Apaga las luces… déjate llevar, porque me gustan los verbos salvajes.
AMOR ANÓNIMO
Ese día, tenía que ser distinto, algo especial, inolvidable, cruel. Caminaba con un tanto de enojo y aburrido, mirando con la vista perdida, valla a saber dónde o por quien, que ese instante me entretenía, cuando una vos muy sensual y angelical, hizo cambiar toda mi postura. Nada ni nadie se había asomado de esa forma, una bella mujer, ojos grandes, labios carnosos y muy rojos, se hacían cómplice de una preciosa sonrisa, su cuerpo elegante, vestido con ropa muy ajustada, ilustraban aquellas curvas que recorrí con goce de arriba abajo y plasmé todo mi fantasía en un instante de mi adolescencia.
Ella, una mujer de cuatro décadas, yo portaba la incertidumbre y el sentir de los deseos de mis dieciocho, un encuentro de edades y choques de juventudes, todo era bendito.
Su voz, golpeó mi alma, mi pecho y mi cerebro, aturdido y emocionado, sin saber lo que dijo, acerqué mi boca a su mejilla y ella muy delicadamente, rozó su piel sobre mis labios. Su mano tocó mi cara, preguntando por un lugar, no supe donde me encontraba, solo delante de ella, balbuce como un niño de corta edad, su mirada penetrante fijaron mis ojos claros,
los de ellas serían más aún,
estaba en el paraíso de la perfección, nos perdimos en ese cruce visual que
dijeron gustar. Su pregunta y mi respuesta ya no fueron tal, solo saber con
quién estaba ella y con quien me encontraba yo, me tomó de la mano y nos
hicimos cómplices de lo que el silencio nos narraba. Subí a su coche, su
perfume me abrazó más aún, sus piernas, tímidamente hablaban de su cuerpo, su
pelo negro y la blancura de su piel, hacían el contraste perfecto de esa figura
desnuda. Llegamos, el lugar un paisaje de colores sin control, nada nos
dijimos, solo miradas de reojo, sonrisas cómplice de no saber hasta dónde.
Aquel momento sublime había
llegado, quedamos solos, sin nada alrededor, sin motivo porque estar uno frente
del otro, o sí… creo que mucho, los ruidos se callaron, el silencio cantaba una
canción de amor prohibido, los dos a la vez despojándonos de todo lo puesto,
mostramos todo,
yo mi cuerpo joven y fresco, ella,
exquisita por donde la observara, toque su figura muy suavemente, temblando con
ternura, abrí mis manos, se llenaron de sus pechos, los cobijé y los besé muy lentamente
hasta sentirlos muy erguidos dentro mi boca. A medida que los cuerpos se
tocaban se impregnaron de lujuria sin control, me sentí joven, me vi hombre, me
sentí perdido y lo peor, me sentí enamorado de todo lo que esa mujer me estaba
haciendo, enseñando, entregando, no sabía cómo complacer todo lo que ella
pedía, o lo que pretendía.
Jugó con mi cuerpo, mis partes
fueron de ellas y las suyas las obligaba a sentirlas donde quería. Nada era
real, todo se trasladaba de una lado a otro en ese cuadrado de sábanas de seda
arrugadas y mojadas, no me alcanzaban las manos y mis besos para recorrerla
como ella deseaba, no acompañaba mi cuerpo y mi respirar por lo que me ofrecía,
descontrolada y enloquecida, gritaba y gemía, quería y suplicaba, pedía y
obligaba que no deje de estar dentro suyo. Agitado, rendido, enloquecido y
dolido, desplomé mi cuerpo torturado de amor, sentí su boca mojada y caliente
recorrer cada poro de mi piel. Quemaban los cuerpos mojados, suspiros
galopantes murmuraban en ese lugar, y la quietud de los sentidos satisfechos,
nos acunaron para quedarnos apretados en un temblor de abrazo. El tiempo del
despido llegó de cachetada, no sabía el porque, quería seguir aquel momento,
pero su temple y su desnudez, contaban un adiós de aquel prohibido amor, que
nunca volví a ver.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor D/R
PRESAGIO
Te di mi vida y
mis sentidos,
además de mis pensamientos.
