lunes, 21 de junio de 2021

 

EL PRECIO POR UN AMOR



Llegué a tu vida, sin saber que era lo que me ofrecía.

Acumulé ilusiones, proyectos y un tanto de paz.

Conocí tu figura, acepté esa pintura que el momento mostró.

Todo parecía importante y me puse a pensar,

Mis ojos me contaron, de una realidad en quien soñar,

Acerqué mi cariño y el tuyo, con mucho criterio,

Ofrecí mis sentidos y escuchaste mi oferta,

Interesado en tu ser, quise poner precio a mi vida,

Diste lo justo y yo todo en ella,

Hipotequé sentimientos y de tu lado solo, un simple tal vez,

Vendí mi persona sin valía, para poder estar a tu lado,

Regalé la propiedad de mi conciencia y tú, simples gestos,

Pagué un valor sin precio,  sin que lo hayas retribuido,

Mis lágrimas se devaluaron, cuando a ti no te importaban,

Las palabras no existieron, porque nada estaba firmado,

Corrí a la justicia divina y ya nada se podía hacer,

Golpeé las puertas de tu alma y hallé el silencio de la ausencia,

El abogado de mi juicio… se había retirado,

Entonces me di cuenta, que en tan solo un instante de mi vida,

Ha sido muy alto, el precio  por un amor.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

PADRE

 


Eras el segundo de cinco frutos de amor,

Creciste con pocas alegrías mientras vivió tu papá.

La vida te exigió al límite e hizo un niño con pelota de trapo.

Adoleciste entre necesidades y obligado de lo que no querías ver,

llegó tu juventud y nada había cambiado.

Luchaste por un lugar, jugaste con lo incierto,

formaste tu hogar, y lo que te propusiste lo habías logrado.

Tuviste dos hijos, batallaste sin medida por ellos,

competiste con lealtad y obtuviste los triunfos de todo lo que hiciste.

Ya adulto a mi lado, te observaba con mucho interés.

Tenías el amor de toda tu vida, y mamá la dio por ti.

Fuiste muy noble, a veces injusto, y un tanto gruñón,

 la vida sin preguntarte lo que tú sentías, seguía probando tu valentía.

Viejo querido, nos enfrentamos, te recriminaba tu forma de actuar,

y te he marcado algunos defectos.

 Agradezco, por lo que soy en la vida,

porque siempre me has enseñado

 principios de lo que fue tu hombría.

Ya no estás con nosotros y en cada tiempo te encuentras más presente.

Me hablas con tus recuerdos y me emocionas con lo que dejaste.

Este día es uno más de todos,

pero cada uno es todo en mis días.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 14 de junio de 2021

 

TU TARDE

 

Esta tarde dulce y tierna, es tu tarde.

Es el momento que yo extraño,

es el movimiento de mi alma que no puedo sacar de mi mente.

Quiero olvidar y pensar que no me ocurre,

que es solo imaginación de los caprichosos sentimientos,

pero el dolor de no verte,

no sentir tu silencio a mi lado,

me hace tonto y frágil a mis sentidos.

Como hago para enfrentar el día sin tu voz,

sin el color de tu imagen,

y no sentirme débil a los deseos de llorar.

Te quiero y te amo tanto… que el corazón

se siente pequeño de tanta ansiedad.

Nadie distrae mis emociones

y las pasiones que he vivido contigo.

Todo es vulgar, complejo y asfixiante con torbellinos de locura.

Siento perderme en la simpleza del querer

y en la complejidad del amor.

Siento que esta tarde que es tuya,

es dueña del amor que tengo contigo.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

Derechos reservados

 


UN MOMENTO DE ENERO

 





Tarde de sol, de calor, de nubes,

de alguien caminando en las sombras de su necesidad,

quietud, reflejos sobre el pavimento, y tarde donde detuve en mí, todo pasar.

Mis sentimientos se calmaron, mis pensamientos se agitaron y mi cuerpo doblegó.

