La vida y el amor, es un juego sin manual, es la realidad, segundo tras segundo, es la cara de la alegría o la tristeza, es el reflejo de lo que uno apuesta, es el resultado de cuanto se invierte o la mala suerte de una partida, te levantas cada día sin saber dónde llega nuestro destino, esperanzado de muchas ilusiones y frustrado de tantos fracasos.
martes, 10 de agosto de 2021
¡SUEÑOS! encontrados
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé, con un amor esperado
que a ti
había llegado.
Que pude estar a tu lado
que mis
sueños habían anclado.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que podía amar nuevamente
que ya estaba
en tu mente
que mi niñez
volvió de repente
que todo en
mi estaba latente.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que mi corazón podía tener dueño
que mi
esperanza no era un sueño
que volvía a
tener mi ensueño
que vos
fuiste mi empeño:
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; que podías estar en mis brazos
que estaba en
tus pasos
que me
dejabas compartir mis fracasos
que había
dejado atrás mis ocasos.
¡Soñé, soñé y soñé!
Soñé; por ¡vos mi amor!
por los dos,
Amor!
por tu amor,
Amor!
por nuestro
amor, Amor!
¡Sueños!
perdidos
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
lunes, 9 de agosto de 2021
TARDE
DE AMORES
La tarde nublada
y triste me llama sin saber porque.
Llamo a los sentidos y también están nublados y tristes.
Descanso en una nube de ternuras calmas y pesarosas.
El corazón late, mi alma suspira, y la mente
resuena
en un torbellino de amor que jamás me deja.
Observo pasiones que les he dedicado
y cuanto me han lastimado,
sin que yo los haya olvidado.
Quiebro mi angustia con un golpe sobre el pecho,
y mis ojos llorosos intentan acercarse aquellos
recuerdos
donde forman parte de aquellos tiempos.
Acaricio esos amores, delicadamente con un
parpadear,
Y las manos se acercan mansamente a mi cara
y yo pueda llorar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
sábado, 7 de agosto de 2021
TE CONOCI
Cuando te
conocí, todo me habías contado, y yo también,
cuando te
empecé a querer tu decías que también,
cuando me
dijiste que me amabas y sin pensarlo yo también.
Pero al
tiempo, ya no te conocía, sentí que no me querías.
Tu vida
no era la que dijiste, y tu amor lo habías vendido.
Pero aun
así, escucho tus mentiras del pasado,
porque yo
te quiero y te amo,
En todos
tus estados.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor D/R
TE QUIERO ASI:
Te quiero con simpleza y en la
humildad.
Te quiero con bondad y con
paciencia.
Te quiero sin condiciones y sin
pensarlo.
Te quiero de día sin mirarte.
Te quiero de noche con mis
sueños.
Te quiero con nostalgias,
alegrías y tristezas.
Te quiero en silencio, suspiros y
en lamentos.
Te quiero en los pensamientos y
con toda realidad.
Te quiero con ternura y sin
piedad.
Te quiero porque te quiero en mi
querer.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
lunes, 19 de julio de 2021
DESAYUNANDO
UN AMOR
Hoy, en esta
madrugada despertó mi vida el sueño,
Sentí la sensación
tan difícil de explicar, pero muy clara en sentir,
Saque toda mi
existencia de su lado, nuestra cama,
La miré contento, la
miraba triste, la sentí muy lejos,
Preparé nuestro café
de siempre, de nuestro momento de charla,
De espalda a su
figura, sentí los pasos entrecortados, por su despertar,
Miré su belleza,
contemple su pelo, observaba sus ojos, sentí mil deseos,
Sonrió muy amable,
estiró su mano y acerqué su café.
Mi sorbo, fue la
pausa de mi interrogatorio, de dudas que no comprendía,
Pregunté, que le
estaba pasando, respondió muy tranquila…
nada solo cansada,
Insistí nuevamente…
te siento distante… te veo muy sería con tus respuestas,
Insegura cuando me
hablas… fastidiosa cuando te beso… molesta de mis caricias,
Movió su cabeza de un
lado a otro sin palabra alguna, mirando su taza,
Volví a mis dudas
preguntando… - ¿hay alguien en tu vida?…
Si hay un hombre quien
ocupa tus pensamientos, o un amor que me aleja de ti,
Te pido simplemente,
no lo ocultes, no importa la realidad,
Resistió el sorbo,
cerró los ojos y cuando los volvió abrir…
Lágrimas sin
entender, regaban su cara, brillaban entre sacudidas,
Miró fijamente sus
manos temblorosas, yo no lo había notado,
Sentí miedo y
angustia, saboree el engaño confeso, resigné mi dolor,
Cuando una vos
entrecortada y abandonada, llenaron mis oídos de no entender,
Te digo que sí, hay
otro amor, imposible de que lo cambie, no quiero que eso pase,
En un instante
imagine su figura de hombre bello imposible de alcanzar,
Los imaginé juntos en
un lecho de amor, perdidos y lujuriosos,
Tuve la pintura de
dos cuerpos desnudos retorcidos del placer,
Cuando solo fue mi
intento en preguntar, que fue lo que te ha dado él,
Y como nunca imaginé
escuchar, de aquella esplendida mujer,
Que ese amor, que
tenía en su corazón y que nunca dejaría de amar,
Fue el desayuno de un
amor, por una mujer.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
jueves, 15 de julio de 2021
CONCIENCIA
Son
demasiados desencuentros
y
demasiados secretos,
mi
alma necesita transparencia
y el
corazón de conciencia.
Nada
tiene sentido,
cuando
tu cuerpo no es nada mío.
Los
momentos son de espera
y los
deseos de tortura.
Quiéreme
como tú quieras,
pero
déjame que yo me cuide
y mis
besos serán tus recuerdos.
Orlando Mario
Soverchia-YoAmor
LINDA MUJER
Mi linda mujer, no sé si
quiero que me tomes o me dejes
Pero si quiero que abraces
Que me des un beso, que me
extrañes,
Y si puedes… Que me ames un
poquito.
Con solo la mínima parte de
lo que yo te amo,
Es suficiente para mis
sentidos.
Porque con sentir tus manos
en mi cuerpo,
Ya nada ni nadie, me harán
olvidarte.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
15.7.2021
miércoles, 14 de julio de 2021
martes, 13 de julio de 2021
Señora mía, si
lloras por lo que has hecho por ese amor…es que te va hacer bien, si lloras por
estar emocionada, también te va hacer bien, si lloras por los recuerdos,
también te va hacer bien, si lloras porque te encuentras desamorada, ¿también
te va hacer bien y sabes por qué? Porque te darás cuenta que diste todo y no
valía la pena por lo que era.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
QUIERO
Debe ser pecado sin perdón, el no poder olvidarte y dejar de
sentirte ganas.
Cuando te vi, sentí que había visto el paraíso en ese cuerpo,
y ahora,
quiero conocer las profundidades de esa maravilla.
Eres tan hermosa y tan dulce que, al mirarte,
quiero que sean mis labios quien arranque tus suspiros.
Quiero que estés en mi mente en la eternidad,
ver tu carita angelical, mirar tus ojos negros,
como negro es tu pelo enrulado sobre cuerpo desnudo,
Vestido de piel blanca y sensual.
Quiero abrazarte tan fuerte, que por ello no pueda respirar.
Quiero que sepas que te extraño tanto y te amo tanto,
que quiero llorar junto a tu boca, porque el dolor por amarte,
Me hace decirte adiós.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
viernes, 9 de julio de 2021
Hola como
estas!!!
Hola como estas…bien... y por supuesto
bonita... ¿Podes leer lo que escribo para ti?... Imaginando tu aceptación y
espero que eso ocurra, pretendo sentirte un poco mas cerca de mí, no encuentro
la forma de poder estar a la distancia sin perturbar tu vida, por otra parte,
no debo hacerlo, pienso una y otra vez que es lo que me llevó a ti, que fue que
se produjo en mí... preguntas tras preguntas, respuestas imaginadas sin dejar
nada en claro, mis sentidos enloquecidos queriendo revolcar mis nostalgias como
un niño mal criado; ¿Me siento triste?... Puede ser, por que tu no me
perteneces; ¿Mal intencionado?... Jamás, no me permitiría jugar con el amor y
por amor, ¿Sentirme conquistador?... No puedo expresar dulces sentimientos y
derramarlos con tanta frialdad; ¿Mentirte?... Que ganaría con hacerlo,
solamente no diría nada y la nada cubría mis espacios; ¿Expresarme entonces?...
sí claro que si, eso lo tengo bien asumido y sentido y en cada momento te
pienso, te imagino, te suspiro de muchas posibilidades de todas las maneras, sobre tu humanidad, no tengo nada que pueda aplacar u opacar para
no recordarte todo el día o hasta en mis sueños, con solo saber que
estas viviendo en este mundo, en un lugar determinado, en un sitio establecido
y mucho mas sobre el mismo cielo... ya
es sobrada la razón para que todo se presente confundido, si confundido, porque
no es lógico a donde estoy, ni como me siento, no son compatibles las edades,
no pertenezco a tus sentidos, ni merezco tus pensamientos... y porque pretendo todo eso, si nada tiene cordura, o
que sea una locura. Llegaste a mí, sin pedir permiso a mi corazón, derramaste
toda tu belleza dejándome desordenadas las pasiones. Quiero suavizar mis latidos, aplacar mi
fascinación, acallar mis palabras, templar los sentidos y nada he logrado, solo
saber... que eres una bella criatura que ha mandado Dios. Es entonces ángel mío,
me gusta que estés en mi mente si tu me dejas que así sea, mendigo un lugar en
tu vida, seguir viviendo hasta que tu me dejes, recorrer tus pensamientos,
emborracharme con tu figura y sentir el placer en mis ojos, cuando tu
despliegas ante mi, todo lo lindo que tu tienes: Me gusta verte cuando sonríes,
me estremezco cuando me hablas, me siento un adolescente principiante donde
juegan mis fantasías en ese patio de ilusión y placer.
Amor mío ¡Qué doloroso es amar... y no
poderlo decir! Si es doloroso saber, que va marchando la vida como una mujer
querida, que jamás ha de volver. Si es doloroso ignorar, donde vamos a morir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir. Conocer que caminamos, bajo la
fuerza del sino; recorrer nuestro camino y no saber dónde vamos. Ser un triste
peregrino, de la vida en el sendero, no podemos detener por siempre prisioneros,
del amor o del deber. Mas si es triste caminar y no poder descansar mas que al
tiempo de morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Vivir como yo
soñando, con cosas que nunca vi; y seguir, seguir andando, sin saber por que
motivo ni hasta cuándo: Tener fantasía y vuelo, que pongan al cielo escalas y
ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo. Mas si es triste no gozar,
lo que podemos soñar; no hay más amargo dolor, que ver el alma morir,
prisionera de un amor y no poderlo decir.
Siempre
y sin saber él porque estarás ya en mi historia y más en mis recuerdos, pero
nunca sabré, donde se encuentra tu gran amor verdadero, necesito tu silencio,
tus sueños y alegrías, estar a tu lado auque mas no sea, solo por un día.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
INMACULADA
Cada día que pasa,
estoy más pendiente de ti,
siento el susurro de tu voz
en el silencio de mis sentidos.
Hablo de tu amor con mi sombra,
acompañándome en todo mi espacio,
y alegre te veo a mi lado.
Pierdo la noción del tiempo dentro del día,
y todo es un jardín de pensamientos
que ofrezco a mi alama.
Tu figura me abraza sin vergüenza,
tu mirada me acaricia sin prejuicios,
tu presencia debilita mi cuerpo,
y yo me siento excitado,
al estar todo el tiempo, imaginado que tú,
eres mi amor inmaculado.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
Eres la mujer pervertida, lujuriosa y trasgresora de los
instintos, me calientas, me existas, me abochornas con tus juegos… Pero me
gustan, me debilitas con tus gestos, me arruinas con tus caricias, me
enloqueces con tus besos, y te gusta hacerme perder en tus entrañas… Pero me
eres fiel y sincera, y por eso cada día, cada momento, cada segundo, prefiero
una sola mujer degenerada de amor y leal, a que mil putas juntas me engañen con
sentimientos falsos.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
jueves, 1 de julio de 2021
ERROR DE AMOR
No sé quien
cometió el peor error. Tú al decirme te amo, o yo por haberlo creído.
Lo difícil no fue
olvidarte, sino intentar dejar de quererte.
Un "Lo
siento" no cura por completo la herida de mi corazón roto.
Pensar que ayer
nos besábamos y hoy tratamos de olvidarnos.
Te conté mi
pasado, mi presente y mi futuro.
Te susurré mis
miedos y te grité mis sueños.
Te enseñé todos
mis puntos débiles... Y te fuiste
Unos lloran con
lágrimas, y yo con pensamientos, lo que es mucho peor.
Prometí no caer y aquí estoy, en el suelo otra vez.
Quiero decir tanto y saber que es mejor no decir nada.
Si yo sabía que en tus labios había veneno y que tu cuerpo era de espinas,
¿por qué me
enamore así?
Mi herida no acaba de cerrar porque la sutura fue hecha con puntos
suspensivos...
Tengo tristeza al pasar por "aquel" lugar y acordarme de ti.
Nuestra historia terminó sin un fin, sólo con tres puntos suspensivos…
Los de la: Rabia, paciencia
e indiferencia...
Si pudiera volver
a escuchar tu risa, la guardaría para dejarla sonar
Cuando el silencio
cruce mi soledad.
Algunas veces
escribo cosas... como si tú la fueras a leer.
Quise que te
enamoraras de mí escribiéndote un poema, pero nunca lo has leído…
Te vi y me dolió,
no porque fuera con alguien, sino porque ibas sin mí.
Si me alejo no es
porque no te quiera, sino porque entendí que no me necesitas.
El día que leas
esto sabrás que moría por ti,
Que de tanto
escribirte fui convirtiendo mi amor en tinta y que la tinta se secó.
Fuiste solo una
historia breve en mi vida, pero que leeré cien mil veces.
Después comprendí
que él era el tipo de amor que recordaría por siempre,
Pero no el tipo de
amor que duraría para siempre.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
miércoles, 30 de junio de 2021
TE QUIERO ASI:
Te quiero con simpleza y en la
humildad.
Te quiero con bondad y con
paciencia.
Te quiero sin condiciones y sin
pensarlo.
Te quiero de día sin mirarte.
Te quiero de noche con mis
sueños.
Te quiero con nostalgias,
alegrías y tristezas.
Te quiero en silencio, suspiros y
en lamentos.
Te quiero en los pensamientos y
con toda realidad.
Te quiero con ternura y sin
piedad.
Te quiero porque te quiero en mi
querer.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
lunes, 28 de junio de 2021
AGONÍA
El frío abraza mi alma, el cuerpo se abriga de pesares,
el corazón se acobija de sentimientos
y los sentidos calientan mi razón,
instantes que aparecen como
una eternidad.
Los recuerdos y las nostalgias de un amor,
se presentan inmóviles, quietos ante mí,
sin figura ni contorno, solo la tenue imagen de lo que fue
y el tallado profundo de lo que quiero olvidar.
Son las cuatro estaciones de mi vida,
y los colores del dolor y las alegrías.
Mi tormento no es el pasado ni el presente,
mi agonía, es por lo que sentiré en el futuro,
sin tu amor y sin tu presencia.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
sábado, 26 de junio de 2021
UNA PEQUEÑA HISTORIA DE AMOR
La vida es tan escabrosa, como caminar sobre un campo de
ortigas, y es ahí cuando mayor es el delito, mayor debe ser el tiempo
consagrado a los remordimientos, es el único dolor del alma que la duración y
la reflexión no logran calmar jamás, y todo el mundo ve lo que aparentamos y
pocos advierten lo que somos, porque hay diferencia entre el entender las cosas
y conocer las personas.
Eran amigos de la infancia, ella 16 años, de talle grande, alta, y él, la misma
edad, más bajo y delgado, pertenecían al mismo grupo de amigos, pero lejos de
él estaba esa mujer. Parecía que no encajaban en esa época, por el que dirán de
la altura, la que influía por el estúpido machismo del hombre alto y la mujer
más baja, pero por alguna razón él, llegó a sentir más que una amistad, después
de que su figura había cambiado para ser una bellísima mujer.
Comenzó entonces, entre ambos, un lindo interés, seguido de un bonito
acostumbramiento, hasta darse cuenta cuanto se necesitaban, llegando así, los
grandes problemas de esta historia. Tal vez sus padres tendrían un presagio de
un difícil y distinto amor. Por sus egoísmos y sin importarles lo que su hija
quería, comenzaron a perseguirlos y evitarles cualquier encuentro. Todo lugar
era prohibido, controlado y marcado, por lo que, para estar un segundo juntos,
tenían que ir de vecinos lejanos. Algunos no querían problemas, como aquellos
que los traicionaban, contándoles a sus padres, donde luego llegaría el castigo
de no dejarla salir, y la persecución para amenazarla de muchas maneras, donde
a él, para amarla le costaba mucho dolor y tristeza, sintiendo el miedo de ser
vistos.
Fue tanta la tensión y adrenalina de esas situaciones que dejaron en él,
secuelas por mucho tiempo, como tener pánico a la oscuridad, donde volver a su
casa en las noches, no más de una cuadra, ella lo tenía que acompañar, y su
madre lo esperaba. Esa intriga en su vida, lo afectó de una manera extraña en
todo lo que se refería a su seguridad.
Para ella, él, fue su primer hombre, e hicieron el amor por primera vez. Un
día al caer la tarde, fueron en moto a un monte cómplice de ese momento, para
él fue uno de los instantes más extraordinarios y a la vez, una de las curiosas
sensaciones de placer y miedo, porque había tocado el cielo con las manos, por
poder amar a esa hermosa mujer tan prohibida.
Se sintió un hombre realizado, que todos lo envidiaban, sintió orgullo y
tambien fue feliz, muy feliz, quería con toda su alma a esa bella adolescente.
Comenzó amarla con locura, aturdido por tenerla a cada momento a su lado,
queriendo mostrarse ante todos sin vergüenza, sin miedos, y resultaba ser todo
lo contrario. Tenían que esconderse, correr porque seguían vigilándolos, y
muchas veces los descubrían, hasta que un día los padres de ella, fueron a la
casa de él, a decirles a sus padres, que dejara tranquila a su hija, que no la
molestara más, que él no era para ella. Ellos, dolidos, aceptaron a medias tal
locura, y para defender el orgullo y la dignidad de su hijo, lo defendieron en
lo que podían y como podían.
Desde ese día los padres de ella, comenzaron a inculcarle otro chico,
ironía de la vida… Era un amigo de los dos, como se decía, de la barra de
amigos, a ella no le desagradaba como hombre, pero no le interesaba como novio
o como su amor, pero insistían con aquel muchacho y todo utilizaban para
acercarlo y hacerle ver que todo sería mucho mejor para su vida. Le prestaban
el auto por ser mayor de edad, para que la lleve a dar vueltas, que salgan de
noche con los demás amigos de la barra, donde él no podía acercársele, solo los
podía ver de lejos, o pensar donde estaban o que hacían.
Por las noches de verano, él salía a la puerta porque vivían a una cuadra,
para observar si estaban frente de la casa, y las ganas y los sentimientos, se
retorcían con la soledad de no entender nada de lo que ocurría.
Pasó algo de tiempo discutiendo y peleando situaciones que estaban
viviendo, los celos comenzaban a invadirlo, los nervios y la angustia empezaban
a dejar secuelas, y cuándo quedaban juntos en el minuto contado y controlado,
mirando de un lado a otro, reñían, queriendo aclarar lo que se oscurecía sin
sentido. Por tanta bronca, las arcadas le venían a él, y el estómago lo
acompañaba con vómitos, sin poder controlarse frente a ella, y las lágrimas los
hacían sentir más tristes, más lejos, y siempre ocurría en las pocas veces que
se podían ver.
Un fin de semana, sábado a la tarde como las 16 hs, se citaron frente a la
casa de una amiga, casi alegres con algo de miedo, se abrazaron, se besaron,
todo muy frágil, expuestos a todo lo que podía pasar, de que no los vieran los
cómplices de sus padres, pero ilusionados, porque a la noche se verían como
siempre en una confitería. Ese lugar era donde se escondían de todo y de todos,
trataban de sentirse solos, pero, todo lo contrario, mil ojos los observaban
juzgando o hablando de lo que les ocurría.
Acordaban de cuidarse lo más que podían, que los vieran lo menos posible,
refugiándose en lugares vip, pero era un juego de chicos, queriendo ser adultos
e independientes, sabiendo que nada era así, se diría que ese amor tampoco lo
era.
Se escondían de gente que suponían podían contar, algunos los comprendían y
trataban de hacerles los momentos más fáciles, y aquellos que no querían, por
verla sufrir al estar al lado de él, diciendo o creyendo que ella, era una más
de su colección, y no viendo que él también sufría… Eran aquellos que estaban influyendo
al igual que sus padres, inculcándole, a ese otro chico.
Ese lugar tenía todo, era el único amparo público creyendo que se
refugiaban del peligro y en ese lugar, planeaban sus destinos.
Legó la noche, donde cada sábado para él, era su gran día, era el lugar más
feliz de esos tiempos, era sentirse realmente enamorado de ese amor tan
sublime… Se acostaba temprano para hacer la previa, de las dos de la mañana escuchando
música romántica, que lo hacía sentir triste y a la vez contento, extraño y
morboso estado, pero su mente, sin entender porque, se lo imponía.
Llegó la hora de ir, se cambió, estaba nervioso, ansioso, algo de eso
siempre pasaba y más cuando tenía que verla. Entró a la confitería, caminó un
buen rato buscándola como siempre lo hacía, entre sus amigas, o más bien, de
una de ellas, quien más los defendía y los ayudaba, pero solo vio a esa amiga,
y no a ella, le pareció que lo eludía. No entendía mucho la situación, hasta
que después de un momento, esta amiga, vino hacia él y le dijo: - Tengo que
decirte algo, me duele mucho lo que tengo que contar y no sé cómo, pero ella no
va a venir, me dijo que no la esperes. -
Preguntó. - ¿por qué!... los padres se enteraron de algo o ¿qué le pasó?…
y ella contestó. – No, la verdad es que esta tarde despues que te vio a vos,
fue hasta el almacén del padre de este amigo de ustedes, él estaba afuera, se
pusieron hablar en el living de la casa y le propuso ser su novia y ella lo
aceptó, así que en estos momentos están en la casa de ella con sus padres y lo
invitaron a comer. -
Él no se daba cuenta lo que estaba pasando, no entendía nada, se gritaban
para escucharse por el bullicio del lugar mientras la gente los empujaba. De
repente, no quedó nadie a su alrededor, no oía nada, no veía nada, todo se había
nublado, los ojos se le llenaron de lágrimas, se quedó sin voz, no podía
responder a lo que esa amiga le preguntaba, si se sentía bien.
No supo cual fue la razón, si el destino quiso terminar de matar ese amor,
o hacerle más daño, cuando en la confitería pusieron el tema de INDUSTRIA NACIONAL
(LA TARDE QUE TE AME) ¡El himno de ellos!!!…
Llevándose la gente y bancos por delante, caminó por ese túnel de
torbellino, transitando por un tren fantasma desgarrando su vida, escuchando
esa canción hasta su final. Corrió hacia la salida de ese lugar, que en un
momento fue el más hermoso, único, pasando hacer el infierno para su alma.
Salió a la calle, pasó frente a la casa donde estaban ellos, la luz del
living estaba encendida, trató de espiar, pero tuvo miedo de lo que podía ver y
por la cobardía de enfrentar la realidad… siguió a su casa.
Se acostó, y llorando más de lo que venía haciendo, apretando la almohada
para que sus padres no le escuchen el llanto, gritó por dentro. - ¿Porque me
hiciste esto?… Porque mi amor… ¡Si todo estaba bien… ¡Todo lo charlábamos juntos,
lo resolvíamos juntos!!!...
Las preguntas de desconcierto que venían a su mente, era en vano, nada tenía
lugar por aquel estado que estaba padeciendo. Dio mil vueltas en la cama hasta
que se hizo de día. Se levantó y se fue a la casa de ese que creía su “amigo”,
estaba durmiendo, sus padres lo hicieron pasar, algo sabían de lo que sucedía,
y a ellos tambien le gustaba la situación de su hijo, por eso poca atención le
dieron, igual le abrieron la puerta, (estaban todos los días juntos) … Se
acercó, lo despertó y le preguntó. - ¿Estás contento ahora? ¿Por qué hiciste
esto? ¿Para qué hiciste lo que hiciste? Si sabes que ella no te quiere ¿Por qué?
¿Por qué llegaste a rebajarte y aprovechar la ventaja de sus padres?... Aquel
individuo, lo miró, casi indiferente a su desesperación, y un tanto seguro,
soberbio y sonriente, le dijo. - No importa, yo le gusto y con el tiempo me va
a querer igual o mucho más que a vos; además vos a ella no la dejas vivir bien,
porque con vos no puede ir o hacer nada… Y otra te digo… - Cuando salga del
servicio militar, que esta noche me tengo que presentar, nos vamos a casar y
nos iremos de este país.
El silencio fue corto, la sorpresa dolorosa, hasta que se animó a preguntar.
- ¿Ella está de acuerdo? La respuesta fue inmediata. - Sí, y más te digo,
estuvimos hasta muy tarde los dos solos y todo esto lo planeamos juntos, y no
me di cuenta de que te estuviera extrañando, la pasamos muy bien y no me
hubiera imaginado que sería así. -
Volvió a sentirse usado, engañado, sus ojos volvieron a llenarse de
lágrimas, la garganta se transformó en una lija, no podía respirar y tuvo que
escuchar que le dijera: - Sé que te sentís mal, pero ya se te va a pasar, vos podrás
conseguir a otra mujer para olvidarla. Quiso romperle la cara, apretarle la
garganta para callar esas cuchillas que le traspasaban el corazón… Y al
instante se dio cuenta que ella también en cierta forma lo aceptaba y se lo
estaba diciendo. Se levantó de esa cama donde se había sentado junto a este
“amigo”, salió casi corriendo a su casa, entró, llamó a sus padres, parado y
apoyado en un tejido, desconsolado, aturdido, acongojado, sin poder decir una
palabra, se puso a llorar como loco, les contó cómo pudo lo que había pasado, y
les hizo jurar por su vida, que si ellos sabían que en algún momento volvería
de nuevo con esa mujer, la saquen de su lado de cualquier forma o manera, se
los hizo jurar de nuevo y los dos viejos, viéndolo desesperado, aceptaron
llorando junto a él, que harían lo imposible para lograrlo.
Ese día domingo, cumplía sus 18 años, fue el regalo que recibía de la vida,
su padre por primera vez, le daba el auto para que se vaya con otros amigos
donde él quisiera, fuera de la ciudad.
Era un día muy triste o por lo menos asi lo veía, estaba muy nublado, mucho
frío, un rato de lloviznas tenues, y de a ratos, lluvia perezosa, traidora para
su dolor. Salían y entraban a muchas ciudades de alrededor, antes de llegar a una
confitería bailable. En todos los lugares que ingresaban poco había, todo lo
veía de una manera especial, se sentía extraño por la sensación de manejar el
auto él solo y lejos de su ciudad, sentirse libre e independiente, saber que su
padre lo dejaban hacer lo que quisiera con tanta responsabilidad en sus
manos…pero nada podía disfrutar, sentía una angustia interior, palpitaba algo
grave que estaba pasando por su persona, todo confuso, raro, todo lo encontraba
solitario. Al ingresar en un pueblo chico y triste por naturaleza, fue entrar a
la cruel realidad de lo que sucedía, existía, solo con el dolor del corazón, y
se dio cuenta que en ese momento aquel “amigo”, estaba en la casa con ella. Tal
vez se estaban besando o abrasando, corría su imaginación, nada comprendía, nada
sentía, la hora no pasaba, sus compañeros no existían. Salió del infierno en el
que se encontraba rápidamente, llevando el auto a la ruta para llegar a esa
bendita confitería, creyendo que ahí estaba el paraíso, pero no lo fue. Poca gente
o por lo menos para él, porque al escuchar temas de amor o recorrer el lugar
una y otra vez, esperaba ver la imagen de su amor. Sin importarle que estaban
haciendo los demás, dijo que se volvía, que ya era tarde y no quería preocupar
a sus padres, pero lo único que quería, es tener el segundo que podía tardar en
pasar delante de esa casa con él auto, pero no la pudo ver.
Así pasó el tiempo y los días sin poder verla. Se encontraba con pocas
fuerzas, desganado, como si hubiese salido de una fuerte gripe, le dolía siempre
el cuerpo y mucho la cabeza. Hasta que una terrible tarde, estando en un bar,
pasó ella sobre la vereda de enfrente, vestida de una manera muy especial, se
había puesto un vestido escocés tableado, con zapatos de talcos muy altos, porque
su nuevo novio, le había dicho que los usara, porque él era más alto. No lo
miró, lo ignoró por completo, tal vez porque no tuvo valor para hacerlo, porque
no quería enfrentar la realidad, o por tener miedo de darse cuenta que se había
equivocado, sin más, ella dio vuelta su cara sin importarle nada, y a él, esa
actitud hirió su alma como una daga.
Tres meses después, también un sábado a la tarde, tomó fuerzas, juntó todo lo
que pertenecía a ella, algunas cartas, algunos recuerdos y se los llevó a una amiga,
esa casa fue el escondite de los dos, pero por poco tiempo, el padre los había
delatado.
Tarde de sol primaveral, golpeó la puerta de chapa, única entrada que daba
al patio, salió su amiga, sorprendida, se veía nerviosa, no sabía que decirle,
pero a la vez lo miraba emocionada, con un poco de lástima, angustiada, porque
lo veía como se encontraba, sabía lo que le estaba pasando, lo hizo pasar para
salir de la vereda, a un costado de la entrada, esta amiga no entendía mucho lo
que estaba pasando, pero comprendía lo complicado de aquella decisión, y él sin
dejarla hablar le dijo. - No por favor, no te preocupes, me voy enseguida, no
te molesto mucho, solo te dejo estas cosas que son de ella. Mientras lo hacía
pensaba… que nadie se daba cuenta que su amor, tenía algo de donde aferrarse,
tal vez no era lo que sentía, pero algo distinto le ocurría y no le desagradaba
ese vínculo, en cambio nadie notaba que él, había tenido una caída libre a un
precipicio sin final y que ninguno de los dos tenía la culpa, si embargo,
muchos lo veían culpable por quererla. No comprendían que ella le dio la
espalda, que no le importó dejarlo vacío, no le importó el amor que él sentía,
y bien sabía cuánto sufría por ella, pero por alguna razón ya nada importaba,
ni le interesaba por lo que estaba atravesando.
Miró por última vez lo que esa chica tenía en la mano, dejaba parte de su
vida o tal vez toda la vida en esas cartas, en esos regalos, en esos recuerdos
y casi desesperado, dio la vuelta sobre sus pasos hacia la puerta de ese patio
de ladrillos envejecidos.
Algo estaba presintiendo, algo iba a ocurrir, pero siguió hacia la salida,
cuando al tocar el picaporte, oye a sus espaldas, decir su nombre. - Soy yo!!!…
Sintió que se cortaba su respiración, creyó soñar, percibió mucho dolor,
angustia, alegría, confundido y no queriéndose dar vueltas, volvió a escuchar
esa voz tan hermosa, tan suave y entrecortada, diciéndole nuevamente. - Soy yo!!!…
Se dio vuelta y no podía creerlo, ahí estaba ella, tan hermosa, tan elegante,
con un pantalón ajustado de piel durazno que tan bien le formaba su figura, una
camperita de hilo blanca solamente sobre su piel, su pelo increíblemente
enrulado como revuelto por el viento y una sonrisa mostrando su diente que
sobresalía en sus labios rojos. Fue la mirada más tierna y más cruel que una
mujer le podría dar, quería correr, pero no podía, quería gritarle, pero no tenía
voz, quería abrazarla, pero no le pertenecía, solo era su corazón que golpeaba
el alma y le decía- (NO ES PARA VOS, NO ES TUYA). Quiso preguntarle tantas
cosas, quería explicación, pero ya nada tenía importancia, ya había pasado
todo, el tiempo le había respondido con hechos y a la vez todo lo había
confundido. Se acercaron, se dieron un beso en la boca, todo le cayó en los
pies, el dolor, la angustia, la bronca aturdida y los dos comenzaron a llorar y
con la voz acongojada, ella le dijo. – Perdoname, no quise hacerte daño, pero
no tenía otra salida, mi madre me volvía loca y me pareció que era lo mejor.
Mas angustia, mas bronca, mas delirio… cuando casi se había acostumbrado o
resignarse a extrañarla, le decía eso… La abrazó, llevó su perfume a su memoria
junto con el recuerdo de todo lo que habían realizado juntos, él la miraba
mientras se acercaba a esa perversa puerta que lo alejaría nuevamente de ese
amor prohibido, no quería llegar a esa salida inmunda, pero no duraría nada esa
esperanza, y dejando un hilo de esa imagen tras cerrarla, abandonaba un gran
dolor, declinaba nuevamente su vida en esa atormentada e inolvidable TARDE
CUANDO EL SOL CAÍA.
Pasaron los días, y sus compañeros de colegio secundario le habían tomado
bronca a ella por lo que le había hecho y todos intentaban ayudarlo de alguna
manera, para que la olvide, pero en él, lejos estaba todo eso, cada lugar, cada
momento, cada parte de su cuerpo, mas pasaba el tiempo, más la necesitaba, la
sentía, la lloraba como un chico por las noches, sin que nadie lo sepa, porque
ahí empezó una nueva historia.
Una noche después de un tiempo, bajando las escaleras de su escuela,
saliendo con sus compañeros de curso, abajo, delante de él, estaba ella,
mirándolo inmóvil, espléndida para sus ojos y los sentimientos para decirle
algo. Nuevamente con estados de emociones confundidas, todo se mezclaba cuando
la veía, recuerdos, nostalgias, ilusiones, tristezas, engaños, dolor, pero le
ganaba su belleza y el amor que sentía por esa mujer, se acercó, se pusieron
hablar a un costado en unos sillones dentro del mismo colegio y escuchó unas
palabras que jamás pensó volver a oír. Le escribió una carta a ese novio
soldado, que renunciaba a esa relación, porque nunca había olvidado a su amor
abandonado y que de ahora en adelante no le importaba lo que pasara o lo que él
les contaría a sus padres, porque eso, había sido unas de las amenazas.
Todo se volvió primavera, todos reían, sintió música, su corazón latía como
al correr, y su estómago no dejó de expresar sus nervios y nuevamente las
arcadas y vómitos se le manifestaron, pero que interesaban, si ahora ella
estaba con él, hubiese limpiado con su boca aquellos desechos, nada le
resultaba fachoso, todo era maravilloso, todo sublime. Pero poco duraría, porque
nuevamente la vida volvió a golpear su alma.
Porque había olvido aquella promesa que a sus padres les había hecho jurar,
y exigirles intervenir en esa relación si los volviera a ver juntos.
Y esa historia continuó, porque en un momento los dos amenazaron de escapar,
Todo amor tiene un principio y a veces un final.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor