Una sola cosa de vos me gusta; Me gusta tus caricias, tus besos, tus
abrazos, como me miras, y como me amas...
Orlando Mario Soverchia- YoAmorviernes, 16 de marzo de 2018
Esa paz…
Aquel día, era uno más, pero
distinto, tan distinto que de un momento a otro, pasó a ser el más raro. Cada
segundo, cada instante, cada momento, cada tiempo, era el más terrible de la
vida. No se sabía que pasaba, no se entendía que fue, que desató esa crueldad, el
porqué, por quien y para quien era ese terrible tormento a los sentidos… Pero
el desorden de la inteligencia ya había hecho estragos en la humanidad, nadie
sabía dónde se encontraba, donde tenía que buscar y por quien buscar. Orden es
lo que se necesitaba y no se podía, pero entre las ruinas de las personas, se
halló lo que a todos de una manera u otra los hizo seguir el instinto del
hombre, el sentimiento más simple, el más difícil, el más complejo, el más
tierno, el más serio, el más exigente, pero el más completo: EL AMOR. Por él, corrían,
buscaban, lloraban, enloquecían, reían, y desanimados se mostraban solidarios,
compungidos, pero todos con el dolor, con los gritos, con el silencio, con la
bronca o la impotencia, se doblegaban ante la morbosidad de la injusticia, las
miradas de los pocos, mutilados de la razón, la comprensión, el entendimiento,
de la precaria supervivencia… Juntaron los restos de las miserias que algunos
pocos, sin alma de ser humano, sembraron terror sin piedad. Pero desde que el
mundo es mundo, desde que yo existo, desde que todos nosotros existimos, desde
que la mayoría en este planeta existe, sabemos, urgimos, reclamamos, obligamos,
que para vivir en esta viva, se necesita amor, y para tenerlo, se necesita paz,
nuestra paz. Esa Paz… para este mundo.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
ALEGRE DE
TRISTEZA
Amanece, siento
movimiento del día, me doy cuenta que tengo una jornada más para enfrentar, mis
ojos poco abiertos, mis pensamientos todos partidos, es cuando sin saber
porque, me alegro por sentirme triste. Emociones chocadas, caben en mi estado
en este momento, inmovilizo mi cuerpo en mi lecho, entrelazo mis brazos
conteniendo mi cabeza sobre la almohada, analizo este nuevo paradójico
sentimiento. Quiero entender porque está en mí, que reflexión hace esta insensata
existencia, una triste sonrisa se dibuja en mis labios, cuando llegan
informaciones al unísono narrando las secuencias de la rara locura a este día.
Me siento alegre por estar triste, porque es cuando mi corazón se recuesta en
la nostalgia, cuando memorias remotas se tienden junto a mí, siento que no
quiero enojarme en este tiempo, creo que no puedo gritar, solo hablar o
sencillamente charlar con ternura y comprensión, querer tener en mis manos,
soluciones a todo ser que esté a mi vista, profundizo más tristeza al encontrarme
solo en este lugar. Mi tiempo del pasado golpea mi pecho, equivocado fui, por
tanto mi pena paga el error. Necesito mostrar mis culpas para no esconderme de
la vergüenza, no volver a producir dolor, desengaño y mentiras. Enfrentar la
vida con poco orgullo, donde la humildad inunde mi ser. Pedir disculpas a
todos, cuando con vehemencia me expresé. Evoco a mi madre, mi primer amor, mis
hijos y por supuesto con sus frutos. Deliro amar por amar, retozo entre mis
sábanas sintiendo confuso momento y necesito llorar,
para sentir mi triste felicidad.
para sentir mi triste felicidad.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados
derechos reservados
sábado, 10 de marzo de 2018
Yo soy tuyo y mi placer te
pertenece, y si te pertenece, mi vida es
tuya para lo que tú quieras. Quiero sentir dolor por lo que te amo, quiero
sentir tristeza porque me alejo, quiero sentir soledad cuando tú no estás,
quiero entregar mi alma a tus deseos, quiero morir en vida para no perderte.
viernes, 9 de marzo de 2018
jueves, 8 de marzo de 2018
Esta noche, recordaré tus besos, recordaré tus caricias, pero
esta noche, recordaré cuando aquella noche, dejamos los cuerpos tendidos, por
esa pasión desenfrenada que no queríamos terminar. Y cuando llegó a su fin,
sentimos los cuerpos mojados, calientes, que no pudimos despegar, porque nuestras
bocas, se mordieron sin respirar.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
Todo lo que sientas, pienses, o te parezca que este es el lugar para compartir tus pensamientos o tus opiniones, este es el lugar , como el amor de tu alma. Yo no soy escritor ni poeta, solo escribo sencillamente lo que siento, con pasión y sentimiento de mi estado emocional. Y te invito a ti, que hagas lo mismo en mi página y compartas lo que sientas, gracias
domingo, 4 de marzo de 2018
DOLOR
DE UN MOMENTO
Aquella noche, un llamado llego a mí, alegre y
sorprendido vi que era ella, sentí
preocupación por la hora, era tarde, atendí y su voz tensa y firme, me dijo.-
Quiero hablar contigo y ahora.- No me dejó decir nada, solo que volvió a
repetir lo mismo y hasta casi fastidiada. Le dije que ya iría a su casa, pero
me respondió muy rápidamente.- No, no, te espero en el bar de siempre.-
La distancia no era de mucho tiempo, pero a mí, se me alargó
una eternidad. Entré, ella estaba en una mesa muy alejada de todos, pero con
muy poca gente. Nerviosa, me miró casi desinteresadamente con una falsa sonrisa,
quise acercarme para darle un beso, pero su mejilla se alejó con desprecio.-
Hola, te llamé porque tengo algo que decirte y hace un tiempo largo que debí
decírtelo.- Dejé mi expresión tierna y mi rostro se tornó tenso y preocupado,
nada entendía, pero por su mirada y sus manos temblorosas me decían que algo no
estaba bien. Con una intención calma, le pedí que me cuente, y fue que en ese
instante empezó el pánico del dolor.
-Tengo que decirte que… Estoy con otro hombre hace casi un año
y me voy a casar.- me sonreí con sorpresa y confundido a la espera de la risa
de una broma, pero nada cambiaba, ella muy sería y con los ojos fijos a los
míos, me gritaban que era verdad. Me sentí un niño tonto y desamparado, por
tanta barbarie para mi querer, pero el derramamiento de mis sentimientos,
estaban en ese lugar y mi amor desangraba no pudiendo contener aquel estado. Mi
mente se extravió, mis oídos se cerraron al poco movimiento de ese lugar, y mis
ojos tristes con las primeras lágrimas hacían que se valla nublando la imagen
de esa cruel mujer.
Sin pensar en nada de lo que me había confesado, recordé a mi
madre por sentirme tan infante de mi alma y tan inocente, por haberle dado esos
años sin condición y sin pensar en otra cosa que hacerla feliz, como yo me
sentía con ella, pero la vida me apuñaló una y otra vez, sin pedir permiso y
sin dejarme defender de aquella traición. Giré mi cuerpo herido, dolido y
maltrecho, avergonzado con mi conciencia y sin poder convencerme de lo que
había pasado, salí de aquel cepo de tortura, llegué a la calle solitaria, llena
de risas de fantasmas burlones, que me acompañaron hasta aquel banco de una
plaza y sin luz. Y ese lugar fue testigo de mi grito desgarrador de un.. No!… y
desde ese día estoy muriendo con mi vida.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
domingo, 3 de diciembre de 2017
DIEGUITO ME ENSEÑO
En una tarde cualquiera, conocí a
Dieguito. Su carita dulce, tierna, inocente, y
una mirada preciosa y firme, de ojos grandes y negros, me hablaron sin
decirme nada y todo me lo expresó. Sus manos fueron su primer diálogo,
llevándola a la pancita diciéndome, ABUELO… ¡HAMBRE!!! … siguió con un, AGUA… MATE!!!...
fue el discurso de presentación de aquel ángel que Dios me presentó, en ese
angelical día. Conocí el miedo del no poder, el pánico de la vida, la
impotencia de la injusticia, cuando él tenía tanto por vivir, y poco hacer. Algunos
dicen discapacitados, otros especiales o diferentes y todo es al revés, los
discapacitados especiales o diferentes, son los de este mundo. Dieguito está lleno
de verdad, pureza, simpleza, deseos, instintos, Dieguito está lleno de amor, tiene
todo y no puede con todo, pelea sin saber con su propia vida y juega cada día
con su propio Dios, desafía su destino y
nadie sabe cómo le gana al segundo, sin que nadie le ayude. En su alma que su
cuerpo no acompañó, están sus
sentimientos, ama como nadie imagina, y desea vivir como nadie lo piensa. Su
mente es están sublime, que deja que nos creamos que él es diferente, mientras
nos muestra, que nos supera viviendo en desventaja,
Dieguito tiene todo en su cuerpo,
que la existencia de la vida, no le dio la oportunidad de ordenar, lo que el mundo desordena.
Él tiene derecho a seguir, él
necesita estar con su gente, porque él, es un ángel en esta vida, porque
Dieguito, me enseña lo que es vivir.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
lunes, 13 de noviembre de 2017
ESTA
NOCHE
Esta noche, quiero tenerte frente
a mí, esta noche, necesito sentir tu voz, esta noche deseo escuchar tus
pensamientos, esta noche quiero que sea, como aquellas noches que me mirabas y
me decías. -Te amo… no me alcanzaban los brazos para apretarte, respirar tu
aliento, darme cuenta que nada ni nadie nos separaría y tu amor, era
incondicional y tan fuerte, que mi vida se enmarañaba en la tuya. Esta noche,
tiene que ser como tantas noches donde te escuchaba decir.- Nunca me dejes,
porque sin vos no sé qué haría… y yo, muy dulcemente, lleno de ternura y de
sentimientos, mis labios llenaban de besos, tu frente, tus mejillas, tus ojos y tu boca.
Esta noche, pido ver tu figura, moviéndola de un lado a otro seduciendo mis
deseos, riendo con esa sonrisa tan
juvenil diciéndome. - ¡A que no me agarras!… corríamos como adolescentes sin
darnos cuenta que nos miraban, pero sentíamos que el amor jugaba entre nosotros.
Esta noche, solicito que mi vida me regale ese sueño, que hoy estoy pidiendo en
recordarte junto a mí. Y no quiero recordar cuando escuché de tí y de tu otro
amor, decir que ya no me querías. No quiero de esta noche, que esa imagen,
tomados de la mano y sin pensar el dolor que me causaban, resucite entre las
tumbas de mis sentimientos, pero la realidad me golpea sin piedad y sin vergüenza.
Quiero que esta noche no me haga
sentir lo que había vivido. El corazón galopeaba entre los escombros del dolor,
aturdido y perdido por no entender, porque la vida, me ha dejado en un abrir y
cerrar de ojos, el alma vacía y atormentada. Quiero que esta noche mis suspiros
de dolencia, me abracen como yo la he
abrazado, cuando ella me decía que moriría si yo no estuviera. Quiero que esta
noche mí respirar y mi llanto solo me alcance para gritar, cuanto la quiero y
cuanto la extraño, para llorar sin llorar todo lo que mi ilusión en una alegría
de amor, termina en suplicar a Dios, que esta noche ya no me interesa vivir.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
Los dos cuerpos desnudos…
Miré tu figura sin nada y tu mirada en mi
cuerpo sin ropa, los ojos no sabían que reflejar. Las bocas entre abiertas y
los labios mojados se mordían entre sí. Nos gustaba desearnos, tocarnos y no
tocarnos, cada parte de mí, empezaba estar caliente y tú, temblando por tus
deseos en sentirme. Nuestra respiración comenzó hacer más profunda y más
sentida, los ojos brillosos comenzaban lagrimear, los suspiros eran el reflejo
de nuestro estado y todo se borró a nuestro alrededor. Ya nada importaba que
las ventanas estuviesen abiertas, la privacidad se quedó en el apetito de nuestros cuerpos, jugamos con las
puntas de nuestras dedos, el mío en tus pechos y los tuyos en mi cuerpo, cada
instante se reflejaban en el cosquilleo que sentíamos, nos acercábamos hasta
sentirnos piel con piel, los dedos no fueron suficiente y las manos llegaron a
nuestra intención. Suave fueron las caricias, los poros se sentían rasposos,
signo de goce y encanto, ya nada era distancia, solo dos cuerpos apretados, y
revolcados en la lujuria por sentirnos abrazados y deseados. Tus manos llegaron
a mis partes y tu boca quiso mi verga, todo era desenfreno de pasión y codicia,
me pediste que te bese y mis labios, a tu vagina mojada y caliente. Los besos
de los dos, nos hicieron vivir el encanto del goce, y sin darme cuenta, estabas
de espalda ante mí, diciéndome.- Soy
tuya. Todo se volvió descontrol, tus nalgas eran el sostén de tu cuerpo parado
convulsionado hacia adelante y atrás, me gritabas con exaltación que eras mía y
sin pensar en nada más lo que sentía,
mis manos apretaron más aún tus pechos, mordí tu boca que me la ofrecías y
juntos llegamos a la locura de un hermoso orgasmo de amor.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)