MIRADA
Siento
que este nombre es lo que me diste cuando te amé.
Tus ojos
negros, tus labios rojos, tu boca entreabierta negociaron el placer.
El
silencio de nuestras voces, y la música de los cuerpos apretándose,
afinaban
los deseos de cada instante, para transmutar en pasión y lujuria.
Las
caricias y besos, no se separaban, las miradas lascivas y profundas,
también
hacían el amor descontrolado para trasmitir ternura llena de fuego.
El tiempo
se detuvo en ese instante que los dos con el ceño arrugado,
la
respiración acelerada, el gemido profundo y ardiente,
hicieron
el llanto de los dos, conjugando el verbo amar sin control.
Orlando
Mario Soverchia- YoAmor
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