jueves, 24 de octubre de 2013

UN DIA CUALQUIERA



                                       UN DIA CUALQUIERA



Un día como tantos, con el cielo gris, algunas nubes blancas se entremezclan para prestar algo de claridad, los sonidos variados hacen que esta tarde no sea como de un feriado, algunas personas a lo lejos pasan indiferente a mi presencia, por el contrario, las miro muy pensante, a donde van o que harían, siempre juega esa fantasía en mí, más aún cuando me siento solo, tal vez… me gustaría acompañarla o  me intriga su vida o por el solo hecho de escapar de mi propio silencio. Sin darme cuenta un pequeño perro color negro con su cola de una lado a otro y sus orejas caídas, como querer entablar amistad, se acercaba muy mansamente, sus ojitos triste y su cuerpo casi flaco me contaban su falta de amor y comida, extendí mi mano y casi al unísono nos acariciábamos, se sintió protegido y yo acompañado, nos miramos y sin darme cuenta lo encontré sentado a mi lado, entendí que mi nuevo amigo me estaba comprendiendo y se quedó a cuidarme. Seguí mirando ese paisaje que me ofrecía la vida con diferentes colores, se me presentaban como los viejos tiempos de una niñez que añoraba, por el solo hecho que en esos días yo era casi feliz. Según dicen, la nostalgia es un indicio de la madurez y algo de cierto hay al sentir tristeza y ganas de regresar a esos tiempos. Continuaba el amigo a mi lado y de a ratos nos mirábamos, cuando él, me trasmitía su conformidad moviendo su cola golpeándola en el suelo, estaba contento y yo escoltado, cuando en el poco silencio que en ese rato flotaba…una yuntita de horneros se posaron ante mi a intentar levantar unas cuantas ramitas mojadas, por supuesto sería su nido de amor, trasladándome ternura y arrepentimiento, en ellos… me hallé no juntando ramas para mi hogar, solo perdiendo mi tiempo en ponerme a pensar. Tendría que ser así ese instante, casi deteniéndose el tiempo y por ironía de la mente recorrí mi vida en un abrir y cerrar de ojos, sacudiendo mi cabeza para desintegrar retratos del pasado, regresé levantando la mirada buscando algo nuevo para olvidar. Pasó un tiempo cualquiera, seguíamos los dos fotografiados en ese lugar, jugaba mi mano en su cabecita huesuda, descargando mis nervios de aquellos repasos; noté que mi alma se encontraba doliente, trate de entender las causas de sentimientos enfermos, pero el nuevo silencio y un tiempo aquietado dejaron caer mis brazos, de mi cuerpo cansado; Respiré profundamente, levante mi mirada al cielo, vi. que lo gris se había vuelto casi negro y en mi cara el aviso de una leve lluvia, transformando este tiempo como tantos otros, de un día cualquiera.


                                                     YoAmor

No hay comentarios. :