He vivido de muchas maneras,
he sentido sentimientos, de tantas maneras,
UN POSIBLE AMOR
Te
conocí sin querer, ni pensar
solté
mis palabras como nunca,
sintiendo
que una hermosa mujer,
tendría
yo que encontrar.
Fui
recorriendo tu cuerpo.
Tu
mirada, tus gestos, todos tus sentidos
Hasta
tus movimientos y los gestos…
Queriendo
saber con quién es el encuentro.
Entraba
en tu intimidad sin pedir permiso.
Tampoco
sentía que tú lo negaras.
Creí
que algo podía suceder,
porque
sin querer ya me gustabas.
Tus
ojos color marrón y de observar con amor,
fue la
expresión de una belleza sin poder enunciar.
Nada tenía
de especial, sin embargo…
Cuando
me miraron, me hicieron titubear.
Tus
labios de una forma perfecta,
dibujaban
en cada palabra toda sensualidad.
Pero
mucho más me gustaron,
cuándo
tus besos todo lo expresaron.
Tu vos
un tanto disfónica.
Me hablaba,
me contaba y todo aquello,
se
acostaron en mis curiosos oídos,
para
vivir mis sentidos, en dichosos momentos.
Mi
mente te busca en las mañanas.
Mi
corazón no entiende nada.
Pero si
mi conciencia me hace saber,
donde
están todas mis esperanzas.
Hermosa
señora mía,
porque
tuve que saber,
que el
tiempo había pasado
sin percibir
que existía y no estar a tu lado.
Tú
tienes nombre compuesto
Como
tantos en este mundo incompleto.
Pero
ahora hermosa mía es el tuyo,
que
llegó a mi boca y nombrarlo, me deleito.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
Entre tantas necesidades que en este mundo deseé,
muchas las obtuve, otras imaginé, pero el hoy,
me deja la soledad de no hallarte.
Es saber que algo no lo podré tener. ¿Cuál?...
Que tú no estás libre,
que los ojos que miran tantas realidades a tu
alrededor,
están en un solo ser.
Que tu corazón que dispersa sensaciones por
doquier,
solo lo detienes para amarlo con pasión.
Podría comprar todo lo que exista en el mundo con
mis palabras,
y conseguir todo lo que quisiese con mis
pensamientos.
Regalar lo más asombroso del sentimiento,
tener las manos apretadas, pensando que son las
tuyas.
Sentir tu cuerpo junto al mío todo el tiempo,
mirar tu belleza como que nunca termina.
Acercar tu aroma a mi mente
y jugar como un niño que nada le es prohibido.
Tentar la insolencia de poder besarte,
cuando nuestros labios despertaran.
Decir que el perfume de la seducción me ha
alcanzado y el tuyo se inicia.
Cuanto dejo en esta necesidad... Pero solo es
imaginar.
Quiero comprender
que todo lo que refriega tu imagen de mujer,
es saber
que:
YA NO ERES MIA.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
PREGUNTA
Anoche me tomaste de la mano,
me miraste a los ojos muy dulcemente.
Tus labios sonreían muy pícaramente,
y con solo apretarme la cintura,
fui todo tuyo.
Mis ojos te decían tantas cosas,
y mis labios miraban tu figura.
Entonces te pregunte.
¿Me puedes decir que hago con tu cuerpo
vestido solamente de piel?
Me dijiste te amo, mi corazón se detuvo,
mis pasiones se estremecieron,
mis sentidos se avergonzaron.
y mi boca te mordieron,
sin dejar de acariciarte, olerte y rozarte,
como para no olvidarte nunca más.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
ESCRITURA
TE DIRÉ ALGO
No es que te necesite para respirar,
pero creeme que es casi lo mismo.
Mi pecho se siente solitario de los murmullos de tu vida.
Huérfano del abrazo de tus sentimientos.
Del gritar de tus dolencias,
y la alegría por necesitar mis consuelos.
Siempre espero tu mirada con una sonrisa,
y que tus ojos me hablen en silencio.
Cada brisa de tu ternura,
es el perfume para mi alma.
Preciso el silbido de tus secretos,
ellos son los que cantan a mí corazón.
Por eso te diré algo.
Eres todo, y eres mi amor,
pero también eres
el amor platónico
de mi existencia.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
UN
INSTANTE
Te
tuve entre mis brazos, tu piel erizada,
provocada por mis caricias.
Me
besabas, te besaba, te miré, me sonreí,
te
dije muy despacio, no me ames tengo miedo.
Tus
ojos brillantes, me miraron muy fijamente,
y
sensualmente me dijiste, déjame que solo yo te ame.
Tu
respirar en mis oídos me hacía sentir culpable
de lo
que tu sentías, y lo que yo no quería,
pero
te deseaba en ese instante.
Mis manos seguían en tu cuerpo,
tus
labios acariciaban los míos sin detenerse,
solo un decir - Por favor no quiero que me
ames,
porque yo no puedo volver amar,
no
deseo volver sentir dolor por tanto querer. -
Perverso
soy por lo que pido, y cruel con mi amor ansiado,
ya
nada tiene sentido cuando mis pensamientos no son a tu ser.
Te
quiero a mi lado, pero no en mi vida,
solo
necesito estar sin nadie en mi camino,
porque
mi único y verdadero amor,
solo
durará un instante.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
NOTIFICACIÓN
¿Puedo comunicarme
contigo?...
Para decirte que quiero
hablarte
y contarte todo lo que
me gustas?
Declararte lo hermosa
que eres,
que pasa cuando te veo,
que me produce tu figura,
que palpita mi corazón cuando te pienso.
Por eso quería charlar,
para expresártelo,
y si no puedo, he
tenido la ilusión de pensarlo.
¡Porque sabes!...
Que hermoso sería
tenerte en mis brazos,
y llenarte con besos de
amor.
Me dirás loco, por
decir que te amo con locura.
Me dirás tonto, por
quererte cerca de mí,
y me tratarás de
inconsciente por pedirte un hijo.
Pero nunca me podrás
decir estúpido,
por imaginar y creer
que me podrías quererme.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
UN MAÑANA
Un mañana
¿Será este mañana?
Aquel
mañana o cualquier mañana.
Me di
cuenta, que todas las mañanas son iguales.
Al abrir
mis ojos, querer vivir, querer soñar, querer amar.
Hay veces
que no se abren, están cerrados por aquel amor,
por este
amor, por los amores que he perdido,
por los
que he sufrido o por ese amor que no he encontrado.
Sentir mi
corazón que sufre por no ser querido.
El
silencio grita sin piedad en callar todo aquello que he sentido,
y hoy
está todo enredado.
Intento
abrir los sentidos, comprometer mis sentimientos,
ventilar
mi cuerpo de tanto dolor contenido.
Mis ojos
cerrados y mi amor humillado,
no me
deja ver ese mañana que siempre he soñado.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
UN SECRETO A SU ALMA
Amor… ¿ese es tu nombre no? …
Hermoso por cierto y me gusta nombrarte como te llamas... por ser como tu,
bello y sencillo con destello de una gran sensualidad, tal vez por que se
encuentra en ti, pero es tu verdadero nombre y por tal no quiero cambiar; Esta
noche he llegado a la decisión de hacer una gran confesión a tu alma, si, a tu
conciencia... pero no quiero que tú lo
sepas por lo que te pido que sierres todos tus sentidos, para que yo quede con
ellos y les cuente mi gran secreto, de mis sentimientos perdidos, ¿si?...
gracias.
Un día sin querer y por cosas de
la vida llegó a mi contacto un ser que como muchos, se acercan, se miran y se
alejan, pero no sé cuál fue la razón que éste... no hizo eso, al contrario es
como una beba recién nacida, llena de ternura, inocencia y belleza se aferró a
mi instinto de hombre que me hizo sentir asombrado, perturbado, por lo que mis ojos
llegaron ver, no podía entender que ahí se encontraba lo que mi gusto quería,
sin poder hacer nada y sin decir nada, con sutileza comencé a manifestar lo que
me ocurría, cada expresión de sus letras y poco a poco sus palabras,
abalanzaron hacia mí toda su perfección de mujer, si, perfección, es poco para
explicar lo que mis ojos vieron y mi corazón sintió. Mis sentidos gritaron sin
piedad todo lo que sucedía, callé desesperado lo que un niño daría por un lugar
para jugar, pero sabía que no era el territorio donde yo podía estar, o si, no
lo se, se escapaba la posibilidad de sentirme feliz por un instante y
entonces... comencé a sentir vibraciones por toda mi alma con los sentidos
mezclados, vergüenzas y miedos saltando de un lado a otro, pero todos jugando
en el delirio y el placer de sentir un deseo. ¿Cómo me explico que esa bella
niña, no es mía? ¿Qué digo a mi conciencia que no puedo llegar a ella? ¿Cómo
dejo a mi mente libre de su figura celestial? Entonces comprendí lo que me
pasaba, que esa hermosa niña y sensual mujer había tocado lo más profundo de mí
ser:
Todo de ella quedó impreso en mi
pensamiento, no había color del arco iris que ella no lo tuviese, imaginándome
un horizonte lleno de frescura en un atardecer primaveral; Las fragancias de
todas las flores del mundo se mezclaron en el jardín de su alma, nada podía yo
hacer sin que admirar tan bella señora, jugaban mis ojos en los suyos por ser
pícaros y vivases, correteaba su elegante figura por mi imaginación no sabiendo
como alcanzar tan inmensa ilusión... preguntado una y otra vez cual fue mi error en esta vida, cuando Díos no me dejó
llegar a ella, por estar en otro mundo .
Niña preciosa y encantadora, mujer salvaje y
apacible como le digo a mis sentidos que tu ya tienes tu amor enloquecido, como
puedo yo vivir, sin que tu tengas un instante, no dañar tu tiempo y poder
acercarme; Por que mi estúpida manera de querer, busca tan linda mujer,
entendiendo que nunca me va corresponder, pregunta y respuesta seguido por
desconsuelo, pero que bello sería cuidar de ti, hasta un amanecer perfecto.
Moriría para dar tu vida, sabiendo que madre
naturaleza se enorgullecerá de tan precioso ser. Juegan tus labios sin frenesí
cuando te ríes, tu sonrisa provocadora desafía lo prohibido, tu pelo suelto
acariciando tu carita candorosa, deja escapar tu seducción inocente y madura,
Me gustaría amarte hasta sufrir,
sin que a ti llegue la tristeza, no puedo imaginar que tu corazón esta triste
por otro que no quiere o que la vida no te dejó llegar a él, déjame pensar
contigo que algún día la vida repondrá ese amor que tanto quieres, donde el
destino dejó correr por otros caminos.
Pero Alma, te confieso, sentir
alegría cuando la veo, dolor por que no la tengo y me confundo con engaño, al
ilusionarme con poder amarla... Es tan linda tu dueña que cantan mis sentidos,
al regalar su atención, lloran mis sentimientos cuando piensan donde estoy y
que soy, déjala que corra hacia mi por un instante de mi vida y luego, te
prometo, moriré para dejarla de amar, solo así podré olvidar a este ser sin
igual. Alma si tú me escuchas, cuéntale a su conciencia lo que sufro yo por
ella, sin que tenga culpa de tal locura, sino que fue su inconciencia de
mostrar su gran belleza. Podré algún día, recibir de ella lo que quiera, sentir
en mis penas el calor de su vida y que pase por mi cuerpo todo su hermoso
vivir. Que lindo sería... y platónico se manifiesta, pero nunca dejaré sentir
por ella lo que corre por mis venas.
Bueno mi niña mujer llamada Amor,
podes abrir tus sentidos, despertar de este sueño mío y que nunca tu alma confiese
lo prohibido.
Cariñosamente y pidiendo
disculpas por hacerte quedar callada y yo poder delirar, dejando en ti toda mi
admiración por traer ante mí, tan grande creación y permitirme dejar en vos un
simple beso de amor.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
USTED
AMIGA
Mi señora
amiga le digo que usted es mi imaginación.
Lo ha
logrado sin decirme nada, solo por haberla visto.
Dejaré
pasar este sentimiento, porque no quiero molestarla.
No sé si
usted está sin compañía, o alguien que la quiera,
Lo único
le digo, me asusta su figura,
me
tiemblan las piernas, y no quiero fastidiarla.
No puedo
dejar de mirarla, ni tampoco de estudiarla.
Le
comunico señora amiga,
que ha
llegado a mí, muy de repente.
Es usted
es mi conciencia más bonita,
Y usted
sabe que es así…
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
¿VIENES?
¿Ven hagamos el amor… cómo?
Juguemos con picardía,
levantándonos y besarnos muy suavemente.
Reírnos juntos con caricias cruzadas.
Seamos locos y todo lo permitamos.
Rompamos las reglas del querer,
sintamos que somos uno,
y tu piel tiente la mía.
Nuestras intimidades son de los dos,
y compartamos esta locura de amar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos
reservados
SILENCIO
¡Silencio!!! Me decían cuando niño, las
travesuras se mostraban inocentemente. Silencio nos los decían en tono enérgico
nuestros maestros, profesores, cuando las picardías salían a la luz. Silencio
se nos decía cuando en algún evento importante comenzaría la solemnidad de
algún acto. Silencio se hacía cuando se estaba ante una desgracia y el respeto
se lo demostraba con él, y tantos más que siempre se correspondía al callar
nuestras voces. Pero está el otro silencio, el que está dentro nuestro, el que
te murmura, te habla, te grita, te humilla, te maltrata, el que cuando estás solo,
comienza a caminar por tu esencia, sin dejar nada al azar, deja que tus
memorias lleguen sin pedir permiso a tus deseos, te paralizan, te hace tener
miedo al recordar experiencias, duele escucharlo, porque sí, al silencio se lo escucha como el más extraordinario de
los ruidos. La vista, se fija en un lugar sin saber que hay por delante, pero
la mente, te va dibujando lo que él dicta. Que increíble sensación de vacío y a la
vez, cuanta carga sin poder sobrellevar esos instantes, donde se junta el
silencio y la soledad, y se ensañan para que sientas la vida tan lejos, te dejan
toda desordenada la existencia y expuesta las reflexiones. Busco compañía de mi
propia persona, sin saber él porque se
alejó junto con mi alma, solo queda la mente que nada puede hacer al sentirse
acorralada de tanta ira al corazón, porque es así, solo el corazón inseguro
late cada vez mas fuerte sin saber hasta dónde puede llegar, poder descansar y
sentir el alivio de un murmullo para darse cuenta que todavía existe, el
silencio entra y sale de tu ser tantas veces se lo propone, sabiendo que todo
continúa en tu propia vida. Juega con las suposiciones, con las culpas, con las
alegrías perdidas, con el dolor de un ser querido que no se encuentra a tu
lado, como el que también te agrede o te señala, todo lo hace correr sin hacer
un solo ruido en ese lugar, porque el silencio hace silencio para no molestar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
¡SUEÑOS! encontrados
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé, con un amor esperado
que a ti
había llegado.
Que pude estar a tu lado
que mis
sueños habían anclado.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que podía amar nuevamente
que ya estaba
en tu mente
que mi niñez
volvió de repente
que todo en
mi estaba latente.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que mi corazón podía tener dueño
que mi
esperanza no era un sueño
que volvía a
tener mi ensueño
que vos
fuiste mi empeño:
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que podías estar en mis brazos
que estaba en
tus pasos
que me
dejabas compartir mis fracasos
que había
dejado atrás mis ocasos.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; por ¡vos mi amor!
por los dos,
Amor!
por tu amor,
Amor!
por nuestro
amor, Amor!
¡Sueños!
perdidos
Orlando Mario Soverchia- YoAmor