Entonces
te esperaré como un macho en celo y desgarraré todo tu cuerpo de caricias y
besos.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
MISA DE VIDA
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
Sentado sobre la biblia de
mi vida,
sentí la necesidad de
rezar mis sentimientos.
Leí los versículos de mis
necesidades,
canté los salmos, que mi
alma recordó,
parábolas de todo lo que
he realizado,
donde cada una de ellas,
contaron su historia.
Ojeé el recorrido, que en
esta vida elegí,
confesé errores, engaños y
mentiras,
golpeé mi pecho de culpas,
por no haber pensado,
me arrodillé por un amor,
que no me ha querido.
Rogué en ese altar irreal,
con llantos y súplicas,
ofrecí de mí, todo mi
dolor, toda tristeza,
deseé la paz, a los que
sin querer lastimé,
levanté plegarias por lo
que queda de mí,
y comulgué con la gracia,
de un amor deseado.
Me levanté de aquel
asiento incierto,
bajé mi cabeza, crucé mis
brazos de soledad,
con la señal de la cruz, llegaría mi paz.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
MI ÚLTIMO RUEGO
Querida mía:
Ya no puedo
aguantar más esta pena que llevo por dentro.
Tu ausencia en mi vida es más fuerte de
lo que puedo soportar.
Quisiera que me entendieras así como tú también quisieras que yo te entienda,
pero a veces no es posible. Son esos los momentos más tristes y dolorosos los
que más daño nos hacen y los que más temor me provocan. Reconozco que no soy perfecto, acepto que a veces... no soy ni la
sombra de lo que desearías que fuera. Que sin darme cuenta y aun sin querer...
despierto en ti la ira o quizás la tristeza por no saber controlar mis impulsos... ni
tampoco respetar tu cariño… Por herir tu orgullo y traicionar lo más
sagrado… que un día me regalaste y no supe cuidar. Y ahora, que estoy solo,
¿Qué voy a hacer, amor mío? ¿Qué voy a
hacer sin ti? No siento ganas de nada...Sin ti... no siento siquiera la
vida. Muerto en vida... triste y vacío.
Maldigo la hora que dejé escapar el amor de mi vida. Culpa innegable de mi tonta soberbia... fruto
amargo de mi vil cobardía. Bien merecido lo tengo y muy caro lo estoy pagando.
Pero es tanto el dolor y la pena, que no encuentro forma alguna de reparar el daño que te he hecho. Mil
veces quisiera pedirte, mil veces quisiera rogarte y aun así serían pocas las
penas que habría de pagarte. Es por eso…que con el corazón en la mano y con
honda tristeza y arrepentimiento, me postro ante tí derrotado y humillado,
reconociendo mi culpa y pidiendo perdón por todo el dolor que hay en tu pecho.
Sí... ese dolor que no se quita,
que agobia, ahoga, te quita el sueño y no te deja sonreír aun a pesar del
tiempo.
Y te preguntarás… “¿Cómo es que yo sé que sientes eso?"
Sencillamente porque con tu partida yo también lo siento. No sé si esto que
digo sirva de algo, pues con unas cuantas palabras no puedo borrar el pasado. Te pido y te ruego me des una
oportunidad (sólo una) para demostrarte que he cambiado. Para gritar al
mundo a los cuatro vientos que tú eres
el amor de
mi vida y que soy
sólo yo un pobre diablo
Dicen que
las palabras se las lleva el viento y es por eso que escribo todo esto:
Para que no
quede duda de lo que reconozco y acepto.
Para que
todo el mundo lo lea y se entere: que
eres tú y solo tú la reina de mi amor y mis pensamientos.
Que me equivoqué y me arrepiento, y que
sólo espero tu inexorable veredicto.
De volver o alejarte de mí para siempre, convertido en prisionero de mi amargo
arrepentimiento.
MENTIRAS DE
VERDAD
Te creí todo lo
que me contaste,
escuché tus historias de amor y desengaños.
