Los dos cuerpos desnudos…
Miré tu figura sin nada y tu mirada en mi
cuerpo sin ropa, los ojos no sabían que reflejar. Las bocas entre abiertas y
los labios mojados se mordían entre sí. Nos gustaba desearnos, tocarnos y no
tocarnos, cada parte de mí, empezaba estar caliente y tú, temblando por tus
deseos en sentirme. Nuestra respiración comenzó hacer más profunda y más
sentida, los ojos brillosos comenzaban lagrimear, los suspiros eran el reflejo
de nuestro estado y todo se borró a nuestro alrededor. Ya nada importaba que
las ventanas estuviesen abiertas, la privacidad se quedó en el apetito de nuestros cuerpos, jugamos con las
puntas de nuestras dedos, el mío en tus pechos y los tuyos en mi cuerpo, cada
instante se reflejaban en el cosquilleo que sentíamos, nos acercábamos hasta
sentirnos piel con piel, los dedos no fueron suficiente y las manos llegaron a
nuestra intención. Suave fueron las caricias, los poros se sentían rasposos,
signo de goce y encanto, ya nada era distancia, solo dos cuerpos apretados, y
revolcados en la lujuria por sentirnos abrazados y deseados. Tus manos llegaron
a mis partes y tu boca quiso mi verga, todo era desenfreno de pasión y codicia,
me pediste que te bese y mis labios, a tu vagina mojada y caliente. Los besos
de los dos, nos hicieron vivir el encanto del goce, y sin darme cuenta, estabas
de espalda ante mí, diciéndome.- Soy
tuya. Todo se volvió descontrol, tus nalgas eran el sostén de tu cuerpo parado
convulsionado hacia adelante y atrás, me gritabas con exaltación que eras mía y
sin pensar en nada más lo que sentía,
mis manos apretaron más aún tus pechos, mordí tu boca que me la ofrecías y
juntos llegamos a la locura de un hermoso orgasmo de amor.
Orlando Mario
Soverchia- YoAmor
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