Cansancio de aquello no logrado, de sorpresas dolosas no imaginadas,

de inconvenientes que no he solucionado y de todo aquello que fue mi pasado.

Tarde de enero caliente, que quema mis entrañas,

que marca la línea de mi nuevo recorrido,

pero nada cambiará mi rumbo elegido.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor     D/R

derechos reservados 

 

Una amistad…



Un día, aquel día, ese día la conocí, nuestra intención, fue amistad.
Atenciones, saludos, comentarios del aquel encuentro, llevó su tiempo.
Contamos nuestras vidas en párrafos de vivencias, y solo escucharnos.
Pasaron los días, ella se acercaba, yo la miraba, ella me invitaba, yo asentía.
Para mí, nada era extraño, una amiga nueva que había encontrado,
dejé el tiempo pasar, los momentos de soledad fueron ocupados.
Sin saber porqué, cada día se hizo copia de diferentes momentos,
ella se sentía bien, yo, rutina, ella buscaba compañía, yo no sabía.
El tiempo jugaba su tiempo, los sentimientos entraban sin permiso.
Desplegó sabiduría de mujer, donde sentí afectos más profundos,
llevé mi estado de un lugar a otro, negué sentimientos de miedos,
porque sin darme cuenta, esa amistad me había ganado.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor         D/R
derechos reservados

domingo, 13 de junio de 2021

 

VIDA DE PERROS


 

Cuando el sol acobija mis recuerdos

y una música canta a mi corazón,

mi perra se acuesta a mi lado.

Quince años viviendo juntos, y ella,

Jamás preguntó por mis tristezas.

Ella me entiende, ella me escucha llorar,

ella me sabe calmar, ella jamás contará mi dolor,

y entregó su vida a mi lado,

como yo he desgastado mi transitar.

Tarde donde se perfora mi querer

y nadie me puede curar.

La herida es tan profunda,

que solo esos ojos nublados y envejecidos

por su ceguera, podrán ver mi alma.

Canto de llanto del pasado pregonan mi tormento,

como el dolor de su cadera marchita.

La brisa acaricia mi mejilla y a ella,

 recuesta el pelaje en su cuerpo cansado,

acostado en trapos mullidos para sus últimos días.

Se levanta, mi mano acompaña su lento pasar

y con ella me fui a caminar con mi traje deshilachado.

Tal vez cuando ella ya pueda partir,

me deje con mi destino golpeado

y con la falta de su tierna y frágil figura.

Se vuelve a enrollar en su mismo cuerpo enflaquecido,

se adormece, y su respiro profundo, cuenta su siesta,

mientras fijo la mirada a todo lo que hemos vivido juntos,

Y me doy cuenta, que han quedado caminos desvastados

por errores machistas y soberbios de juventud,

Y que ahora, solo son secuelas de dolencias que no cicatrizarán.

¡Hay tarde!… porque me dejaste transitar

por esos recovecos tortuosos

y sentir el peso de la vejez junto a mi perra.

Ella siempre me ha sido fiel y ha sentido amor por mí,

Y ahora, me doy cuenta que hemos vivido una vida de perros,

Con la diferencia que ella vivió una vida de animal feliz

Y yo, un animal que no supo vivir.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                       VIVIENDO LA MUERTE

 

El día se va recostando en una tarde cruel y despiadada, aquel viejo de casi nueve décadas, se encuentra ante la posibilidad de su última jugada con la vida. Su cuerpo, pequeño y enflaquecido por la enfermedad y la vejez, lo exponen sin vergüenza ante la mirada de algunos cercanos a él. Su mirada cada vez más fija, con ojos muy abiertos por no poder identificar la figura de quienes están a su lado, balbucea lo que quiere decir, y grita el dolor de sus huesos. La muerte está viviendo con él, le pide su alma, pero él desiste todavía; ella lo ataca con soberbia y desparpajo, e ironiza su estadía sin importarle que lo humilla. Lo abraza con delicadeza y muy suavemente le va cambiando el rostro, su nariz se va agrandando, la mandíbula se profundiza con la piel pegada a sus huesos, su boca se va marchitando y la comisura de sus labios, quedan marcadas alrededor de su mueca de sorprendido. No entiende que le está pasando, o sí. Por momentos cierra los ojos y la foto de alguien que descansa, se plasma en una macabra imagen de que ha perdido la partida. Se quiere ir, se quiere alejar de la realidad, no puede o no sabe, pero sí desea, no estar más, viviendo la muerte.