Te di mis
suspiros y hasta mi respirar.
Te di todo lo que
era mío, y vos,
solo me has dado dolor al corazón.
Es injusta la
vida con el que ama,
y pervertida con
aquello que es justo.
Has quebrado las
entrañas de mi alma,
porque nada me
has dejado,
solo mi entereza
maltrecha.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor D/R
derecho reservado
PORQUE TE AMO…
¿Sabes porque te amo?...
Te amo porque necesito saber
dónde estás,
saber si estas alegre, si
tienes frío.
Porque necesito mirarte una y
otra vez,
no pestañear y no perder un
segundo tu figura.
Tocar la punta de tus dedos y
sentir que mi piel se eriza.
No necesito beber, porque
apenas tocando tus labios húmedos,
me alcanza para vivir,
¿Sabes porque te amo?
porque si no te tengo a mi lado,
sé que estoy muriendo a cada
instante.
Te sueño de día, te extraño de
noche,
te hablo dormido y respiro tu
nombre.
Aprieto mis manos para pensar,
que están las tuyas…
¿Sabes porque te amo?
Porque tu aliento es la brisa
de ese atardecer,
eres el viento que pega en mi
cara,
eres la tormenta de mis
sentidos,
y la quietud de mi corazón.
¿Sabes porque te amo?
¡Porque simplemente TE
QUIERO!!!...
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
D/R
POR ESA
MUJER
Mujer
bella y delicada en su ser, todo tenía en su vida y en su andar.
Jugaba a
su favor todo lo más lindo de su existencia, derrochaba alegría sin querer,
sentía su
mundo libre para vivir, pero los sentimientos sin saber porque,
un día
dijeron sentir el llamado de otra realidad.
Aquel
hombre, florecido de un abrir y cerrar de ojos,
colmó su
alma, extravió su mirada por sentirse impactada.
Toda en
ella se convirtió en una sinfonía de suspiros,
quiso
hacer su saludo y solo un simple hola… fue su accionar.
Sintió
que era el sentimiento por quien pensar, juntó fuerzas,
entregó la
sonrisa más hermosa que se pudo ver
y le
alcanzó para conquistar aquel andante caballero.
Se sintió
niña en su transitar, mujer en su seducción dedicándole todo a ese amor.
Ella se
concentró en aquella figura del macho cabrío.
Ese
hombre precioso para su gusto, la hacía sentir señora.
Cada día
que pasaba adoraba los ojos por su mirada,
los
labios por sus besos, las manos por sus caricias,
y su
cuerpo, por cuanto le hacía sentir en su lecho de pasión.
Todo lo
entregó sin condición, su corazón fue sacado de su pecho,
los pensamientos
por él fueron su razón de vida, y todo de ella se hizo él.
Nada ni
nadie podrían cambiar ese estado que llegó a sentir,
Pero
nunca imaginó, que todo lo que vivía todo lo que sentía,
en un
instante de aquel segundo preciso, ese caballero andante y hombre fatal,
le decía
que no podría seguir a su lado,
porque
otra mujer sin saber porque, le había conquistado,
ese amor
que había tenido por ella.
Todo se
hizo oscuro, todo dejó de existir, la vida ya no valía.
Dejó sus
sueños en un rincón, no comía para no seguir viviendo.
Desaliñada
y triste, levantaba ese cuerpo maltrecho y golpeado.
Miraba su
piel desquebrajada, sus ojos fatigados por no dormir,
su pelo narraba
desorden y su alma abatida por tanto dolor.
Su tiempo
en años se habían doblegado, no quería seguir viviendo,
las horas
detenidas en agonías estúpidas, consumían su nostálgica belleza,
Porque
los tiempos creídos conquistados, fueron robados sin pedir permiso.
