Está cayendo la tarde, el
sol guiñó el ojo entre hojas que danzan a lo lejos, la brisa me acaricia muy
suavemente y la nostalgia de unos días me abrazan, quise pensar que no es
verdad, pero los sentimientos me retan por no querer. Todo ha vuelto, tus ojos,
tus labios, tu boca, tu voz, tu cuerpo, pero mucho más fue el atropello, cuando
mis oídos creyeron sentir diciendo...Te amo para toda la vida. Cuando te has
ido sin pedir permiso y sin que nadie lo quiera, solo Dios lo pidió y sin creer
que fuese realidad, me estoy dando cuenta que mi amor murió junto a ti.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor
No hay comentarios. :
Publicar un comentario