 

                                    Orlando Mario Soverchia- YoAmor             D/R

                                                 derechos reservados               

sábado, 12 de junio de 2021

 

VOS


 

Vos me dijiste que me habías visto y llame tu atención.

Vos me hablaste con sensualidad justificando algo perdido.

Vos me miraste fijamente y muy sonriente, me dijiste… gracias, no importa.

Vos tendiste tu mano apoyándola sobre mi brazo, apretándolo muy suavemente.

Vos sacaste tu risa cómplice para acercar tu mejilla tocando la mía

Vos salpicaste con frescura de mujer ingenua, todo lo que has querido de mí.

Vos me invitaste a cenar juntos, porque fui muy amable contigo.

Vos me dijiste tu primer halago sobre mi sonrisa y mis ojos.

Vos me diste el primer beso sin sentido pero apasionado.

Vos estuviste impulsiva y sin decirme nada me tuviste entre tus brazos.

Vos fuiste la que has dicho sentir placer y deseos, cuando estábamos desnudos.

Vos dijiste muchas veces, entre suspiros, necesitarme y extrañarme.

Vos me pediste que te amara sin condición, porque esa era la tuya.

Vos decías que vivías para mí, cuando todo exigía de aquello que querías.

Vos excusabas tu falta de cariño, por tener mucho trabajo.

Vos sentías fastidios y siempre reproches de cada actitud.

Vos comenzaste diciendo estar sola en tu mundo, porque nadie te entendía.

Vos decidiste tomarte un tiempo y dejaste todo sin sentido.

Vos sos la que ahora me dices que no me quieres ni me amas.

Vos me estás contando que ahora hay otro hombre y que no soy yo.

Vos cambias los roles a toda tu culpa, pero te vas con otro amor.

Vos explicas vulgarmente que no soy yo, sino vos.

Vos, siempre fuiste vos, y nunca fui yo.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

YO SABÍA, PERO NO QUERÍA

 


Aquella tarde, me había preguntado y le he preguntado, ¿Cómo es la manera de querer o de querernos? Nada respondió, solo un gesto y el silencio fue su respuesta. Me acerqué más a su lado, tomé su mano y la apreté junto a la mía. Salimos a caminar por esa vereda maltrecha casi de olvido, el resplandor del sol, nos daba en los ojos, fue excusa para bajar mi cabeza. Volví a ese momento de incertidumbre, dudas, aclaraciones, pero mis sentidos y sentimientos se inquietaban por ese no sé gestual. Mi corazón empezó a sollozar, mis ojos se encontraron brillosos. Busqué su mirada entre la precaria visera sobre mi frente, nada había en sus mohines, todo era igual. Sacudí su brazo, necesitaba un sonido de voz, su mirada lánguida y penosa, se posó sobre la mía, triste y desentendida, pero sabía. Sentí la más tremenda y estruendosa palabra que no quería, aquellas letras escuchadas en sus labios, fueron el desorden, de frases estúpidas e imbéciles que un ser le decía a otro. – No tengo una manera, ni tampoco me importa, porque nada siento, y no sé qué es querer. Detuve la marcha, paré toda mi vida solo en ese instante, quise no entender que revoloteaba en la atmosfera. La tarde de resplandor nubló toda imagen y mi necia pregunta fue. - ¿Entonces, no soy nada para ti?  Su cabeza con alivio, sacudía de arriba abajo como descargar su pesadez. Se desgarró mi pecho, se frustraron mis ilusiones de amar, enojé todos mis gestos, entristecí mis palabras, tendí mi dolor en mi mano, apreté la suya, y muy suavemente, con lágrimas en mis ojos y en el alma, humildemente, casi sin fuerza y aliento, le dije:

-        Te amaba como no te imaginas, yo sabía, pero no quería saber.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

martes, 8 de junio de 2021

 

NO LO SÉ



¿Qué me pasa?... no lo sé.

Que siente mi corazón, no lo sé.

Que siente mi cuerpo, no lo sé.

Donde me encuentro, no lo sé.

Que deseo, no lo sé.

Que necesito, no lo sé.

Donde quiero ir, no lo sé

Porque estoy así, no lo sé.

¡Por eso, como no lo sé!…

Para qué carajo importa.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                           ¿Habrá llegado el momento?

 


Quizás algún día o algún tiempo de tu vida te darás cuenta cuanto te amé; cuanto sentí en mi corazón; en mi alma; en mis pensamientos.

Nunca quise hacerte daño, jamás pensé en humillarte tampoco manosearte y mucho menos despreciarte.

Cada momento tuyo, lindo o malo fueron para mí todo lo que he tenido en esos instantes, tiempos que me han hecho reflexionar y madurar, pero también me han vuelto un tanto tonto, un poco vulgar, inseguro, inestable y también con mis alegrías entristeciendo.

No quiero discutir más con tu conciencia, ni con tu forma de ser, solamente necesito tener mi alma en paz, sin miedos, sin dolor, sin censura, solo estar con mis recuerdos de aquel amor, ese amor que alguna vez y por poco tiempo creí que me hacía o me haría feliz.

Necesito alejarme de vos sin enojarme ni tener rencores, solo saber que no estas mas a mi lado por esas cosas raras de la vida, por eso creo que (El silencio es una despedida de alguien a quien jamás volveremos a ver) la desconfianza, la mentira, la traición, existe, sí, pero no es lo de todos los días.

(Lucha para alcanzar todo lo que quieres y encuentra felicidad en todo lo que haces); siempre dije que (El espíritu busca, pero el corazón es el que encuentra) y es lo que te estuvo pasando en estos últimos años, no puedo sacar de vos tus necesidades, o cambiar lo que tu alma decide.

Por favor, quiero que esta carta sea la mejor de todas y la tengas a tu lado para que sepas y veas cuando lo necesites; que en tu vida alguna vez alguien te amó con locura y eso en nuestro pasar es muy importante; por eso no quiero que me llames o te acerques mas, quizás parezca nostálgico, triste o doloroso, pero mucho peor es engañarnos, maltratarnos, ocultarnos detrás de una fantasía forzada o de una postura clásica para los demás, pero injuriosa para nuestras conciencias.

No nos engañemos más; ni vos a mí ni yo a vos, los sabemos lo que yo siento por vos no es lo mismo lo que vos sentís por mí. Juegos de palabras, pero vivencias y realidad de una verdad: ¡Realidad que no quisiste ver, pero si tienes que saber que saber que nunca podremos soñar juntos, ni tener de tu parte el corazón abierto, despejado, tranquilo para ser amado, tus vaivenes de tu vida hicieron de él un esclavo de los fracasos y desilusiones, de tus llantos y pocas alegrías, de los desprecios e ignorancias de los que no te conocen...!

¡Cómo me gustaría amarte y me pudieras amar!... ¡Como me gustaría cuidarte y me pudieras cuidar!... pero mucho más sentir que tus sentimientos y los míos jamás se pudieron ensuciar.

Cosa que nunca pudiste lograr, ni nunca entendí el porque, quizás porque nunca quise entender que tu amor por mí nunca lo fue.

A dios le pido que te dé fuerzas para que cumplas lo que te pido y también para que yo pueda tener lo que yo aspiro; cosas simples y nobles solamente poder amar y ser amado.

 

Un beso inmenso y puro, como triste y perdido, pero si todo lo vivido fue para mí, los más sentido.

Adiós, mi gran amor, adiós mi gran ilusión, de alguien que jamás olvidará tu pasión. Porque he bebido de tus sueños y he vivido con tus pecados.  

 

                                                         Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 7 de junio de 2021

 

IMAGINACION DE AMOR


 

Un día cayó del cielo, un ángel de hermosa figura,

fue cuando tú habías llegado a mis ojos.

Todo fue especial, tu mirada, tus labios, tu sonrisa.

No supe encontrar el camino para acercarme a ti,

si, sentí que estabas lejos de un principio y un final.

Tu piel y tu figura, me tuvieron atado a un sueño.

Quise conocerte, mirar de cerca a esa mujer, me ilusioné.

Siempre pasa que lo especial está detrás de un imposible,

pero mis suspiros no dejan de cesar, por pensar que estás ahí.

Sentirte entre mis brazos, acercar mis labios a los tuyos,

especular que todo es realidad, aunque no sea mí presente.

Escuchar tu vos en mis oídos diciendo una palabra de amor,

y sentir mi corazón que late por ese amor que no llegó.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

sábado, 5 de junio de 2021

 

TE NECESITO


 

Te necesito en este capítulo de mi vida,

en el presente, en el futuro,

y siempre te necesitaré porque tú, eres yo.

Por ti veo, por ti respiro,

si tu no estas muero de tristeza

y si estás, estallo de alegría.

Te necesito para gritar de placer en silencio,

y callar vociferando, para alcanzar tu alma.

Necesito todo de ti, pues eres lo único para mí.

Puedo ser bueno, puedo ser malo,

pero lo único que no puedo, es dejar de ser

la persona que genere este amor profundo por ti.

No me dejes, te necesito,

para poder seguir adelante, dando pasos de amor,

 y perseguir la felicidad a tu lado.

 Necesito que estés aquí,

quiero sentir el roce de tus labios,

la felicidad de tu piel, y la canción de tu corazón.

No me dejes nunca, porque ese nunca será,

el siempre necesitar de tu esencia.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

AMORES

 


Escribir la palabra amor es ser audaz, imprudente, no siempre un hombre es capaz de hablar de amor o del amor con suficiente sabiduría por lo que significa esta bellísima y mística palabra. En cuanto a mí, arriesgo sintiendo la necesidad de contar lo que representa en mi vida: Un mensaje celestial terrenal al despertar; Provoca pasión y odio, fantasía y realidad, locura y cordura, ternura y arrogancia, alegría y tristeza. Tan sublime sentimiento transforma a la persona de un segundo ideal, al instante fatal, todo lo mueve, lo eclipsa, lo engrandece o disminuye.

¡Cuántas veces por amor nos sentimos dueño de la vida teniendo todo... y por él nada...! Con amores diferentes y por amores diferentes formamos nuestras vidas; El amor de la inocencia, un hijo; El amor de la pasión, una mujer o un hombre; El amor de la ternura, una madre: Estos son mis tres amores, mis hijos, mi amada, mi madre, son los que marcaron mi existencia con aciertos y desaciertos.

Mi madre... es el amor perfecto, simple y puro, siento de él alegría, ternura bondad, lo entrega sin condiciones y con integridad. Nada lo deja al azar, percibe todos mis sentidos en una instancia, aunque no esté junto a ella, solamente el instinto de ese amor encarnado en ese ser, lo controla en un puñado de amores celestiales.

Mis hijos... es el amor de un amor, donde deposité las mejores ilusiones, mejorar con ellos mis errores, poder realizar proyectos no cumplidos y sentirme realizado con el fruto de mi existencia, en un ser tocado por la vida.

Mi amada... es el amor real de mi persona, me siento alegre, me siento triste, soy un gran hombre, soy un pequeño ser; Juegan las fantasías, corren ilusiones, pero siempre soy un chico o un envejecido enamorado. Me entrega todo o me roba todo, discuto con ese amor para sentirme más consciente, peleo con ese sentimiento que siempre está reclamando los recuerdos de viejas semblanzas.

Por estas pequeñas razones, por estos sensibles motivos están dentro mi ser, junto a mi corazón estos AMORES.

 

                                                Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

AMOR SIN MEDIDA


 

Estoy aquí, conmigo, intranquilo, pensativo, sin saber el porqué,

 pero siento algo en mi pecho que no me libera.

 Me pongo firme en mi estado, quiero sentirme superado,

 pero este sentimiento que tengo por ti, me hace preocupado.

 Como puedo sentirme triste si estoy enamorado…

 Porque mi conciencia me habla ocupando mi mente,

 diciendo que solo yo soy el que quiere, y para ti, solamente un estado.

 ¿Soy un niño mimado, o un hombre desencantado?

 ¿Soy un pobre soñador, y tú una mujer liberal?

 Porque sí, sé quién soy… Soy ese hombre que ofrece,

un amor sin medida.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

 

                                         ABUELOS



Viajando por la enmarañada  vida, me detuve en una parte de ella,  fue el momento que necesité para contarles  a ustedes… mis hijos, cuánto hay de sus vidas formadas por sus abuelos. El tiempo parece tan lejano y a la vez tan cercano, que hoy los recuerdos se hacen presentes. Eran pequeños con diferencia de dos años uno de otro, ustedes los varones, y ocho después llegó su hermana. El trajinar de su mamá y el mío era tan exigente, que sus nonos, entraron en nuestras vidas como parte de una necesidad derivada a un mismo amor. Por suerte para todos nosotros, estaban  para brindarles todo a sus nietos. Desde muy temprano, las abuelas  se hallaban junto a ustedes, los mimaban,  jugaban, y se repartían el día para cuidarlos, y así tenían el mismo contacto con cada una. Y contigo mujercita ¡!!… Fue distinto, por el solo hecho que tus hermanos, ya grandes, tú tenías un trato muy diferente a ellos, eras la bebé. Hacían una trilogía, nietos, abuelas y abuelos. Desde muy pequeños a los tres les enseñaron su forma de vida, sus costumbres, sus experiencias. El tiempo que les dedicaban eran  como si fuesen uno más de sus amigos, jugaban a las cartas o cualquier juego de mesa, contando cuentos, muñecas, juguetes de nenas, y en algún momento, se hacían cómplice de las inocentes travesuras. Cada deseo de ustedes, para ellos eran una orden, no había tiempos, límites y situaciones que se interpusiese  al pedido que les demandaban. Cuando nos descuidábamos les habían comprado golosinas, regalos de los que se les podía ocurrir, pero ellos, nada los detenía, eran sus nuevos motivos de vida, diría que sobrepasaba al amor de sus propios hijos. Era tan grande el sentimiento de ellos hacia ustedes, que todo quedaba a segundo plano, comprometidos de mente y corazón, por el pedido nuestro de que los cuiden. Los problemas de salud y hasta sus propios tiempos, quedaban postergados. A medida que iban creciendo, exigían más de sus vidas, momentos, cuidados, consejos, hasta ser anfitriones de amistades en sus propias casas, pero no les importaba que no tuvieran privacidad, o postergar  compromisos con sus familiares, solo la necesidad de tenerlos consigo y participar de sus alegrías, era motivo para que todo lo dejasen para otra oportunidad. Fueron pasando los años, ustedes crecían y ellos envejecían, ustedes los retaban y ellos obedecían, pero eran felices igual, porque los tenían ocupados.  Sabían que de a poco se alejarían, y por tal razón aceptaban esas condiciones. Ustedes se hicieron hombres y mujer, tenían vida propia e independiente, motivo que no observaron, ellos los veían distanciarse, necesitaban más de ustedes, como así también, se fueron dando situaciones, donde los tenían que ayudar. Decayeron, comulgaron con los sentimientos encontrados de la indiferencia… Y no se dieron cuenta, que los abuelos más los necesitaban, porque no había y no hay momento que no pregunten por cada uno de sus nietos. Algunos nonos ya han partido, y los demás están marchitando entre enfermedades y torpeza del tiempo, pero siguen preguntando y preocupados por sus nietos. Ya solo se conforman con la información de lejos, uno todavía, algo de independencia tiene, el otro, solo un  pálido reflejo de intenciones  de su autonomía. Descansan obligados en sus asientos dejando que las personas que están a su alrededor, dispongan de sus días. Días que le son difíciles, días copiados de la rutina, días que nunca pasan y a la vez, los exigen a su ya lento transitar. Por eso en este párrafo de recuerdos y algo del hoy, les digo que yo también soy abuelo, pero también me he dado cuenta, que los nonos que han tenido y tienen, fueron y son mejores, de lo que soy. Ah!!! … Preguntaron por ustedes…      

                                                               Papá

 

                             Orlando Mario Soverchia-YoAmor      

 

 

 

A TUS PIES

 


Aquí estoy, solamente con tu imagen y tu figura.

Me detengo en mi transitar y me pongo a pensar.

¿Eres tú la que me hace estar así, la que transforma mi persona?

¿Eres la imagen que manipula mis sentimientos,

o solamente una bella mujer que conquistó mis contentos?

Me someto a tus debilidades, a las insolencias de tu manera de ser

que quiere todo, y lo tiene todo de mí, con humildad de mis sentidos.

Posees mi único amor en tus manos, donde has hecho de él,

un montón de sentimientos en ruinas,

donde tu alma se sintió satisfecha, por observar tan cruel destrucción

y contemplarme a tus pies.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

miércoles, 2 de junio de 2021

                                      AMOR PARALELO

 


Caminaba entre la gente, sin saber que le pasaba, aturdido seguía sin sentido, todo era loco, todo era perdido, su dolor desencajado nubló su mirada, ya con lágrimas en sus ojos, todo era un aluvión de movimientos de imágenes sin forma ni color, y un golpe en su hombro, frenó y despertó ese torbellino que lo aturdía sin piedad. Gente apresurada remataban ese malestar, pero el dolor no lo soltaba, quería justificar lo vivido o lo que la vida le había propuesto. Recorrió su existencia en sus hijos pequeños y en su mujer, pensó que eran sus únicos amores, pero la imagen de su nuevo amor, lo dejaba paralizado en los sentidos. No quería reconocer a su amigo de la infancia como la causa. Una propuesta que imaginaba, pero nunca quiso escuchar y a la vez, la esperaba cada vez que estaban juntos. Él era su otro amor, caminatas, charlas, café, recuerdos, los habían unidos en una nueva realidad. Esa tarde de futbol con los demás, fue la excusa para encontrarse en la casa de este amigo que vivía solo, tenían el tiempo para dedicárselos sin límites. Entraron sin decirse nada y casi autómatas entraron al cuarto. Una cama los esperaba, y todo quedó en un silencio de suspiros, la mirada profunda  de aquellos ojos verdes y su pelo lacio rubio, lo había hecho sentir como un jovencito en su primera vez, no sabía que le estaba pasando, sí, lo que estaba sintiendo. Se quitaron la camisa mutuamente, los dorsos se mostraron apetitosos para cada uno, estiraron sus brazos, comenzaron las caricias y a la vez, desvistieron sus partes cruzadas, apretaron los cuerpos, el beso más apasionado y deseado llegó al fin. Nada se dijeron, solo sus lenguas se mezclaban con suspiros y lujuria, cada vez más el calor de la piel los envolvía, se recostaron sin dejar de besarse y sus sexos estuvieron a punto, para que cada uno los hiciese dueño en sus bocas, y se permitieron la libertad de lo que no imaginaban durante toda su amistad. Todo valió en esa desesperación y desenfreno pervertido de ese amor, que solo los dejó recostados y desnudos después de muchos vaivenes, donde cada uno, eligió la manera que más los hacía gozar. Los dos, cansados, transpirados y llenos de placer  por lo vivido, los hizo pensar que tendrían que vivir, ese amor en paralelo.  

                                           Orlando Mario Soverchia- YoAmor