Puse toda mi
atención, preocupación por tus vaivenes del pasado,
angustias
desordenadas por tantas injusticias,
acumulé cariño, comprensión y mucha ternura.
Desplegué mis
sentimientos para cobijarte y darte mi amor,
resultando que aquellas historias maltrechas,
fueron
adulteradas por hacerlas más creíbles,
logrando sembrar miedos y más tristezas.
Dejaste mi alma
golpeada de nuevas historias,
que aún todavía no sé cuál fue real,
llenando mí ser
de dudas, de llanto y desesperanzas.
Has roto mi
ilusión… has roto mi corazón.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LO QUE TENGO… Y QUE HACER
Sé que tengo amor, que me
gusta darlo.
Sé que ahora estoy en deuda
con mi alma.
Necesito que repose en una
simple bahía de esperanza.
Dejar que los sueños me
atrapen.
Reconstruir las huellas
profundas,
que maltrataron mi andar.
Adormecer las tristezas que
ambulan sin piedad,
enfrentarlas sin vergüenza y dominarlas en
cada lugar.
Pucha carajo, cuantas
flaquezas y necesidades,
cuantos reproches de tantos
pesares.
Pero aún vivo en este mundo,
muriendo por el pasado,
y la porfía de mi corazón,
requiere de mi razón.
Por esto y por lo que tengo,
debo atrapar a esa mujer,
que me ayude a lograr un poco
de paz.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
LLUVIA
En esta tarde de lluvia tengo tu cuerpo
sobre el mío.
La música de las gotas golpeando la
apetencia, ralentiza mis caricias.
Tus manos en mi cuerpo, juegan a las
escondidas con mis deseos.
Tu piel se eriza, y la mía se humedece por
tus osadas intensiones.
Nada nos dijimos, y todo lo gozamos, solo
disfrutamos.
Los besos llegan muy despacio con los
labios mojados por la avaricia del placer.
Mi boca sobre la tuya, tu boca sobre mi
pecho, la mía sobre los tuyos.
Tu mirada lánguida y el parpadeo lento de
los sentidos regalados,
llevan los míos a recorrer tus nalgas y tus
piernas entre las mías.
Solo son sensaciones bailando en ese lecho
de seda tendida sobre la cama.
Me pides muy dulcemente que te haga lo que
siento.
Y todo se volvió pervertido e insolente, y
la complicidad nos abrazó.
Fuimos suspiros, gritamos quejidos tenues y
apasionados.
No sabíamos que vendría después de cada
postura y cada experiencia.
Solo nos acompañaba la locura y el
desenfreno para los unísonos gemidos.
Fueron tormentos de dos cuerpos sabrosos y
perdidos en la lujuria del placer.
Fuimos la lluvia caliente de los cuerpos
enloquecidos, volcando uno dentro del otro,
Lo que cada uno tenía, después de tanta
complacencia
A las torturas del apetito y codicia de lo
prohibido,
Quedando los dos cuerpos tendidos, perdidos
y aturdidos de amor.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
Derechos reservados
LO
SIENTO ASÍ
Déjame que te diga lo que siento.
Con mis ojos en los tuyos,
Y mi
boca entreabierta por sentir tus besos.
Mis lágrimas por apreciar tu cuerpo,
y creerme un niño por necesitar tu tiempo.
Querer detener mis latidos por saberte mía,
fijar
mis sentidos entre los tuyos y disfrutar tus manías.
Deseo que tú me quieras con un mínimo
querer,
como esto que creció en mí sin
pretender.
Siento lo que siento, porque es lo único
que quiero,
sentirte noche y día, como un sublime amor
sincero.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
Me dijiste que me amabas,
que querías compartir tu vida
conmigo.
Que te habías enamorado de
mí,
por mis caricias, por mis
besos, de mis ojos,
pero no de mi corazón.
¡Ahora me lo cuentas!…
Padezco esta violenta confesión.
Lloro sin consuelo, estoy
muriendo por dentro,
y sin embargo no haces nada…
Debo proclamar a gritos,
que has roto mi corazón.
Lisiaste mis pensamientos.
Trato de zarandear mi
turbulencia,
y deseo a mi alma, una paz
inocente.
Pero te amo, y te perdono.
aunque no tenga tu amor,
mi espíritu no te abandona.
Quiero que no te alejes de
mí.
¿Y sabes por qué?
Para cuidar que no sufras.
Hermosa mía, ¿sabes una cosa? estuve pensando que haría si no te tuviera… y me di cuenta que eres mi otra mitad, mi locura de alegría, mi ternura que me falta, mis sentidos cuando duermen, mi esperanza de cada día, y lo más lindo de todo, que cada noche cuando me acuesto, estoy alegre porque al día siguiente estas a mi lado.
Me gustas como eres, me gusta tu figura, que te pierdas entre mis sábanas sin vergüenza, seremos dos en un solo lugar, con un solo sentimiento, dos cuerpos desnudos completamente libres de sentir la libertad del deseo.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
LLAMADA AL CORAZÓN
Mi teléfono ha sonado, tu voz del otro lado.
Mis suspiros te atendieron, mis sentidos se alegraron.
Cuándo es que debo olvidarte… si mi corazón está dolido
Cuando dejaré de sentirte si ya no tengo tus mimos.
Sabré si no me importas, cuando todo es olvido.
Aún estás en mi mente y también en mis oídos.
Juguemos al amor y sin pedir permiso, yo lo recibo.
Tendremos nuestras charlas de aquellos días vividos.
Busquemos aquel lugar, de nuestro primer encuentro,
tan solo ese sueño me ha dejado aquel recuerdo.
Tu figura entró en mí, sin pedir permiso.
Tu cuerpo fue el camino de todo lo que he sentido.
Tus ojos, mi horizonte por todo lo que extraño.
Mis labios apoyados en los tuyos.
Tu boca se entregó sin decir un no.
Las almas se unieron en un solo abrazo.
Y nos dimos cuenta que nada ha cambiado.
Con una sola llamada al corazón.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
LINDA MUJER
Mi linda mujer, no sé si
quiero que me tomes o me dejes
Pero si quiero que abraces
Que me des un beso, que me
extrañes,
Y si puedes… Que me ames un
poquito.
Con solo la mínima parte de
lo que yo te amo,
Es suficiente para mis
sentidos.
Porque con sentir tus manos
en mi cuerpo,
Ya nada ni nadie, me harán
olvidarte.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
LABERINTO DE AMOR
¡Hola!... como estás, yo acá tratando de
encontrar mis sentidos.
Llega la tarde, luego la noche, y me
persiguen las penurias de cariño.
Te llamé, pero tú no respondías, te mandé
mensajes y no lo leíste,
busque un motivo, un sentido o quizás una
excusa para no pensar.
Seguí mi momento en silencio, pero no
conseguí la mesura de imaginarte cómo estás.
Volví a mirar mis llamadas, los mensajes y
todo seguía igual,
empezaron los recuerdos y los momentos de
nuestra dicha se sentaron a mi lado.
Sonreí tristemente, cabeceando el instante que
estaba ocurriendo,
imaginé tus tiempos ocupados, sabiendo que
no los tenías, pero solo pensé,
memoricé diciéndome un te quiero y te
respondía… yo mucho más.
Me llevabas de tu mano a todo lo que
rodeaba tu vida y sonreías muy tiernamente,
Me gustaba saber que yo era él… y me tenías
en tu mente, pero a veces no lo estuve.
Sin darme cuenta, comencé a vivir en tu
pintura de amor, en el retrato de tus expresiones,
en el lienzo de tu belleza, en el canto de
tu voz, en el silencio de tu mirada.
Querida mía, como no me había dado cuenta,
como no entendí tu camino,
quise hacerte feliz, pero confundí el
pasaje de tu amor y habías empezado a partir.
Yo… yo solo quise todo para ti, protegerte,
saber que tenías lo que tú pidieras,
te acompañe a tu lado sin preguntar cuál
era tu destino, sin embargo, perdido de pasiones,
caminé cuadras de esperanzas, troté
kilómetros de ilusiones y viajé días de fantasías.
Sin embargo, no creo haberte encontrado,
esperándome, necesitándome, o peor queriéndome,
y ahora estoy en un laberinto de
sentimientos, casi diría, en un triste laberinto de amor.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
Estuve, todo el día pensando, sí, todo este largo día pensando, me preguntaba porque me ocupaba tanto en pensarte, pero pensaba porque te pensaba, solo sé que no pude olvidarte, sé que no te voy a olvidar, sé que se y también se lo que no es, pero ¿Porque no puedo dejar de pensar y olvidar mi amor? … y tú sabes que yo estoy contigo, solo háblame y ahí estaré junto a tí.
NO ES DECIRTE
No es solo decirte: Te
QUIERO o TE AMO.
El quererte o amarte, es
demostrártelo.
Es estar tu lado sin decir
nada.
Observarte cuando no me
miras.
Si te sientes alegre,
acompañar tu sonrisa.
Cuando lloras, compartir
tu tristeza y revertir tu estado.
Si te sientes enferma,
atender tus necesidades,
y calmar tus dolencias, poniendo
mi mano en tu frente,
mientras tus náuseas te
agobian.
Contener tus flaquezas,
complejos e inseguridades,
y demostrarte a vos misma
lo que tú eres.
Rozar mi cuerpo al tuyo en
el día sobre tu ropa,
y acariciarlo en la noche para
solo sentir tu piel.
En mi estado de ternura, con
la palma de mi mano,
dibujo tu figura, huérfano
de deseos.
El saberte mía sin necesidad
de preguntártelo,
y sentirme tuyo, porque
soy tu pertenencia.
El hacerte el amor con
solo mirarte a los ojos.
Porque al escuchar los
relatos de tu vida,
participo en ellos con tus
mismos sentimientos.
Es confesar mis
pensamientos entristecidos
y esperar tu voz de
consuelo, cerrando mis heridas.
Es distribuir los tiempos
a tu lado,
participando en lo que tú
quieres.
Ofrecerte poco, porque es
lo que tengo,
pero si todo, de lo que
puedo.
Porque quererte es amar, y
amarte es querer.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
LABERINTO DE AMOR
¡Hola!... como estás, yo acá tratando de
encontrar mis sentidos.
Llega la tarde, luego la noche, y me
persiguen las penurias de cariño.
Te llamé, pero tú no respondías, te mandé
mensajes y no lo leíste,
busque un motivo, un sentido o quizás una
excusa para no pensar.
Seguí mi momento en silencio, pero no
conseguí la mesura de imaginarte cómo estás.
Volví a mirar mis llamadas, los mensajes y
todo seguía igual,
empezaron los recuerdos y los momentos de
nuestra dicha se sentaron a mi lado.
Sonreí tristemente, cabeceando el instante que
estaba ocurriendo,
imaginé tus tiempos ocupados, sabiendo que
no los tenías, pero solo pensé,
memoricé diciéndome un te quiero y te
respondía… yo mucho más.
Me llevabas de tu mano a todo lo que
rodeaba tu vida y sonreías muy tiernamente,
Me gustaba saber que yo era él… y me tenías
en tu mente, pero a veces no lo estuve.
Sin darme cuenta, comencé a vivir en tu
pintura de amor, en el retrato de tus expresiones,
en el lienzo de tu belleza, en el canto de
tu voz, en el silencio de tu mirada.
Querida mía, como no me había dado cuenta,
como no entendí tu camino,
quise hacerte feliz, pero confundí el
pasaje de tu amor y habías empezado a partir.
Yo… yo solo quise todo para ti, protegerte,
saber que tenías lo que tú pidieras,
te acompañe a tu lado sin preguntar cuál
era tu destino, sin embargo, perdido de pasiones,
caminé cuadras de esperanzas, troté
kilómetros de ilusiones y viajé días de fantasías.
Sin embargo, no creo haberte encontrado,
esperándome, necesitándome, o peor queriéndome,
y ahora estoy en un laberinto de
sentimientos, casi diría, en un triste laberinto de amor.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
MIRÁNDOTE
Siempre me encuentro en un solo
pensamiento,
cuando te dejo por las mañanas,
no me acostumbro alejarme de tu cuerpo.
Me quedé inmóvil contemplando el lunar en
tu pierna,
tu cuerpo desnudo es una poesía de amor.
Tus partes son mías con la mirada más
tierna y sensual.
Desgasto los instintos sin tener límites de
pasión.
Quiero tocarte y tocarme, a la vez que mi
beso llega a tu piel,
te mueves, te estiras, me deslumbran tus
pechos.
Sufro los vaivenes de mis deseos con las
ganas de amarte,
te abres de pierna para relajar tu cintura,
me enturbia la vista.
Me dejas aturdido de todo lo que ofreces,
pero eres mía…
No contuve mis manos, descontrolé mis besos
porque mi boca se hizo dueña del venus que
tú ofrecías.
Sentiste locura y yo, delirios de ganas de
estar dentro de ti.
Enredados de fuego y súplicas, quejidos y
suspiros,
sentada sobre mí ser, gemías con furia y
locura.
Apretados desnudos, vestidos del placer,
sentimos la hoguera de nuestro desorden pasional.
Y los dos deseosos nos buscamos, ardientes
de amor
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
MI PREMIO
Sonó mi teléfono, temprana mañana de un día feriado.
Tu voz, muy suave diciéndome… ¡buen día!...
Fue la música más
encantadora, que abrieron mis ojos de ese despertar.
Preguntaste muy dulcemente si todavía dormía y sin dejarte
terminar,
respondí rápidamente que no, por miedo a que digas. - Bueno
luego te llamo.
Me comentabas no sé qué, solamente importaba saber dónde
estabas,
necesitaba verte, necesitaba llegar a vos, necesitaba mirar
tus ojos,
mis pensamientos eran que te necesitaba y observar tu figura.
Rápidamente me encontraba estaba en viaje, el tiempo que
trascurría no existía,
pero para mí fue una eternidad, porque perdía momentos de
estar a tu lado.
Me recibiste con una sonrisa muy dulce y sin darme, cuenta me
había enamorado.
Acerqué mi cara a la tuya, el beso de encuentro fue los más
bonito que tubo ese instante.
Nos pusimos hablar de no sé qué, pero todo me gustaba, todo me
interesaba.
Busque tu mirada una y otra vez, tus ojos color miel pícaros
entre tus cabellos,
me hacían estar emocionado, contemplaba tus labios, ilusión de
besarlos.
El tiempo corría sin frenesí, yo no quería que eso pasara,
pero el reloj
jugaba en mi contra, entretuve mis ideas en decirte cuanto me
gustabas.
Ojitos lindos es lo que llegaron a mi mente, tu sonrisa casi
vergonzosa
jugó con la complicidad de aquella sonrisa, aún más audaz.
Busque todo tipo de conversación, para tenerte entre mis ojos,
y en un momento tan inolvidable, tuve tu invitación de
compartir tu almuerzo.
Ya me sentí realizado, todo ese tiempo que sufrí, se soltó con
un – Sí claro.
Pasó el tiempo, una charla trajo la otra, la tarde era corta,
y a la vez el atardecer estaba lejos.
Cuando el sol desapareció entre los árboles,
mis sentidos se enturbiaron y mi día terminaba.
Preparaba mis cosas para retirarme, mis pasos no se querían
mover,
mis piernas giraban sobre mí buscando algo para estar un
segundo más,
y nada detuvo aquel implacable saludo.
Volví acercar mi cara, fue
mi sorpresa y nada entendí,
giraste la tuya y tus
labios reposaron sobre los míos muy suavemente,
tus ojos bonitos que reían junto con tu boca,
me regalaste la más linda palabra en decirme.
Es un premio.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor