viernes, 25 de octubre de 2013

MALA JUGADA



Estoy jugando con mi destino mano a mano, veo que nada puedo hacer ante esta partida todo lo tengo perdido y nada podré recuperar, aposté mi dignidad, respeto, orgullo y lo más importante mi amor. Quisiera levantarme,  seguir viviendo pero la ley del juego es sentarse,  llevarte todo o dejar todo; ¿elegir?... no te permiten, si  no te gusta..., la vida lo planteó  así y yo seguro de que  nada me detendría, creí que ya le había ganado al destino y riéndome por dentro, sobrando la jugada, mezcle las barajas, levanté y empecé a sonreír, la primera mano era mía y sentí mi triunfo cerca de mí. Cuán equivocado estaba..., no me di cuenta que solo me dejaba creer que yo tenía todas en mi mano, que era mi momento de suerte, que  todo estaba de mi lado, pero nada de eso sucedió. Fue cruel, despiadada, injusta, soberbia, imprudente ante mi decisión, ya sabía que no tenía ninguna salida de recuperarme pero me dejaba seguir para mofarse ante mi desolación, desesperación, me tenía a sus pies, todo me lo llevó y solo me dejó los recuerdos para demostrarme que no hay que jugar si no se tiene los medios o no se sabe jugar.



Estoy sin nada en mi vida, todo lo perdí; no me perdonó ni la última partida, ni tampoco permitió recuperarme. ¿Los sueños? Los golpeó; ¿las ilusiones? Las borró; ¿las alegrías? Me las aplacó; ¿ mi alma? La extravió. ¡Cuánto aposté!... y ahora me doy cuenta que ahí estaba todo, la vida de mi madre; sus sueños, sacrificios, alegrías, tristezas, ilusiones y lo más importante su amor de amante y de madre, todo lo había puesto en mi cuando decidió traer a su mundo la maravilla  de la naturaleza que es la vida.



Ironía del destino... tan perfecto y tan malvado, nada  dejó a mi madre ni a mí, o sí, a ella mucho dolor, a mí, vacío y solo. Muchas veces me pregunto ¿por qué creí en mi destino? Pensando que el  mío estaba echo perfecto y ahora me doy cuenta que cada momento de nuestra existencia  lo vamos construyendo con nuestras propias vivencias. Mala jugada la mía, sabiendo que no podía, quizás algún día la vida devuelva a mi alma perdida, todo lo que una vez creía, lo fácil que se podía, vivir y dejar vivir sin hacer daño a lo que uno mas quería. 











                                       YoAmor    

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