jueves, 10 de octubre de 2019


MIRADA


Siento que este nombre es lo que me diste cuando te amé.
Tus ojos negros, tus labios rojos, tu boca entreabierta negociaron el placer.
El silencio de nuestras voces, y la música de los cuerpos apretándose,
afinaban los deseos de cada instante, para transmutar en pasión y lujuria.
Las caricias y besos, no se separaban, las miradas lascivas y profundas,
también hacían el amor descontrolado para trasmitir ternura llena de fuego.
El tiempo se detuvo en ese instante que los dos con el ceño arrugado,
la respiración acelerada, el gemido profundo y ardiente,
hicieron el llanto de los dos, conjugando el verbo amar sin control.


Orlando Mario Soverchia- YoAmor

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