Bueno, esos pensamientos son normales, pero también nos indican cuál es el grado de religiosidad y conformismo en el que muchas veces estamos atrapados.
Al hablar de «Religiosidad» me refiero a que, a veces, somos capaces de ir los domingos a la iglesia y vivir una vida más o menos correcta y aceptable cuando estamos con nuestra familia, y al mismo tiempo de vivir de una forma totalmente distinta cuando estamos en el trabajo, con las amistades o solo.
Al hablar de «Conformismo» me refiero a esa actitud pasiva que hace que no tomemos la decisión ni demos los pasos concretos para solucionar o poner fin a un problema conocido.
El conformista lo que hace es todo lo contrario, utiliza todos sus esfuerzos en buscar formas de justificar sus errores y pecados.
La diferencia entre la mochila del joven del avión y nuestro equipaje, es que a nosotros no nos resulta tan fácil deshacernos del equipaje autodestructivo. Sería fantástico poder tirarlo a la basura, pero no, porque nuestro exceso de equipaje no es externo, sino interno.
Es imposible hacerlo por nosotros mismos. Esa es la razón por la que Jesucristo murió en la cruz. Si nosotros fuéramos capaces de tratar con nuestro propio pecado, su muerte no hubiera sido necesaria.
«Ustedes viven siempre angustiados; siempre preocupados «por el exceso de equipaje» Vengan a Mí, y yo los haré descansar»
MI ULTIMO RUEGO
MI ÚLTIMO RUEGO
Querida mía:
Ya no puedo
aguantar más esta pena que llevo por dentro.
Tu ausencia en mi vida es más fuerte de lo que puedo soportar.
Quisiera que me entendieras así como tú también quisieras que yo te entendiera, pero a veces no es posible. Son esos los momentos más tristes y dolorosos los que más daño nos hacen y los que más temor me provocan. Reconozco que no soy perfecto, acepto que a veces... no soy ni la sombra de lo que desearías que fuera. Que sin darme cuenta y aun sin querer... despierto en ti la ira o quizás la tristeza por no saber controlar mis impulsos... ni tampoco respetar tu cariño… Por herir tu orgullo y traicionar lo más sagrado… que un día me regalaste y no supe cuidar. Y ahora, que estoy solo, ¿Qué voy a hacer, amor mío? ¿Qué voy a hacer sin ti? No siento ganas de nada...Sin ti... no ciento siquiera la vida. Muerto en vida... triste y vacío.
Maldigo la hora que dejé escapar el amor de mi vida. Culpa innegable de mi tonta soberbia... fruto amargo de mi vil cobardía. Bien merecido lo tengo y muy caro lo estoy pagando. Pero es tanto el dolor y la pena, que no encuentro forma alguna de reparar el daño que te he hecho. Mil veces quisiera pedirte, mil veces quisiera rogarte y aun así serian pocas las penas que habría de pagarte. Es por eso…que con el corazón en la mano y con honda tristeza y arrepentimiento, me postro ante ti derrotado y humillado reconociendo mi culpa y pidiendo perdón por todo el DOLOR que hay en tu pecho. Sí... ese dolor que no se quita, que agobia, ahoga, te quita el sueño y no te deja sonreír aun a pesar del tiempo.
Y te preguntarás… “¿Cómo es que yo sé que sientes eso?"
Sencillamente porque con tu partida yo también lo siento. No sé si esto que digo sirva de algo, pues con unas cuantas palabras no puedo borrar el pasado. Te pido y te ruego me des una oportunidad (sólo una) para demostrarte que he cambiado. Para gritar al mundo a los cuatro vientos que tú eres el amor de mi vida y que soy sólo yo un pobre diablo.
Tu ausencia en mi vida es más fuerte de lo que puedo soportar.
Quisiera que me entendieras así como tú también quisieras que yo te entendiera, pero a veces no es posible. Son esos los momentos más tristes y dolorosos los que más daño nos hacen y los que más temor me provocan. Reconozco que no soy perfecto, acepto que a veces... no soy ni la sombra de lo que desearías que fuera. Que sin darme cuenta y aun sin querer... despierto en ti la ira o quizás la tristeza por no saber controlar mis impulsos... ni tampoco respetar tu cariño… Por herir tu orgullo y traicionar lo más sagrado… que un día me regalaste y no supe cuidar. Y ahora, que estoy solo, ¿Qué voy a hacer, amor mío? ¿Qué voy a hacer sin ti? No siento ganas de nada...Sin ti... no ciento siquiera la vida. Muerto en vida... triste y vacío.
Maldigo la hora que dejé escapar el amor de mi vida. Culpa innegable de mi tonta soberbia... fruto amargo de mi vil cobardía. Bien merecido lo tengo y muy caro lo estoy pagando. Pero es tanto el dolor y la pena, que no encuentro forma alguna de reparar el daño que te he hecho. Mil veces quisiera pedirte, mil veces quisiera rogarte y aun así serian pocas las penas que habría de pagarte. Es por eso…que con el corazón en la mano y con honda tristeza y arrepentimiento, me postro ante ti derrotado y humillado reconociendo mi culpa y pidiendo perdón por todo el DOLOR que hay en tu pecho. Sí... ese dolor que no se quita, que agobia, ahoga, te quita el sueño y no te deja sonreír aun a pesar del tiempo.
Y te preguntarás… “¿Cómo es que yo sé que sientes eso?"
Sencillamente porque con tu partida yo también lo siento. No sé si esto que digo sirva de algo, pues con unas cuantas palabras no puedo borrar el pasado. Te pido y te ruego me des una oportunidad (sólo una) para demostrarte que he cambiado. Para gritar al mundo a los cuatro vientos que tú eres el amor de mi vida y que soy sólo yo un pobre diablo.
Dicen que
las palabras se las lleva el viento y es por eso que escribo todo esto:
- Para que no quede duda de lo que reconozco y acepto.
- Para que todo el mundo lo lea y se entere: que eres tú y solo tú la reina de mi amor y mis pensamientos.
- Que me
equivoqué y me arrepiento, y que sólo espero tu inexorable
veredicto.
De volver o alejarte de mí para siempre, convertido en prisionero de mi amargo arrepentimiento.
YoAmor
PARA CUANDO TE HAYAS IDO
Quiero besarte,
en mis brazos retenerte,
mirar en tus ojos
y llevármelo todo.
Pero la vida no es así,
y nunca ha sido fácil,
jamás lo fue, corazón.
Ya sabes lo que digo,
todo lo bueno se acaba,
y nada dura por siempre,
esto se acabó, mi amor.
Sonrío junto a ti,
en la mejilla un beso,
y unas palabras en tu oido
sirven como fugaz adiós.
Me quisiera quedar
pero tú eres quien se va,
lo que yo quiera da igual.
Con la vista acaricio tu espalda,
sabes que me encanta verte marchar
después de que te has dejado nalguear.
Oh mi amor, te sigo besando,
aunque de aquí ya te hayas ido.
en mis brazos retenerte,
mirar en tus ojos
y llevármelo todo.
Pero la vida no es así,
y nunca ha sido fácil,
jamás lo fue, corazón.
Ya sabes lo que digo,
todo lo bueno se acaba,
y nada dura por siempre,
esto se acabó, mi amor.
Sonrío junto a ti,
en la mejilla un beso,
y unas palabras en tu oido
sirven como fugaz adiós.
Me quisiera quedar
pero tú eres quien se va,
lo que yo quiera da igual.
Con la vista acaricio tu espalda,
sabes que me encanta verte marchar
después de que te has dejado nalguear.
Oh mi amor, te sigo besando,
aunque de aquí ya te hayas ido.
lunes, 4 de noviembre de 2013
SALIR DE
LA SELVA... Y PENSAR
Una
tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba el día, casi fastidioso de donde me
encontraba, escape del tormento del momento, sin prestar atención, me dirigí
hasta que nada llegase mi visión, solo
unos árboles, llanos con pastos y
siembras, me baje como poder respirar lo que me parecía que me faltaba, por
supuesto nada, solo el malestar se distendía y queriendo hacer lo que no quería
hacer; Busque un árbol desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo
suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos caídos
sobre el suelo como si fuera una cama,
donde todo se rendía, no pasó mucho el tiempo, me recosté en el suelo, fijando
mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los
rayos y el resplandor salpicado del sol y por supuesto el silencio se acostó a
mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía, hasta lo que veía, como los
pájaros me contaban de su vuelo y de su andar y venir entre árboles y lugares
del suelo, donde supuestamente llegarían a su comida del momento, seguí mirando
hacia un lado al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde
de mi vida y lo escuche. Empecé con mi niñez desde que me acordaba entremezclada
la sentí diría feliz, algunos inconvenientes y discusiones entre matrimonios también llegaron a mis
oídos, porque el silencio me dictaba lo que me olvidaba o no dejaba de lado
nada que se pase de mi lectura, seguí más adelante cuando ya tenía algunas
libertades de los amigos de juegos de travesuras y divertimentos, seguía
mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos
y casi sin pestañar lo suficiente, cada instante que pasaba , sentía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas
desteñidas y otras con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la
pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un
agravio, la adolescencia ya empezaba
hacer pestañar más mis ojos y como acercándose a la luz de ese túnel tan
imaginario pero real comencé volver a la débil realidad en donde ya estaba
viviendo y como, pero no quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando,
moviéndome un poco de costado tomé una
pequeña rama que se encontraba a mi costado y sin darme cuenta comencé a
escribir nombres , frases, palabras, realizando un grafiti tan inmenso para mí alma y tan insignificante
para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio
para que nada quede o sí dentro mío, pero que la nobleza de la naturaleza me
sacó de la selva y me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días.
De un salto, desperté de un sueño hermoso y un mal me abrazó al darme cuenta
que todo lo que había pasado fue un sueño de día, y darme cuenta que mi tiempo
pasa, y nada pasa, nada quiero, y a la vez quiero que algo pase, me alcanza la
madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones, con los tiempos que deberé
enfrentar y darme cuenta que cada segundo de
un suspiro se aleja la vida para que me valla recibiendo la tranquilidad, la
torpeza, la incomprensión de los más
jóvenes, hasta darme cuenta que falta poco en esta larga y corta vida que me
queda, por eso como una vez lo pedí a una persona… no me dejes solo, ahora se
lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.
YoAmor
domingo, 3 de noviembre de 2013
Cada día que
pasa me alcanza la vida, me toca con
sus
compromisos o sus problemas, me empuja, me provoca que
reaccione, de una u otra forma, yo no sé si dejo que lo haga por querer esperarla
para ver como actúa conmigo o soy el cobarde que no la sabe enfrentar,
reaccionar y darme vuelta y responderle con una actitud de fuerza, decisión,
firmeza y convencido de mi persona. Tal vez en un principio la subestimé, reí
de lo que ella podría dar o sacar y que lograba de mí... un estado paranoico,
si un estado de no saber que quiero, como quisiera vivir, como planear mi día a
día, pero claro si tampoco me deja pensar, no encuentro el orden de la realidad
con todo lo que acarrea. ¿Quién soy? ¿Qué quiero?
¿Que tengo? y si todo esto tuviera una respuesta,
no la se encontrar o buscar con equilibrio armónico.
Cada día que enfrento siento la necesidad de
desafiar mi estado mi conducta y narrar mis días como una novela de ficción y reírme
del pasado o más que eso jugarle la apuesta que con ella que me arrinconó ahora
puedo contarla como una edición para una drama de otro drama.
Me pregunto hasta donde me dejarías escribir de mi
vida o desde donde empezar... me intriga, me hace sentir débil de palabras
queriendo transportar mis emociones a este lugar, pero sigo dándome cuenta que
yo creo que nunca tuve un día que empezó y un día cuando terminará y como. Tal
vez nunca empecé y nunca viví, tal vez sea un sueño de otro ser o de otra vida,
pero la verdad es tan real!!! Porque encuentro amores y desamores, sonrisas y lágrimas,
abstención y tentaciones, tranquilidad y nervios, todo es real? Como puedo
saberlo si cada día de mis días son todos los días con el primer día de mis
razones.
YoAmor
QUE PREGUNTO MI
NIÑO
Me preguntó mi niño
que era la vida
Le dije que una rosa
llena de espinas
De los sueños me dijo
saber quisiera
Son pájaros del alma
que a veces vuelan
Me preguntó mi niño
que era el futuro
Le dije la esperanza
de cada uno
Si sabía me dijo de
las promesas
Son palabras que a
veces no hayan respuestas
Y preguntas que
van
Y preguntas que
vienen
Preguntando se
llega
Donde uno quiere
De la muerte me dijo
saber quisiera
Le dije que era un
viaje solo de ida
Y del amor me dijo
que le contara
Le conté que era un
mundo lleno de magia
Quiso saber entonces
que era el infierno
Le dije son los
hombres sin sentimientos
Y de Dios me pedía
que yo le hablara
Le conté que era el
todo como la nada.
Y preguntas que
van
Y preguntas que
vienen
Preguntando se
llega
Donde uno quiere
De volver a ser niño
sentí la envidia
Por contestarme cosas
nunca aprendidas
Pues descubrí que al
hombre nada le alcanza
Cuando pierde ese
niño que hay en su alma.
Y preguntas que
van
Y preguntas que
vienen
Preguntando se
llega
Donde uno quiere
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