Por esa
mujer.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
MIRÁNDOTE
Siempre me encuentro en un solo
pensamiento,
Cuando te dejo por las mañanas,
No me acostumbro alejarme de tu cuerpo,
Me quedé inmóvil mirándote el lunar en tu
pierna,
Tu cuerpo desnudo es una poesía de amor,
Tus partes son mías con la mirada más
tierna y sensual
Desgasto los instintos sin tener límites de
pasión,
Quiero tocarte y tocarme, a la vez que mi
beso llega a tu piel,
Te mueves, te estiras, me deslumbran tus
pechos,
Sufro los vaivenes de mis deseos con las
ganas de amarte,
Te abres de pierna para relajar tu cintura,
me enturbia la vista,
Me dejas aturdido de todo lo que ofreces,
pero eres mía…
No contuve mis manos, descontrole mis
besos,
Cuando mi boca se hizo dueña del venus que
tú ofrecías,
Sentiste locura y yo delirios de ganas de
estar dentro de ti,
Enredados de fuego y súplicas, quejidos y
suspiros,
Sentada sobre mí ser, gemías con furia y
locura,
Apretados desnudos, vestidos de placer,
Sentimos la hoguera de nuestro desorden pasional.
Y los dos deseosos nos buscamos, ardientes
de amor
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
PLACER
Amanece… te llamé, te encontré,
¡te invité… te tuve…! Te sentí muy cerca, tu perfume mimaba mis mejillas, las
sensaciones embriagaban mí cuerpo, comencé dibujar tu cuerpo con mis manos, la
piel de tu cintura trasmitía calor, sentí que te movías suavemente entre mis
brazos, solo suspiré, recibí los tuyos, quedamos en una sola sensación, nada
existía, nada quisimos, todo sucedió. Sentí que recorría las praderas del
placer, mis labios querían comprobar, mis ojos experimentar, solo sé que me
interné en esa inmensa alucinación de amar, cada parte de tu cuerpo lo examiné
sin dejar lugar, de saberlo que era mío, te movías muy suavemente entre las
cálidas sábanas que manoseabas, celoso yo de ellas, más te apretaba para no
perder un instante de saberte junto a mi cuerpo. Tus ojos con lágrimas, los
míos fijos a los tuyos, es donde me estaba dando cuenta que ya éramos uno solo…
¿Decir palabra? no, solo respirar profundamente, escuchar lo que no se puede,
nada queda alrededor, ¡solo dos cuerpos apretados en un solo deseo… sentirse!,
apreté tus manos, mi boca buscaron la tuya, los labios entre secos y mojados se
acercaron muy fuertemente, nos dejamos todo lo que sentimos en instante de un
hermoso placer.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
PERTENENCIA
No te tengo
para mí,
no me
perteneces, no soy para vos,
porque
distintos son los tiempos entre los dos.
Los sentimientos no entienden nuestra
realidad.
Los tuyos
te exigen encontrar un amor,
ese amor
que quieres de mí,
y yo no
sé lo que tengo,
pero si,
que estoy sufriendo.
Por eso mi amor, volvamos a nuestro hogar,
y cada uno seguirá con lo que elegimos.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
Mi mundo mujer
Mi mundo es como tanto de
otras personas, pero hoy, en este momento, siento que lo única ganas, es
simplemente sentarme a escribir lo que está en mi percepción, mi alma, mi
corazón y tal vez con resentimientos
propios, me quedo pensativo, como empezar todo lo que está en mí, porque nací,
crecí, maduré, elegí la forma de vida y tantas situaciones, algunas buenas,
unas no tanto y otras sin medir errores sobrepasados. Quiero gritar en letras,
todos mis aciertos, un amor, unos hijos, una familia, y el recorrer la vida
sabiéndola compartir con mi ser amado. Llega todo sin darme cuenta, al
principio tuve miedo, me sentí débil, sin experiencia y un tanto inmaduro, como
todo hombre a la temprana edad de los veinte años, lindo tiempo de la vida,
pero sin sentido formal de la responsabilidad, por supuesto otros sí, pero en
general nosotros maduramos mucho después que una mujer. ¡Mujer!!! es el centro de la vida, del mundo, es el amor,
el odio, la desesperación, la esperanza, la traición, la angustia de amarla
hasta los celos, es la mentira sin culpas, la madurez con complejos, el error
justificado, el equilibrio del dolor sin mostrarlos, pero siempre está con su
más querido, eterno, incontrolable e incondicional, que nada lo supera, el amor
de su creación, un hijo, su hijo… Porque lo inventó en su pansa, los transformó
en un nada y le fue dando forma perfecta, como nadie puede construir en este
mundo. Es la parte de la naturaleza con vida y muerte, pero es lo que más, la
hace suprema. Cuando se nace nos aferramos a su olor, su piel, sus pechos que
es nuestro segundo alimento después de su control interior, nada nos gusta más
que ese lugar, sentir sus caricias, sus besos, su aliento en nuestros ojos y
labios, su canto arrullador a nuestro incesante llanto del no saber el porqué,
pero la mujer, nuestras madres lo logra con solo tenernos en sus brazos. Sin
darme cuenta lo que tenía en mente, dos amores, el que me dio la vida y el que
la continuó, y también estoy enamorado de mi madre, de la madre de mis amores, mis
hijos, porque me los ofreció siendo de ella, sin darme cuenta que el amor no es
solo sentirla mujer en un lecho de la intimidad, sino que la amo por ser mujer,
porque admiro y admiré a LA MUJER. Todo parece simple, pero también me doy
cuenta que son amores distintos de una misma identificación humana, corro tras
la compañía como un niño ante la soledad y el miedo, pero solo ella me lo sacaba,
como ahora. Necesito de otra figura de mujer para que cumpla el mismo rol, pero
con sentimientos plasmados de caricias deleitables, compañía, diálogos,
ternuras amorosas, placenteras, miradas intimidatorias y provocadora, pero esta
mujer, es el que me hace sentir hombre, sentirme que soy alguien por quien
estar o acobijar; Todo es lo que debo, pero no siempre se logra en el momento
justo, los destiempo de las alucinaciones, sacudidas por el sentimiento
sorpresivo, casi acompañando el desdén de lo prohibido, logra la estupidez de
no saber que mi mundo es mi MUNDO MUJER
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
QUIEN ÉS
Hola buenas tardes… ¿Cómo estas mi amor?...
Ese saludo fue que despertó, la vida que
tenía,
aquel que cacheteó mi razón y mis sentidos.
No me dejó acercar sus labios, mucho menos
abrazarla,
Un paso atrás fue su movimiento, un tanto
molesto e inesperado.
Me sorprendió, me confundió, me asustó…
veía su cara muy sería,
Llevo sus manos a su cara, refregó sus ojos
y con decisión, me dijo:
No quiero seguir más a tu lado, no te
quiero y menos te amo.
El silencio nos abrazó a los dos, el lugar
oscureció, el dolor me apretó.
Quería abrir mi boca, emitir sonido y solo
mis labios entreabiertos,
hicieron una selfis de mi figura en negativo, en esa habitación.
no quiero lastimarte, pero él es mi nuevo
amor, lo amo y hace mucho tiempo.
Caído y pisoteado mi corazón y mis
derechos… tomé aliento,
mi pecho galopando de tormento, mi cerebro,
atontado y manipulado por aquella realidad.
Quise ser guapo y hombre superado de ese
momento,
extendí mis brazos, tomé y apreté sus manos
nerviosas,
con bronca y confundido, rompí en llanto mi
congoja,
mis ojos no veían, solo el torbellino por
esa confesión.
Las palabras no existían, sola esa maldita
canción del lamento,
acompañaban la escena vergonzosa.
Me incline abatido por tanto malestar, puso
su mano sobre mi cabeza,
acarició mi pelo muy mansamente, dolida
pero aliviada, intentó levantarme,
mis brazos caídos resbalaron entre los suyos,
desplome todo mi ser,
rendido por el desgarro de mi alma, levante
mis ojos en busca de una respuesta,
humildemente y sin importar como me veía,
torturé mi amor, preguntándole:
QUIEN ES…
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
Regresé, llegue con ideas confusas, quiero pensar en él hoy, sabiendo de mi corto futuro, conté de mi pasado, complicó mi presente, junté mis ideas en los distintos tiempos y solo me di cuenta que mi pasado, el presente y mi futuro no existe en esta realidad.
Soy un solitario que vaga por las sombrías praderas del sentir
La soledad, es una buena compañía, que
nunca te deja. Y
yo, acá, juntando esperanzas, viviendo de
ilusiones perdidas,
dejando mis sentidos recostados, pero más
aun sabiendo que en mi ser, poco queda en el bolsillo de amor.
Porque estos sentimientos cada día lastiman
más mi alma.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados
El tiempo me pide que a la vida la tengo que transitar.
El tiempo me dice que haga todo lo que debo hacer.
TANTAS COSAS
Tanto pienso en vos,
tanto quiero expresar,
tanto te haría y sabes una cosa,
solamente quisiera mirarte,
desearte y después decirte… nada.
Porque así, pienso mucho más
en tenerte a mi lado.
Y las cosas que pienso son tantas,
Que nunca se irán de mi corazón y mi alma.
SIN LIMITE
Noche de
instinto de un enamorado, sin límite.
Madruga
de suspiros, sueños y placer, sin límite.
Momento
de sentirse indefenso sin límite.
Jugando
con la inocencia de un querer puro, sin límite.
Temblando
las pasiones sacudidas por el éxtasis, sin límite.
Tormentos
de pensamientos hambrientos, sin límite.
Ternura,
besos, caricias y desenfreno, sin límite.
Intimidad,
posturas lésbicas y orgasmos, sin límite.
Terminar
desencajados, entrelazados, y excitados, sin límite.
TE ESCRIBO
¡Hola!!! … sabes que me gusta
escribirte así,
de repente, sin pensar lo que te
voy a decir.
Solo anoto lo que tengo en mente,
en mi corazón.
Lo que dicta mi conciencia, y
grita mi alma.
Sin versos, ni control de
errores,
ni tiempos de verbos y
vaciando la esencia de mis ideas.
A ti mujer, me apasiona tu
mirada,
tus labios, tu sonrisa, tu voz,
y las vivencias de tu vida.
Me enternece tus gestos,
tus expresiones de sentimientos
nobles y bonitos.
Así, sin ser un poema de amor,
Tan solo unas líneas de todo lo
que siento en mi ser.
Porque... simplemente te voy a
escribir que...
Estoy enamorado de ti, mujer.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
LO QUE SOS Y HACES
Eres la mujer pervertida,
lujuriosa y trasgresora de los instintos.
Me calientas, me existas.
Me abochornas con tus juegos.
Me tientas sin pedir permiso.
Me entregas las tentaciones sin grises.
Me embriagas y me debilitas con tus gestos.
Me derribas con tus caricias.
Me enloqueces con tus besos.
Me saboreas, cuando me pierdo en tus
extrañas.
Me tientas a la locura sin igual.
Me juegas con tu mirada desencajada.
Me quitas todo poder.
Me haces tuyo sin medida.
Me aprietas sobre tu cuerpo sin límite.
Me hablas jadeando en mis oídos.
Me dejas tendido sin respiro.
Me amas hasta que mi existencia muere
feliz.
Me eres fiel, sincera y afable sin
condición.
Cada segundo, cada momento, cada día,
te prefiero como mujer degenerada de amor
y leal,
que mil putas juntas,
me engañen con sentimientos falsos.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
LA ESPERA
Amanecía, el sol acariciaba su rostro atormentado por no
dormir.
Razón… no lo sabía… o sí, sentir su pecho aprisionado
por la confusión de sentimientos enlazados.
Quería levantarse de un solo movimiento,
salir de aquel torbellino de ideas maltrechas,
pero su cuerpo vencido, cansado, renegó de ese instante.
Relajó su postura, dejó sus brazos sobre su pecho,
miró a su alrededor, las paredes lo observaban.
Los pensamientos comenzaron transitar su despertar,
su mirada de tristezas dejaba saber,
que su corazón estaba llorando.
Su alma solitaria vagaba en su interior,
buscando entender aquella situación,
sentirse renunciado de un nuevo querer.
Cuando al instante de un pestañear,
se había dado cuenta que esa mujer,
lo abandonó con la espera de un, TE AMO.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor