VIVIENDO LA MUERTE
El día se va recostando en una
tarde cruel y despiadada, aquel viejo de casi nueve décadas, se encuentra ante
la posibilidad de su última jugada con la vida. Su cuerpo, pequeño y
enflaquecido por la enfermedad y la vejez, lo exponen sin vergüenza ante la
mirada de algunos cercanos a él. Su mirada cada vez más fija, con ojos muy
abiertos por no poder identificar la figura de quienes están a su lado, balbucea
lo que quiere decir, y grita el dolor de sus huesos.
La muerte está viviendo con él,
le pide su alma, pero él desiste todavía; ella lo ataca con soberbia y
desparpajo, e ironiza su estadía sin importarle que lo humilla. Lo abraza con
delicadeza y muy suavemente le va cambiando el rostro, su nariz se va agrandando,
la mandíbula se profundiza con la piel pegada a sus huesos, su boca se va
marchitando y la comisura de sus labios, quedan marcadas alrededor de su mueca de
sorprendido. No entiende que le está pasando, o sí. Por momentos cierra los
ojos y la foto de alguien que descansa, se plasma en una macabra imagen de que
ha perdido la partida. Se quiere ir, se quiere alejar de la realidad, no puede o
no sabe, pero sí desea, no estar más, viviendo la muerte.
Orlando Mario Soverchia-
YoAmor
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