LA TEHUELCHE
Como todos los sábados a la tarde, el lugar de reunión
era un baldío entre casas de barrio. Cuando llegaba el dueño de la pelota, los
dos mejores que jugaban, elegían entre los que estaban presentes a sus
compañeros para formar el equipo. Ese día, la presencia era impar, cuestión que
se empezó a jugar con desigualdad, cuando a los pocos minutos de comenzar, llegó
la Tehuelche, una niña de nuestra edad, pelo negro engrasado, pollera tejida
sobre la rodilla y sin calzado. todos gritamos: - ¡dale Tehuel entra vos, que
nos falta uno! - la Tehuel preguntó. - ¿para
dónde pateo? - ¡Pa´ allá, pa´ donde está atajando el Colo!
Cuando la Tehuel manejaba la pelota, si la perdía, a todo
el que se le cruzaba, lo barría con su pie descalzo, porque una vez que la agarraba
no la soltaba. - ¡Morfona! -... le gritábamos. - ¡Pasála! -… Mientras el negro con cara de bueno y el Cata,
le salieron al cruce, haciéndole un faul que la hicieron tragar la tierra, y se
cayeron encima de ella. Enojada la Tehuel se levantó tirando trompadas, sus
compañeros de equipo defendían diciendo. - ¡¿cómo le pegan así que es una
mina!?- Sin embargo, el Negro ligó un
trompadón donde le saltaron los chocolates, y gritó. - ¡Má que mina, si fuera
una mina jugaría con las muñecas! - Se reanudó el partido con calentura, se
jugaba a dos goles y ya íbamos uno a uno. La pelota estaba en el aire, la
Tehuelche se metió en el área y al borde del faul, lo tocó con el cuerpo al
flaco y de cabeza se la metió en el ángulo al Colo, los seis corrimos a
abrazarla gritando el gol del partido ganado. Partidazos hacia la Tehuel,
jugaba donde la pusieran, defensa, medio campo, delantera, en cualquiera la rompía.
Por eso si la teníamos a la Tehuelche era casi partido ganado.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
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